Batey Central: Cien años aportando al Desarrollo de la Región Sur

Por: Ing. Carlos Manuel Diloné

El cuatro (4) de Junio del año 2017, se cumplieron los primeros Cien años de la Fundación del Batey Central, en la provincia de Barahona; y con ello un siglo de aporte al desarrollo económico, social, político y tecnológico de toda la Región Sur del país.

Con la construcción del Ingenio Barahona, y por ende con la fundación del Batey Central, llegó por primera vez a toda la provincia de Barahona, la mecanización de las tierras agrícolas; los primeros tractores usados en la preparación de las tierras y la construcción de canales de riego, fueron los utilizados por el Central Azucarero.

“Todavía en 1920 existía fundamentalmente una agricultura de subsistencia, que ya comenzaba a descomponerse sobre la base de su incorporación a la producción de valores de cambio y sus vínculos con una red de intermediarios y burgueses mercantiles urbanos locales”. Ver Capitalismo y descampesinización en el Suroeste dominicano, Ángel Moreta,  Pág.43

Asistentes al cursillo de Mecánicos y Tractoristas, 8 de junio de 1957

 A partir de la mecanización agrícola, la tierra se valoriza en toda la región, logrando reformar el modelo de producción. Barahona, con una economía basada hasta esos años, en el cabotaje y los cortes de madera preciosa, vivía un proceso de cambio con la creación de la provincia y la construcción y apertura del ingenio de la Barahona Company.

Era tanta la importancia del Central Azucarero, que toda obra que construía éste impactaba de manera directa en la economía de la región. Para citar un ejemplo, la simple construcción de un canal de desagüe, provoca que La Descubierta sobreviva a las críticas condiciones económicas en que se hallaba sumergida esta laboriosa comunidad.

“Jesús María Ramírez, quien llegó de Neyba a La Descubierta con doce años en el 1921, confirma en su libro de memorias Mis cuarenta y tres años en La Descubierta, que para esa fecha La Descubierta «no era tan pobre como parecía a primera vista, pues tenía una agricultura activa y crianzas que proporcionaban comida barata a sus escasos habitantes (. . .) que se vivía del mercado fronterizo que funcionaba todos los domingos cerca del cuartel (. . .)

Cita como algo novedoso, el que se construyera una yola en el 1918 para cazar chivos cimarrones en la Isla Cabritos, aprovechando que sus cueros se vendían a buen precio en los mercados internacionales. Se remarca el dato, para resaltar que la caza de animales cimarrones, cerdos, ganado y chivos era todavía una ocupación de muchos de los habitantes del sur profundo y que con estas cacerías coincidentes con el ensanchamiento de los humedales del Lago Enriquillo, luego de la apertura de las fincas del Ingenio Barahona, la Isla Cabritos se popularizó como un sitio de crianza comunera, a pesar de su naturaleza semidesértica. Los rudos lugareños la accedían vadeando a pie desde Boca de Cachón y otros pasos que lo permitían. Las reses adaptadas a la escasa vegetación comían principalmente cayucos que les proveían alimento y agua a la vez.

Esta yola debió ser obra de dos extranjeros, quienes desde los primeros años del siglo XX, compraron derechos comuneros aplicados a alegadas posesiones en la isla, uno inglés llamado Emilio Peters y el otro alemán de nombre Louis Hermann, comerciantes radicados en Puerto Príncipe. El dato aparece en la documentación alusiva a la citada compra que nos enviara el investigador Rafael L. Pérez y Pérez, según acto del 1914 protocolizado por el notario de Barahona Guillermo Sepúlveda”.

Los comerciantes de Neyba y Duvergé, para los años de 1918 al 1922, habían montados negocios motivados por la bonanza de esos años. Como consecuencia del colapso económico provocado por la caída de la bolsa de New York en el año 1929, optaron por cerrar sus tiendas, ya que se devaluaron los productos agrícolas en los mercados, disminuyó el circulante y la contracción de las ventas afectaron el mercado de La Descubierta, convirtiéndolo en un lugar de expendio de comidas y ventas de artículos de cabuya, sogas, aparejos y serones propios de la artesanía haitiana.

“Los descubierteros forzados a buscar nuevos mercados para sus productos, encontraron algunas oportunidades participando en los mercados que se formaban al influjo de las operaciones del ingenio de la Barahona Company, con mayores costos por las distancias y la ausencia de caminos carreteros y a menores precios que los que pagaban los haitianos”. Ver La Descubierta. Frontera y mercado, Revista CLIO, Pág. 263.

Resulta muy útil destacar, que para los años de 1917, fecha en que se inicia la construcción del Central Azucarero y hasta el año de 1922, fecha en que inicia su primera zafra azucarera, en la región sur del país existían solamente dos (2) provincias, Azua y Barahona. La provincia de San Cristóbal fue creada con el nombre de Trujillo en 1932, San Juan de la Maguana fue creada con el nombre de Benefactor en el 1938, Elías Piña fue creada con el nombre de San Rafael en el 1942, Bahoruco en 1943, Peravia fue creada con el nombre de Baní en 1944, Independencia en 1949 y Pedernales en 1957.

Para esa época, en toda la nación existían doce provincias, con la particularidad de que Barahona era incipiente, pues había sido creada en el año de 1907, los territorios de Neiba, Jimaní y Pedernales pertenecían a la Provincia Barahona.

Fuente: Archivo General de la Nación

Para marzo del año 1917, refiriéndose a Barahona, el Listín Diario publicaba lo siguiente: “Es tierra de mucho porvenir cuando disponga de población, de técnica, de capital y de una buena administración pública que todo lo cobije y lo ampare sabiamente. Pero, hasta ahora, parece que la población es muy escasa y que, naturalmente, cuanto ha de derivarse de ella es escaso también.

Los barahoneros no deben adscribirse a vanidades infundadas. Su orgullo no debe estribar en lo que son ahora, sino en lo que están llamados a ser si meten todo el hombro al progreso de la región y del país. Ver Listín Diario, 3 de marzo de 1917.

“En la provincia de Barahona sólo hay una plantación de cacao: la finca Nueva Rosa, de los Sres. Luis E. Delmonte y Jovino Guevara, sita en La Ciénega, común de Barahona.

La finca tiene, aproximadamente, 325 tareas cultivadas de cacao, con 25,000 matas sembradas a distancia de 13 pies y medio una de otra, en todas direcciones”. Ver José Ramón López, Escritos Dispersos, Tomo III, 1917-1922.

La construcción del Central Azucarero, en la Provincia de Barahona, trajo como consecuencia que el Periódico el Cable de San Juan, iniciara una infalible cruzada en contra de la Barahona Company, editorializando más de doce artículos donde acusaban al Ingenio de querer secuestrar las aguas de San Juan. Sin embargo, San Juan está situado prácticamente en el nacimiento del río Yaque del Sur, y Barahona en la desembocadura de dicho río, por lo que resulta imposible secuestrar las aguas del río en su estuario.

La base de toda esa propaganda, consistía en atacar a la Barahona Company, como una forma de atacar la invasión a que fue sometida nuestra nación por las tropas interventoras. » Como yo no soy patriota al estilo de los que alardean de que los extranjeros solo quieren los capitales que se les puedan defraudar; ni tampoco de los que desean que Barahona retroceda al estancamiento y la miseria en que vegetaba antes de que la Barahona Company invirtiera allí sus capitales, con tal de que se prive a dicha compañía de los derechos que adquirió, y ello así aunque continuaran perdiéndose en el mar las aguas del Yaque conque ella irriga sus campos, como se pierden ahora, sin que nadie las aproveche, las aguas de dicho río que ella no utiliza». Ver «Papeles y Escritos de Francisco José Peynado (1867-1933)», página 521.

La otra razón de esta propaganda, al parecer, radica en el hecho de que San Juan de la Maguana que fue fundada en 1503, es decir 299 años antes que Barahona, para el 1907, fecha en que es elevada a Provincia la común de Barahona, no había alcanzado el estatus de provincia.

El 24 de marzo de 1917, el Ingenio Barahona quedó autorizado a gozar de las franquicias acordadas a las empresas agrícolas por la Ley de Franquicias agrarias del 26 de junio de 1911. Amparado en ello, el 27 de Enero de 1919 solicitó permiso para tomar agua del río Yaque del Sur hasta la cantidad de 21 metros cúbicos por segundo. Mediante Orden Ejecutiva No.318, de fecha 31 de julio de 1919, “fue otorgada a The Barahona Company Inc., una concesión con el derecho de tomar agua a razón de un litro por segundo para cada hectárea de tierra, hasta el montante total de no más de 21 metros cúbicos por segundo del río Yaque del Sur, para irrigar sus tierras”.

Esta decisión inquietó a los habitantes de la común de San Juan,  quienes alegaron que  “esta resolución la entendió a su acomodo la compañía y pretendió aplicarla no sólo al Yaque del Sur, sino también a sus afluentes los ríos Las Cuevas, Río En medio y San Juan”. Se constituyó un Comité de Defensa de las Aguas del Sur integrado por todas las personas importantes de la población de San Juan, el cual preparó un memorial en español e inglés destinado al Gobernador Militar. Sin embargo, el ingenio Barahona solamente utilizó 10 metros cúbicos por segundo, que era la cantidad agua requerida para irrigar sus cultivos, que no pasan de 150 mil tareas de terreno, a razón de 15 mil tareas por cada metro cubico de agua.

En Octubre de 1927, The Barahona Company Inc., por declaración propia en la Oficina del Impuesto Territorial correspondiente, y en comunicación dirigida al Secretario de Estado de Agricultura e Inmigración, declaró no tener bajo cultivo más de ciento cincuenta mil tareas de tierras. Por esta razón, el 26 de Noviembre de 1927, el Presidente Horacio Vásquez, firma el Decreto Núm. 874, reduciendo a 10 metros cúbicos por segundo, la cantidad de agua otorgada a The Barahona Company. Para esa época el Yaque del Sur, poseía un caudal de agua de mucho más de 50 metros cúbicos por segundo, era un pequeño brazo de mar.

Para mediados del año 1890, motivado por los resultados eficaces obtenidos por el concesionario de la empresa, que había instalado fincas modelos en la común de San Cristóbal, para el cultivo del tabaco, que para la fecha constituía el producto principal de la agricultura dominicana; el Presidente Ulises Heureaux, mediante la Resolución Núm. 2902, dedica la “suma de $30.000 para el establecimiento de fincas modelos para el cultivo del tabaco y el algodón en la provincia de Azua y el distrito de Barahona”. Ver Colección de Leyes y Decretos 1890, pág. 449.

En noviembre del año 1893 el vicepresidente Figuereo firma un Decreto por el cual todo el que siembre cacao o café en los diez años siguientes recibirá $50 por cada 2,000 matas en producción; los que ya tienen 2,000 matas son declarados «exentos de todo servicio militar ordinario». “También del extremo occidental del país, de Enriquillo, llegan en ese tiempo noticias de cultivo de café: desde 1889, cuando bajaron los precios de maderas en el mercado europeo, los señores Mota, que habían creado una fuente de trabajo en la región de Barahona con su comercio de madera, habían pasado a cultivar café en terrenos cercanos; Mota ya poseía más de 150,000 matas; otros cuatro agricultores tenían más de 60,000 matas cada uno; además, había muchos pequeños propietarios”.

A partir de 1889, cuando se desploma el precio de las maderas en el mercado europeo, se da inicio a cambios en el modelo de producción del Distrito Marítimo de Barahona, cuya economía se encontraba menguada para esa época de la historia. Es por ello que varios intelectuales de la ciudad habían expuesto al Congreso de la Nación Dominicana, la necesidad que tenía Barahona de obtener una CONCESIÓN de Franquicias Especiales con el fin de atraer al Distrito, Empresas que se dediquen a la Industria Azucarera.
Durante el año de 1901, el presidente Juan Isidro Jiménez aprueba esta petición, y en efecto emite la resolución No.4101, promulgada en la Gaceta Oficial No. 1380, del 26 de Enero del año 1901. El Artículo 1ro de esta resolución establece lo siguiente: “Se exoneran del pago de los derechos fiscales de exportación, por el término de ocho zafras, los azúcares que se elaboren en el Distrito de Barahona procedente de los ingenios centrales que se establezcan en el plazo de tres años, a partir de la promulgación del presente Decreto.

La exención no comprende los recargos adicionales”.

Para este período de la historia, era muy frecuente la violación del territorio dominicano por parte de los ciudadanos haitianos, quienes penetraban de forma clandestina unas veces, otras de forma pacífica y otras veces de forma violenta. Por eso la mayor cantidad de batallas en defensa de la independencia nacional, fueron libradas en el sur del país, esto provocó el que la economía de Barahona se encontrara muy mermada, debido a la práctica del merodeo, Joaquín Balaguer (1993) explica en su libro La Isla Al Revés que:
Tres provincias enteras, la de Azua, la de Monte Cristi y la de Barahona, fueron reducidas a la ruina por la práctica del merodeo. Consistente en la formación de bandas de cuatreros que penetraban clandestinamente al territorio dominicano para adueñarse del ganado y cometer toda clase de depredaciones y actos delictuosos. (pp. 75-76).

Probablemente, la fecha en que Eleuterio Hatton vuelca su interés hacia la común de Barahona, coincida con la resolución No.4101, promulgada en la Gaceta Oficial No. 1380, del 26 de Enero del año 1901, sobre la Concesión de Franquicias Especiales con el fin de atraer al Distrito de Barahona Empresas Azucareras.

El 18 de agosto de 1915, el Padre Miguel Domingo Fuertes, en misiva dirigida al Arzobispo Nouel le dice “Va probabilizándose más la empresa de D. Eleuterio, sobre la instalación de un Central. El informe  del comisionado de las Compañías americanas, experto en este ramo y que ha estudiado Cuba, Pto. Rico, Haway, Florida etc., dice que no ha visto nada que pueda compararse a este estuario del Yaque. Hace seis años, desde que yo vine aquí, que tenía formada la misma opinión.

Sería la primera empresa que mejorase la precaria situación de esta provincia, que ningún gobierno, excepto el de V. E., ha procurado remediar”.

 Según el Diccionario de la Lengua Española, estuario significa: “Desembocadura de un río caudaloso en el mar, caracterizada por tener una forma semejante al corte longitudinal de un embudo, cuyos lados van apartándose en el sentido de la corriente, y por la influencia de las mareas en la unión de las aguas fluviales con las marítimas”, de lo expresado por el Padre Miguel Fuertes, llegamos a la sencilla conclusión de que el Ingenio Azucarero comprendía territorialmente la franja que va hasta la desembocadura del Rio Yaque del Sur.

Desde el 1909, fecha en que llega a Barahona el Padre Fuertes, éste conocía el plan que abrigaba desde hacía tiempo, el ingeniero británico José Eleuterio Hatton, de instalar un central azucarero en la provincia. En Diciembre de 1925, el reverendo padre Miguel Fuertes, Pasa los últimos días del año recluido en el Hospital del Batey Central de la Barahona Co., el 9 de febrero de 1926,  por orden del Arzobispo y recomendación de los médicos, es trasladado por barco a Santo Domingo e internado en la Beneficencia Padre Billini. El 4 de marzo de 1926, fallece en el Asilo Santa Clara, a donde había sido trasladado unos días antes. Recibe sepultura al día siguiente en la Capilla de San José del Convento de Dominicos.

El 3 de Agosto de 1996, fueron Exhumados los restos en la Iglesia del Convento de Dominicos. El 14 de marzo de 1997 se realizó Inhumación de los restos en la antigua Iglesia Parroquial de Barahona, R.D.

Para el año de 1918, mediante la memoria dirigida por el Gobernador de Barahona, al Secretario de Interior, éste le manifestaba que la agricultura se iba desarrollando en la provincia, poniendo de ejemplo la importante finca de caña de la Barahona Company Inc., establecida en la sección de Palo Alto, y que, como consecuencia directa de la instalación del ingenio, la economía de la provincia evolucionó rápidamente, sobre todo a partir de su primera zafra, que tuvo lugar entre 1921 y 1922, años en los que también se modernizó el muelle del puerto de Barahona. A partir de entonces las exportaciones de azúcar, madera, café, ganado, maíz, habichuelas y otros productos experimentaron un crecimiento acelerado.

Campo de caña en Palo Alto, Barahona, R. D. año 1914.

Esta situación de prosperidad, cada vez mayor, atrajo también la inmigración extranjera, principalmente de árabes y haitianos, así como de españoles y de personas de otras nacionalidades, lo que hizo que la población aumentara a un ritmo más veloz. Según el censo de 1920, la provincia de Barahona tenía 48.182 habitantes, de los que 5.431 eran extranjeros, es decir, un 11´3 % de su población total, y a la ciudad de Barahona le correspondían 3.826 habitantes (López Reyes, s. a.: 125-129)15.

En respuesta a una circular del secretario de Interior, el Gobernador de Barahona le confirmó lo difícil que se les hacía a muchas familias de la provincia “conseguir el sustento diario, en su mayor parte, por la tirantez desplegada por el comercio detallista en la venta de los artículos de primera necesidad”, que sólo estaban “al alcance de los más pudientes”. A su juicio, esta crítica situación podía aliviarse un tanto con el establecimiento del ingenio, dado que éste pondría “al alcance del proletariado, lo más preciso para su subsistencia” (AGN, Gobernación de Barahona, leg. nº 12: 9-II-1920).

Precedentes del Batey Central

Una de las primeras estaciones de radio aficionado, de la República Dominicana, se llamó HIK y fue instalada en el Batey Central de Barahona, durante el año de 1926, por Fred A. Chapman, quien trabajaba para el Ingenio Barahona como operador de la central telefónica.

Chapman, trabajó para la Tropical Radio Corporation y fue piloto de la Pan American Airways. Fue un veterano de la Primera Guerra Mundial, era hijo de James M. Chapman y Sallie Negro, nació el 28 de de marzo de 1895 en Ward, Carolina del Sur, murió el 30 de septiembre de 1983.

La primera línea aérea, de la República Dominicana, en julio de 1927, se organiza en el Batey Central, utilizando la pista aérea de la Barahona Company, la primera línea aérea dominicana, llevando por nombre WEST INDIAN AERIAL EXPRESS. Ese mismo año realiza dos vuelos experimentales a Port Au Prince, Haití, de ida y vuelta, demostrando dicha acción la capacidad de unir las dos partes de la isla con Cuba. A finales de 1927, inicia operaciones con itinerario establecido hacia San Juan, Puerto Rico y Puerto Príncipe.

Para mediados del año 1927, específicamente el 25 de agosto, mediante resolución No.768, aprobado por el Congreso de la República Dominicana, se realiza el contrato intervenido entre el Gobierno Dominicano, representado por el Sr. M. Martin de Moya, Secretario de Estado de Hacienda y Comercio de esa época, y la West Indian Aerial Express, C por A, representada por el Señor Luis Esteban Bonett, para el establecimiento por tres años, de un servicio semanal de pasajeros y correspondencia. Los países dentro de la ruta a seguir por esta aerolínea eran las  ciudades de Puerto Rico, Santo Domingo, Puerto Príncipe, Haití y Santiago de Cuba y la Habana.

La West Indian Aerial Express, daría un servicio semanal ida y vuelta de correo aéreo, lo mismo que de pasajeros desde las ciudades antes mencionadas, por medio de máquinas aéreas que respondieran a una absoluta seguridad. Esta empresa, contó con 120 para organizar la infraestructura y aeronaves para el funcionamiento óptimo de este servicio. Además en el contrato, debería establecer en la República Dominicana, una empresa de servicios de transporte terrestre y marítimo.

Dentro de las remuneraciones estipuladas del contrato de servicios aéreos, la West Indian Aerial Express percibiría por cada libra de carga, un valor de US$2.50, lo cual aseguraba que mensualmente el gobierno debía pagar la suma de US$500.00 aunque no se llegara a cumplir con la cantidad de libras estipulada. Además de todo este beneficio, esta empresa percibiría la suma de US$1,500.00 como subsidio para garantizar la efectividad del servicio establecido. Otro beneficio adquirido por la empresa mediante este contrato era la excepción de impuestos de importación de equipos y piezas para las aeronaves, para de esta forma garantizar su funcionamiento permanente.

Este contrato además estipulaba, que mediante las negociaciones ante organismos internacionales, se diligenciara la concesión en los diferentes países donde aterrizara esta aerolínea, la posibilidad de exoneración de impuestos para tales fines. Contemplaba el establecimiento de franquicias telegráficas, radiográficas y telefónicas en dependencias del Estado Dominicano, para eficientizar el desenvolvimiento de dichas oficinas.

Los primeros pilotos en incursionar en este negocio fueron, el puertorriqueño Rafael Colorado, el norteamericano Basil Row, experimentado piloto de la primera guerra mundial y el mecánico de aviones Antonio Seijo, estos arribaron a nuestro país tripulando una aeronave de tipo Fairchild 2 y WACO, hidroplanos y con ruedas, dispuestos a contribuir y estructurar una línea aérea comercial. Para tales fines, se erogo la suma de dieciocho mil dólares (US$18,000.00), para compra de aeronaves y construcción de la infraestructura necesaria. Las aeronaves que fueron utilizadas por esta empresa eran denominadas la “Santa María” y “La Pinta”, nombres alegóricos a las carabelas utilizadas por Cristóbal Colón en el descubrimiento del nuevo mundo, se debe resaltar, que esta empresa en años anteriores ya había incursionado en el negocio de transporte de correo y personas desde Cuba hacia los Estados Unidos para inicios de 1920.

Aportes Directos del Batey Central al municipio de Barahona

 Con el inicio de la construcción de las viviendas y edificaciones del Batey Central, cuyos diseños consideraban satisfacer las necesidades que permitieran a sus ejecutivos y funcionarios vivir en un espacio dotado de todos los servicios básicos, que para esa época demandaba la sociedad norteamericana.

El batey Central fue dotado de una central eléctrica, de un acueducto, de un hospital, de una central telefónica, telégrafo, pista aérea, de un muelle, de un sistema cloacal, área de recreación, escuela, panadería, campo de golf, ect., en fin de todos los servicios, que para la época eran un lujo.

Esto le monta una presión al Municipio de Barahona, ya que el centro de la ciudad estaba compuesto por casas techadas de palmas, por ello el Ayuntamiento de Barahona, mediante resolución adoptada en su Sesión del 19 de febrero de 1919, la misma que fue promulgada y aprobada por el Gobierno Militar, mediante la Orden Ejecutiva No. 269, publicada en la Gaceta Oficial Núm. 2995, dispuso lo siguiente:

“1. Queda terminantemente prohibido cobijar, reparar o intentar cobijar con palmas en el radio de la población comprendido al norte de la calle “Sánchez” inclusive y al norte de la calle “Marina” inclusive.

  1. Todo infractor a la presente resolución será perseguido por ante la Justicia para ser condenado a una multa de $100 oro, por cada infracción cometida”.
Calle Principal de Barahona, año 1905.

El Batey Central fue la base o modelo, para el desarrollo arquitectónico de la provincia de Barahona, lo mismo pudiéramos decir en el sentido económico, el Ingenio Azucarero fue el centro financiero de la provincia, todavía hoy en día lo es, con el Ingenio se inicia la comunicación vial de la provincia, se construyen 12,700 metros de Ferrocarril desde el Batey a Palo Alto, así como los puentes de acero de vía mixta de Habanero y Palo Alto, situados sobre el río Yaque del Sur, prolongación del Ferrocarril desde Palo Alto hasta los bateyes del Central Azucarero, se apropian fondos para la terminación de la Carretera Azua- Barahona, se destinan los fondos para las mejoras del camino Barahona-Cabral, se construye un cuartel para la Policía Nacional Dominicana en Barahona, se construye la ampliación y extensión del muelle, del puerto de Barahona, se instala la vía telefónica entre las oficinas del Ingenio y el lugar denominado Hatico (hoy Tamayo), entre muchas, muchísimas otras obras.

Mientras en el Batey Central los servicios estaban resueltos, en la ciudad de Barahona había una carencia de servicios básicos, por ello el Batey le vende agua y energía eléctrica al municipio de Barahona, en este sentido se producen los siguientes acontecimientos:

El 21de Junio de 1922, fue firmado el Contrato de compra-venta de agua, mediante el cual el Ingenio le vende el agua al Ayuntamiento de Barahona, así como vender y suplir el agua a los buques y vapores que lleguen al puerto de dicha ciudad.

A partir de entonces se instalaron las primeras tuberías del acueducto, y por primera vez, comenzó a brotar aguas por las “plumas” del Municipio de Barahona. En principio el abastecimiento se hacía desde el río Birán, pero luego, como el agua era escasa para las necesidades del Ingenio y del Municipio, el Central Azucarero construyó un extenso acueducto para conducir el preciado líquido desde el Arroyo Palomino, ubicado en la Guázara.

 

 El 9 de diciembre de 1925, por convenio entre el ingenio Barahona y el Honorable Ayuntamiento, se instaló en Barahona el primer sistema de alumbrado eléctrico, el cual al principio se extendía solamente a algunas calles céntricas.

Dicho servicio duraba desde las seis de la tarde hasta la media noche. Siendo el Batey Central, la única comunidad que poseía luz eléctrica las 24 horas del día.

Gracias a este convenio, comenzó por primera vez a disiparse el manto de tinieblas que cubrían las noches en la ciudad de Barahona, desde que existía el rudimentario alumbrado de faroles.

La llamada danza de los millones, coincide con la instalación del Ingenio Barahona, este proceso de construcción del Central Azucarero, genera una masa monetaria que es aprovechada por los comerciantes establecidos en Barahona, quienes construyeron una considerable cantidad de edificios y locales comerciales resistentes, lo mismo que el primer teatro de Barahona el “Unión”, el semanario “El Bahoruco”, dirigido y administrado por José A. Robert, la primer biblioteca, etc., etc.

Desde el 1917, el Ingenio Barahona ha sido el principal empleador en toda la provincia, hasta las piedras conque fue construida la nueva Iglesia Católica fueron transportadas en los vagones del Ingenio, y la luz del referido templo fue suministrada de manera gratuita por el Central Azucarero.

Muchas de esas infraestructuras físicas aún permanecen en pie, desafiando el tiempo y como fiel testimonio histórico de una etapa importante vivida por esta joven ciudad del sur de la República Dominicana.

En definitiva el Batey Central, ha sido la génesis del dinamismo comercial, urbanístico, tecnológico, social y cultural de la provincia de Barahona, y de toda la región Enriquillo.

Batey Central: Un siglo de aporte al desarrollo de la región Sur del país.

 

 

 

 

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