Sobre los ingenios azucareros

¿Que es un ingenio?

Un ingenio azucarero es la finca o hacienda donde se encuentran las instalaciones utilizadas para procesar caña de azúcar con el objeto de obtener azúcar, ron, alcohol y otros productos.

Su nombre proviene porque su primera utilización fue en el municipio de Ingenio en el distrito de Las Palmas, en las Islas Canarias, donde se lo utilizaba para la obtención de la caña de azúcar, ya que de este lugar se considera que proviene la caña de azúcar.

 Los ingenios se extendieron por el territorio americano gracias a las condiciones climáticas, pese a que la caña de azúcar no es un cultivo autóctono del continente sino que fue introducido por los europeos.

En un principio la producción era muy pequeña, las cuales, en el siglo XX fueron sustituidas por grandes centrales azucareras modernas que permitieronaumentar la cantidad de productos obtenidos, entre ellos el papel y los biocombustibles.

 

¿Que es La Zafra?

La Zafra, que es el tiempo de la cosecha, se realiza en junio, julio y agosto.

Para la zafra llegan los peones golondrinas, que en general son de otras provincias del NOA e incluso de Bolivia.

En la zafra se cortan las cañas, se las pelan y se las despuntan.

En las cosechas trabajan familias enteras, juntando, atando y despachando la caña.

En algunos lugares la cosecha es mecánica. La máquina tarda tres minutos en cosechar un surco de 100 metros, lo que al hombre le lleva tres horas.

 

El proceso de elaboración

 

 

La Leyenda del Perro Familiar

 

Durante el siglo XIX se produjo un auge de la industria azucarera gracias a la expansión del ferrocarril. En este contexto, los ingenios pronto comenzaron a producir ganancias millonarias, en lapsos de tiempo tan breves que dispararon la imaginación popular, hasta llegar a la conclusión de que los dueños de estos se habían enriquecido ayudados por el diablo, u otros demonios mandados por el, con quienes habrían firmado un pacto demoniaco.Los dueños para que el ingenio funcionase bien, debían entregar un peón por zafra. Quien salía a buscar ese peón era el familiar, un enorme perro negro de brillantes ojos rojos que arrastraba unas largas cadenas.

El Familiar era el perro del diablo. O tal vez el Diablo mismo.

Solía suceder en los ingenios que durante el trabajo, algún que otro trabajador encontrase la muerte. O
bien cayendo a la caldera, o en la cinta trituradora del trapiche. No era algo extraño. Si esto ocurría se
decía que había sido el Familiar que andaba con hambre. Si algún trabajador desaparecía, se decía que
había sido el Familiar.

Lo curioso es que el mito señala que los peones elegidos eran siempre los más rebeldes, los más contestadores, aquellos que, al ser encontrados por el demoníaco can, desaparecían para siempre.

Cuando el propietario del ingenio muere y no pasa el secreto a un heredero también desaparece el Familiar, ya que nadie lo alimenta, de igual manera también la fortuna se irá, pero solo por un tiempo ya que el maligno en sus múltiples formas vera de recuperar su territorio y expandirlo, para beneficio de algunos pocos y desdicha de muchos otros.

La idea de un pacto existente entre el diablo y una persona que prosperó y enriqueció en poco tiempo pudo llegar a justificar la desigualdad económica y social que oprimió y alienó al sector mayoritario de las fuerzas productivas. Hecho que también funciona a modo de boomerang, si se supone la creación del mito por parte de los proletarios, dado que permite practicar un mayor dominio y control por parte del dueño del ingenio al ejercer el poder que causa el temor en sus obreros.

José Augusto Moreno escribió para “El periódico” de San Miguel de Tucumán del 6 de noviembre de 1994: “Con toda probabilidad el ‘Familiar’ es también el patrón, el poder, la autoridad, el opresor. Pero no solamente eso. Es la imagen misma de la injusticia, del yugo que sienten hace siglos los pueblos de América Latina sobre sus espaldas. Es el desequilibrio social, la marginación, el extranjero que impone nuevas formas de vida y destruye culturas preexistentes.”. Además, cabe preguntarse si aquellos obreros que llevó El Familiar no fueron los primeros desaparecidos de la Argentina, dado que se caracterizaron con demasiada frecuencia a los peones elegidos como los más “buenitos” para el pueblo y los más rebeldes y contestadores para los capataces y dueños del ingenio.

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