Por: Ing. Carlos Manuel Diloné
Para conocimiento de todos, en especial para las nuevas generaciones, es útil hacer una reseña de los rasgos más sobresaliente de la vida del señor Antonio Mota, de modo que sirva de ejemplo a la juventud de nuestros pueblos, ya que se trata de una personalidad digna de imitarse por múltiples y variados conceptos.
El señor Antonio Mota es como esos hombres superiores de que habla Timón, que son irresistibles si escriben, si hablan. Su convicción es de esas que no se desvirtúan ni con el paso lento, tenaz e irresistible de los años. Su proceder correcto y austero siempre le alzó a encumbrados puestos a los que las democracias, versátiles y ligeras, levantan a sus grandes modelos.
Hijo de sus obras ha podido exhibir su inquebrantable amor al trabajo, con la misma satisfacción con que el amor de sus conciudadanos le llevó a ocupar puestos importantes en la Administración Pública, por su ilustrado criterio y por el don de consejo que le acompaña; es de esos hombres que inspiran respeto y afecto.
De verbo elocuente, pulcro y siempre complacido, es estimado por sus amigos, sus conocidos y admiradores. Nació en Barahona, allá por el año de 1884. Es hijo de Don Jaime Mota y de doña Eloísa S. de Mota. Hizo sus primeros estudios en Santo Domingo, trasladándose después a Curazao, y por último a New York, donde los terminó. Contrajo matrimonio en Santo Domingo en el año 1905, con la estimable dama Clara Pichardo.
El señor Mota fundó la casa que lleva su nombre, en el año de 1908, se encontraba situada en la calle Concordia No. 14, Barahona. Sus negocios eran: Importación, Exportación, Agente Bancario, Especulador y Armador. La habilidad y buen tacto que había empleado en sus negociaciones, le hicieron disfrutar de una reputación muy bien cimentada en la localidad donde reside y en toda la República Dominicana. El progreso alcanzado en todas sus empresas es envidiable, pues para ello no ha escatimado constancia ni dinero. De ahí el favor creciente que le dispensa su selecta clientela.
La especialidad de la casa estriba en toda clase de negocios, en especial la exportación de maderas y productos del país. Posee varias propiedades urbanas, un aserradero con maquinaria moderna, y una máquina para beneficiar café. Igualmente es dueño de tres buques de vela en magníficas condiciones y bien equipados, dedicados al servicio de cabotaje.
El señor Mota ha sido Diputado al Congreso Nacional y Presidente del Honorable Ayuntamiento de Barahona. Es Agente Corresponsal de S. Michelena, The Royal Bank of Canada, International Banking Corporatión, Banco Nacional de Santo Domingo, Banco Territorial y Agrícola de P. R., y del American Foreign Banking Corp. Ha viajado por los Estados Unidos y todas las Antillas. Despacha en su oficina de 8 a 12 A. M. y de 2 a 4 P. M. Su dirección cablegráfica: “Mota,” Barahona, A. B. C., 5ª Edición, reformada.
Don Antonio Mota, su padre y su tío gozan de la reputación de ser los mayores propietarios de terrenos de la República Dominicana, pues son dueños de más de medio millón de acres de terrenos, estando la mayor parte de ellos todavía sin cultivar. Son dueños, también de inmensos bosques de maderas preciosas, como caoba, cedro, lignum vitae, y muchas otras variedades. En estos terrenos hay varias extensiones apropiadas para el cultivo del café, sisal, algodón, etc.
Los Mota poseían más de Tres millones Doscientas Diecisiete Mil Novecientas Veinte Tareas de tierras (3, 217,920.18) en Barahona, superando en más de 10 veces, la cantidad de tierras que poseía el Ingenio Barahona.
Este trabajo se fundamenta en el Libro Azul de Santo Domingo 1920.
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