Por: Ing. Carlos Manuel Diloné
El siguiente trabajo, surge de la foto que para nosotros es icónica, del día de la inauguración del Templo Católico de la ciudad de Barahona. Sin ahondar en varios detalles, acompañamos la foto de una escueta información.
La construcción del templo católico de Barahona no fue del modo tan armónico cómo pudiésemos creer. Desde principios del año de 1922, el padre Miguel Domingo Fuertes Lorén estaba siendo sometido a una campaña de descrédito, por parte del Señor Rafael A. Peguero, a la sazón síndico de la común de Barahona.
En el periódico La Hora de Azua se publicó una gacetilla dónde trataban de llevar al conocimiento de monseñor Nouel, El estado de abandono en que supuestamente se encontraba el templo católico de Barahona. ¿Que no es posible que la Iglesia de Fundación sea mejor que la de esta cabecera? ¡Seguro! ¿Qué dice la gente que el ilustrado cura de almas de esta Ciudad, jamás invitó al pueblo en sus escasos sermones a laboral en pro de la construcción de un templo? ¡Sensible! Que atacaremos a los débiles y a los Fuertes, de igual manera, hasta darle Iglesia al pueblo: ¡No hay duda![1]
Por el testimonio de los contemporáneos, se sabe que uno de los síndicos de Barahona se dedicó a atacar al párroco, aparentemente sin motivo razonable. El pueblo que conocía bien a ambos, se indignó ante la conducta del síndico en cuestión – los testigos no han querido identificarlo -, que acabó por pedirle perdón por su conducta cuando el padre Fuertes bautizó a una hija suya en estado de gravedad.
Motivado por los ataques a que estaba siendo sometido, el padre Miguel Fuertes, el 7 de abril de 1923, le dirige una misiva al Arzobispo Nouel, en la que le plantea lo siguiente:
“Bajo la impresión de la mayor pena que ha embargado mi ánimo en mí no corta vida, me dirijo a vuestra excelencia con el carácter de Padre, Maestro y Arzobispo.
Mi resolución es de las que quiebran y desgarran el corazón y enloquecen la mente: Es dejar el cargo de Cura de esta parroquia con que vuestra excelencia me honró desde hace 13 años y en la que he consumido la más noble parte de mi existencia.
Las razones son: la defensa de mi dignidad y mi honor atropellados por un insignificantísimo grupito de mal llamados periodistas, ni una sola persona de responsabilidad y carácter de Barahona, que se han ensañado conmigo lanzándome toda clase de injurias y desconsideraciones sin el más leve motivo. Como sé que no cejarán y presumo que hasta pudieran faltarle a vuestra excelencia si continuase en este cargo, prefiero retirarme para que no se llegue a este extremo.
Ningún cargo consistente puede hacérseme, y de ello podría convencerse S.S. si ordenase una secreta investigación, no para hacerme desistir de éste mi inquebrantable propósito, sino para que V. E. me crea siempre digno de su aprecio.
No ha muchos días tuve un amago de apoplejía, y los doctores me recomiendan la tranquilidad y calma que no tengo.
Al dejar la Parroquia salgo tan pobre que todos mis bienes son la esperanza en la Providencia, pero esto me bastará, ayudándome a ser digno de ella con mi rectitud moral y mi firmeza de carácter.
Sólo le ruego, amantísimo Padre, me permita permanecer aquí mientras arreglo algunos asuntos personales y me conceda licencia para celebrar la Santa Misa.
Después iría a la parroquia que V. E. me ordenase, órdenes que significarían para mí que no he perdido, que es lo que constituiría mi más legítima satisfacción. Las lágrimas quieren empañar mis ojos, y los sollozos me ahogan: ahora con más reverencia que nunca y con mi alma en los labios, le pide su paternal bendición y le besa su pastoral anillo el más humilde de sus hijos en Xto”.[2]
El 13 de Mayo de 1918, con motivo de la entrega producida por el certamen de Simpatía, realizado en la provincia a beneficio de la Iglesia, se conformó la Junta de Fabrica de la Iglesia de Barahona, integrada por distinguidas y connotadas personas de la localidad, esta Junta quedó conformada de la manera siguiente: Pbro. Miguel Fuertes, Presidente. Señor Antonio de Lemos, Vicepresidente. Señores Eliseo Damirón y Francisco Sánchez Sosa, Vicepresidentes. Señor Virgilio Félix, Tesorero. Señores Bernardino Vázquez, Julio Fabián, David Sánchez, Alejandro A. Deñó y Ovidio Franco, Vocales[3].
Muchas puertas fueron tocadas, varias actividades desarrolladas, se recibieron aportes en materiales, cementos, piedras que fueron trituradas y dejadas lo más cerca posible del tempo, luz eléctrica y la instalación de una pluma de agua, aportes en metálico, etc.
El Padre Fuertes estuvo interno en el hospital del Central Barahona, durante los primeros días del mes de febrero de 1926, luego por gestiones del Arzobispo Nouel, fue trasladado e internado en el asilo Santa Clara, donde falleció el 4 de marzo de 1926, antes de la inauguración del Templo que tanto ayudó a construir.
Así lució el Templo Católico de Barahona, la mañana del 24 de Septiembre de 1927, el día de su hermosa inauguración.
[1] Al abeja, No. 10 (Barahona, febrero 26, 1922), Página 2.
[2] ASD., Correspondencia Oficial (Abril, Mayo y Junio 1923), estante B, cajón 40, legajo 15.
[3] ASD., Correspondencia. Vicaría de Barahona (1918).
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