Por: Ing. Carlos Manuel Diloné
Desde los inicios de la humanidad, los seres humanos procuraban instalarse en las cercanías de las aguas, a lo largo de los ríos, lagos y mares. De hecho, casi todas las comunidades antiguas surgieron a orillas de los grandes ríos. La ciudad de Barahona no fue la excepción. En efecto, está construida a orillas del río Biran, esto no fue una casualidad, ya que en los primeros tiempos de la historia los hombres habían buscado aquellos lugares que tenían mayores ventajas para desarrollarse. Fue así como los espacios ideales para el asiento de las poblaciones fueron los valles fértiles y las llanuras aluviales.
Las ventajas más importantes que ofrecían los ríos para el asentamiento humano eran:
- Las aguas permitían el consumo y por tanto la subsistencia humana.
- Permitían el desarrollo de la agricultura.
- A través de los ríos era más fácil el transporte de mercaderías, ya que los caminos terrestres eran prácticamente inexistentes.
- El río aseguraba una pesca constante. El pescado fue fundamental en la alimentación de los pueblos antiguos.
- El constante fluir de los ríos limpiaba el aire, llevándose las pestes que podían afectar la salud de los hombres.
Barahona se desarrolló en los bornes del río Birán, en la cercanía del río Yaque del Sur, y de los arroyos Tunino y Polomino; además a orillas del mar caribe, en la Bahía de Neyba, aprovechando las maravillosas ventajas que ofrece la naturaleza en esta zona.
Hasta mediado del año de 1922, los residentes de la provincia de Barahona utilizaban y almacenaban el agua de modo artesanal, ya sea en tinajas, calabazas (higüeros), o cualquier otro medio de almacenamiento, es decir, lo hacían a la usanza de los tiempos. Los brotes de disentería, sarampión, varicelas, paperas, fiebre tifoidea y de viruelas entre otros, terminaban convirtiéndose en verdaderas epidemias, causando terribles estragos en la población, el manejo del mercado era caótico; en otras palabras las condiciones fitosanitarias de la ciudad eran muy precarias. En las casas era muy abundante la alquitira y el carbón vegetal, para la limpieza del agua a ser consumida.
La construcción del Ingenio Barahona, demandaba la utilización del agua en los diferentes procesos de instalación de la factoría. Por ello, los ejecutivos del Central Azucarero eligieron un punto elevado del Arroyo Palomino, que permitiera llevar el agua por gravedad, hasta la factoría que se encuentra ubicaba en la hoya del río Yaque del Sur, para ello, se construyó la represa, canales, se instalaron tuberías, planta hidráulica para proveer agua y todas las obras relacionadas con la construcción del acueducto.
Mediante la Orden Ejecutiva No. 763, publicada en la Gaceta Oficial No. 3336, el Ingenio Barahona, por Resolución del Gobierno, de fecha 7 de Agosto de 1920, fue autorizado a tomar agua del Arroyo Palomino, hasta la cantidad de 142 litros de agua por segundo, con destino a usos domésticos e industriales.
Para ese tiempo, el Ayuntamiento de la ciudad de Barahona, le exponía al Gobierno de ocupación, la necesidad que tenía la ciudad de agua para usos domésticos e industriales, y que no existía otra fuente más adecuada o conveniente para llenar esa necesidad, que no sea el acueducto que se estaba construyendo en el ingenio Barahona. De hecho las autoridades del Ingenio Barahona, le manifestaron al Gobierno, que estaban dispuestos a suministrar agua, mediante estipendio, no solamente al Ayuntamiento de la ciudad de Barahona, sino también a los buques y vapores que arriben a aquel puerto. Siempre que se le conceda para ello la debida autorización.
Cumpliendo con lo dispuesto en la resolución Gubernamental, la tubería de succión que transportaría el agua desde el arroyo Palomino, hasta el Tanque (reservorio) que está todavía en la curva antes de llegar a la UASD, fue diseñada en concreto armado con un diámetro interior de 12 pulgadas, lo que le permite conducir un máximo de 144 litros de agua por segundo, esto considerando una velocidad de 2 m/s, que es la velocidad sugerida por la norma para cálculo de tubería.
En la actualidad, este acueducto sigue funcionando con normalidad, 96 años parecen no haberlo afectado, las tuberías de descargas para las viviendas se diseñaron en concreto armado con 8 pulgadas de diámetro interior, lo que permite unas descargas máximas de 64 litros de agua por segundo, aunque existe una tubería matriz, que va directamente al Central Azucarero, que suponemos es de 10 pulgadas de diámetro interior, lo que permite descargas máximas de 100 litros de agua por segundo.
Pues bien, una vez que entró en operación este acueducto, los habitantes del municipio de Barahona, representados a través del Ayuntamiento Municipal, presionaron para que se firmara el contrato de Compra y Venta de agua, entre el Ayuntamiento y la Barahona Company, Inc.
En efecto, El 21de Junio de 1922, fue firmado el Contrato de compra-venta de agua, mediante el cual el Ingenio le vende el agua al Ayuntamiento de Barahona, así como vender y suplir el agua a los buques y vapores que lleguen al puerto de dicha ciudad.
Sin embargo, en la firma del contrato se cometió un error, al momento de fijar el pago mensual, que haría el Ayuntamiento a la Barahona Company, para corregir este inconveniente, fue necesario elevar una instancia dirigida por el Ayuntamiento de Barahona, a través de la Secretaría de Estado de lo Interior y Policía, al Gobernador Militar de Santo Domingo, donde el Ayuntamiento solicitaba corregir el error para que en lugar de los $3,000.00 mensuales a ser pagados a la Barahona Company, se estableciera los $250.00 mensuales, que es la obligación contraída por el Ayuntamiento con la referida empresa.
Este error fue corregido en fecha 20 de Octubre de 1922, mediante oficio firmado por el Contra-Almirante Robinson, el único atendido establece lo siguiente: “a que en la primera parte de la resolución dada por este Ayuntamiento en fecha veintiuno de julio del presente año 1922, aprobada por el Gobierno Militar y publicada en la Gaceta Oficial #3364, de fecha 30 de septiembre de 1922, y en la parte que se refiere al pago que deberá hacer esta Corporación a The Barahona Company Inc. por concepto de suministro de agua, se ha deslizado un error en cuanto a la suma indicada.
El Oficio dictaminó lo que sigue: “1.- Rectificar, como por la presente lo hace, el error existente en la forma siguiente: En donde dice TRES MIL PESOS mensuales, debe leerse DOSCIENTOS CINCUENTA PESOS MENSUALES ($250).”
Por convenio firmado entre la Barahona Company, y el Honorable Ayuntamiento, en fecha 15 de julio de 1922, fue inaugurado el servicio de acueducto.
La suma que pagaba en los primeros años la Corporación Municipal por el suministro de agua, era de RD$250.00 mensual, pero a medida que pasó el tiempo fue reducida a RD$175 mensuales, suma que se estuvo pagando hasta que fue inaugurado el nuevo acueducto. El 28 de Octubre del año de 1950, fue inaugurado en la ciudad de Barahona el nuevo acueducto, construido bajo la dirección de la Lock Joint Pipe, que abasteció de agua al Municipio cabecera, el agua fue tomada del río Palomino, ya que el río Birán no ofrecía estabilidad, pues sus aguas desaparecían por tiempo. Ver página 10 del Reglamento del Acueducto del año 1922.
Para poner en práctica este Contrato de Compra-Venta de agua, fue necesario realizar lo que se denominó el Reglamento del Acueducto, que comenzó a regir desde el primero de septiembre del año 1922. En este Reglamento se establecían todas las condiciones y obligaciones que debía cumplir quien solicitara el servicio. Además se estableció una contribución (impuesto) de RD$0.40 centavos mensuales, para todas las viviendas que no estuviesen una pluma instalada, el efecto de la contribución cesaba, de acuerdo al artículo 7mo de Reglamento, tan pronto se instalara una pluma en la vivienda, los fondos recabados por esta contribución constituían lo que se denominó FONDO DE SUMINISTRO DE AGUA, y eran utilizados para el pago, así como la conservación e instalación del sistema de distribución del agua. Quedaban exonerados del pago de esta contribución, las personas o los dueños que a juicio del Ayuntamiento, fueran verdaderamente pobres, además las oficinas del Gobierno y las instituciones de beneficencia.
Los precios fijados fueron los siguientes:
Por cada pluma a casas particulares RD$2.00 mensual
Por cada pluma a Fondas sin Hospedaje RD$4.00 mensual
Por cada pluma a Hoteles de primera clase RD$6.00 mensual
Por cada pluma a Industrias RD$6.00 mensual
Si estudiamos los datos del Primer Censo Nacional del año 1920, nos damos cuenta de que en el Municipio de Barahona, la población era de unos 3,826 habitantes con una media de 6.2 personas por viviendas, lo que nos dice que en la localidad existían unas 617 casas habitadas, distribuidas en el centro y la periferia de la ciudad.
Si tomamos en consideración, los informes sanitarios que se emitían en el año de 1920, donde se señalaba que “las ciudades y pueblos estaban sucios, se ignoraba la sanidad elemental, y los pocos hospitales del país eran totalmente inadecuados y estaban en un estado de penosa negligencia. No existía ningún intento serio en el control de enfermedades”, entonces tendríamos que colegir, que la decisión de penalizar las viviendas que no estuviesen una pluma instalada, se hacía más que necesaria para enfrentar los problemas de aseo del Municipio de Barahona. Fueron instaladas varias llaves públicas en los sitios más estratégicos del municipio.
A partir de entonces el agua comenzó a fluir por las tuberías, siendo orgullo de los barahoneros, la calidad del agua brindada por el río Polomino, un líquido cristalino, frio y de un sabor agradable, que nos llevaba a decir, que teníamos la mejor agua del país.
Tres obras fundamentales para el aseo y control de enfermedades, se construyeron de manera casi simultánea en el municipio de Barahona, El Hospital del Batey Central, construido en el 1920, el nuevo Mercado del Municipio a finales del 1921 y el Acueducto del Batey Central a Principios del 1922, todas estas construcciones, además de las normativas tomadas, sirvieron de base para aumentar la calidad de vida de los habitantes de la ciudad de Barahona.
FUENTE FOTOGRÁFICA DON JULIO VARGAS
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