Las ejecutorias del presidente Donald Trump. Un estilo de gobierno disruptivo que deja un sabor agridulce en la sociedad del siglo XXI.

09 febrero de 2025.

Por José A. Mateo Gil.

Parte I

Apelar al refranero popular para tratar un tema tan serio, como lo es, hacer algunas reflexiones sobre las primeras órdenes ejecutivas del recién instalado gobierno del presidente Donald Trump en los Estados Unidos de américa, es quizás una forma inusual de escribir un relato o una historia en particular. Sin embargo, introducir el tema utilizando la frase popular que dice: «ni el malo es tan malo, ni el bueno es tan bueno». Esta simple frase sugiere que: Nadie es completamente malo, porque todos tenemos aspectos positivos o motivaciones que no son enteramente malvadas; y nadie es completamente bueno, porque todos tenemos defectos, debilidades o errores que no nos hacen perfectos.

Aunque lo antes señalado parece un juego de palabras, es mucho más que eso, su contenido epistemológico encierra un valor de verdad incontrovertible. Por una razón muy sencilla, en el caso que nos ocupa, las iniciativas del presidente Trump en apenas 18 días de ejecutoria gubernamental en la nación más poderosa e influyente del planeta, algunas ellas, desde mi punto de vista, son correctas y oportunas. Estamos asistiendo a un mundo donde la ética y la moral han perdido vigencia, dando paso a una sociedad convulsa, que ha perdido los valores como base de sustentación de la familia. Y peor aún, con el establecimiento de agendas que atentan contra el pudor y las buenas costumbres de la generación que nos precede. En tanto que, otras resoluciones emitidas por Trump, desacertadas por demás, han tenido que ser reconsideras debido a que no son aplicables en el contexto histórico en que vive el imperio del norte.

No es un secreto para nadie que, la mayoría de las iniciativas del presidente Trump, son el resultado de su promesa de campaña. Razón por la cual, no debe sorprender al mundo la implementación de la misma, conociendo el carácter y volatilidad que adornan a la personalidad de Trump. Todo parece indicar, que, a diferencia de otros países, el presidente de EEUU, si está en disposición, y de hecho lo está haciendo, de realizar cambios significativos en la sociedad norteamericana, y por vía de consecuencia, afectando a los demás países del planeta. Atacar los propósitos aberrantes de pequeños grupos organizados en ONG, apoyados por sectores de poder a nivel internacional, con agendas que degradan al ser humano, destruyendo los cimientos de la familia como la unidad más pequeña organizada en la sociedad, ha concitado el apoyo de un segmento importante de la población mundial.

La llegada de Trump al poder en momentos en que el mundo se desmorona, producto de una guerra que parecía no tener fin entre Rusia y EEUU en territorio ucraniano, el conflicto entre Israel y Palestina en la Franja de Gaza, y la participación de Irán que complica aún más esa confrontación bélica regional. Así como también, el desorden del tema migratorio, y la guerra comercial que impone un mundo multipolar, entre otras distorsiones que amenazan la primacía y continuidad del poder imperial norteamericano, es la razón principal para que el gobernante, con su estilo disruptivo de enfrentar los problemas, haya provocado controversias con la puesta en marcha de sus órdenes ejecutivas al margen del congreso de los estados unidos. Estas medidas impactarán de manera importante los derechos humanos, el medio ambiente, la economía y la polarización política de esa nación.

Si, reitero, «ni el malo es tan malo»; «ni el bueno es tan bueno». Las medidas implementadas por el presidente Trump a su llegada al gobierno, algunas de ellas, son necesarias para detener el derrotero que llevaba la sociedad en el aspecto de la degradación moral, y buscar una salida para ponerle freno a la guerra. Una tarea dificil, pero necesaria. Sin dejar de reconocer que otras decisiones son consideradas como excesivamente radicales, que han dejando un sabor agridulce, no solo al pueblo norte americano, sino a la población mundial en su conjunto.

Si las órdenes ejecutivas emitidas por el presidente Trump logran buscar una salida al conflicto Israel-Palestina, que sea distinta a la que él propuso de apoderarse de la franja de gaza, detener la guerra que EEUU mantiene contra Rusia en suelo ucraniano, desarticular la agenda LGTB+, que incluye la derogación de la disposición que otorga a los niños y adolescentes cambiar de sexo, así cono quitar a la OMS el poder para declarar pandemias. Es así, solo así, que el mundo estaría eternamente agradecido con el presidente Trump. Tal como lo plantea el Prof. Rafael Hernández, historiador vegano, en sus reflexiones sobre las primeras órdenes ejecutivas emitidas por Trump, titulada «LO QUE SALVARÁ A TRUMP Y LA HUMANIDAD LE AGRADECERÁ».

No es secreto para nadie que, ante la complejidad de la implementación de estas medidas, el escepticismo se ha apoderado de los líderes mundiales. Las primeras órdenes ejecutivas aprobabas por Trump, algunas de ellas, pudieran considerarse como puntos luminosos de su inicio de gestión. Sin embargo, la ligereza con que el presidente se destapa dando declaraciones y ordenes ejecutivas poco procesadas y de difícil aplicación, tienen al mundo en vilo, alterando los mercados financieros y las bolsas de valores. El enfoque que ha dado al tema migratorio y laboral a lo interno de la nación tipificada como la más democrática del planeta, así como también, la suspensión de las ayudas que la USAID otorga a las ONG de 130 países, y el aumento de los impuestos a las importaciones de china, canadá, entre otras naciones, ha generado incertidumbre en la comunidad internacional, creando la percepción en la población, de que esas órdenes ejecutivas tienen características propias de una dictadura.

En consecuencia, la población mundial está atenta a lo que acontece en el Imperio del Norte, y lo que nos resta en este festival de órdenes ejecutivas, es degustar el sabor agridulce de las medidas tomadas por el recién instalado gobierno en la nación más poderosa del planeta. Está por verse si estas iniciativas responden a una política de estado sincera o si está lanzando una cortina de humo mediática para distraer a la población, disfrazando las reales intenciones de ejecutar el gobierno que Trump soñó cuando niño.

Estas reflexiones no se detienen ahí, en la segunda parte de este trabajo, profundizaremos sobre la reacción de la población inmigrante, y sus efectos sobre la actividad económica de esa nación. Así como también, será objeto de análisis, lo que se está incubando en las mentes calenturientas de los líderes de las grandes potencias, luego de la puesta en marcha de las órdenes ejecutivas, haciendo énfasis en el conflicto Israel-Palestina y Rusia-EEUU.

Deja un comentario

vinylcuttingmachineguide.com