- Alexey D Muraviev
- The Conversation*
El presidente ruso, Vladimir Putin, describió la invasión de Ucrania por parte de su país como una «operación militar especial». Pero, desde el principio, esta no ha sido una campaña militar restringida y limitada.
Algunos se han referido a la incursión como «Operación Z», por las marcas distintivas de la letra «Z» que se ve en los vehículos militares y de apoyo rusos.
Y es la campaña militar más grande y compleja organizada por Moscú desde su invasión de Afganistán en 1979.
También es la primera oportunidad que el mundo ha tenido de ver toda la potencia de la nueva maquinaria militar de Rusia: una fuerza de combate profesional y modernizada que ha sido completamente renovada desde la guerra de Rusia con Georgia en 2008.
A pesar de ganar esa guerra, los rusos fueron muy críticos con su desempeño en combate y se embarcaron en una campaña de modernización de la defensa que duró una década, impulsada por un aumento masivo en el gasto militar de alrededor de US$700.000 millones.
Pero ¿qué aprendió Rusia militarmente de ese conflicto y cómo estamos viendo ese aprendizaje representado en el campo de batalla en Ucrania?
La fuerza Z y los comandos chechenos
La ofensiva actual de Rusia está siendo llevada a cabo por dos nuevos batallones militares de «armas combinadas» de los distritos del oeste y sur de Rusia, cerca de la frontera con Ucrania, que se crearon después de la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014.
Estas fuerzas las integran diferentes ramas militares -como vehículos blindados, de infantería, misiles y artillería, aviación e ingeniería- y fueron priorizadas en la campaña de reforma del ejército emprendida por el Kremlin.
La ola inicial de la fuerza de invasión de Rusia comprendía unos 60 grupos de batallones tácticos (hasta 60.000 efectivos), así como tropas aerotransportadas de élite y fuerzas de operaciones especiales, la rama de aviación de largo alcance de la fuerza del espacio aéreo (que lanza ataques nucleares o convencionales), y la Armada rusa.
Además, los rusos han utilizado a las llamadas milicias populares de las regiones separatistas de Donetsk y Luhansk, dos cuerpos del ejército que comprenden alrededor de 40.000 efectivos, como su principal fuerza de ataque en el este de Ucrania.
Igual que en Siria, los rusos también están utilizando unidades de operaciones especiales para realizar misiones de reconocimiento, organizar operaciones de sabotaje detrás de las líneas enemigas y apuntar a líderes políticos y militares clave, incluido posiblemente el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy.
También cabe destacar el uso extensivo, por parte de los rusos, de unidades especiales de comando chechenas, conocidas popularmente como «kadyrovtsy».
Los kadyrovtsy se han hecho conocer como combatientes destacados, curtidos en la batalla, altamente motivados y despiadados. A menudo se les utiliza para infundir miedo en las fuerzas enemigas.
Las unidades chechenas han apoyado la mayoría de las campañas militares recientes de Rusia en el extranjero, incluidas las de Líbano, Georgia y Siria.
En el periodo 2014-15, algunos «voluntarios» chechenos lucharon junto a los separatistas prorrusos en el este de Ucrania.
En la guerra actual, probablemente los kadyrovtsy serán utilizados en operaciones urbanas y durante «búsquedas de seguridad» sistemáticas dentro de los territorios ocupados por Rusia, lo que sin duda resultará en numerosas detenciones y persecuciones.
Objetivos militares rusos hasta ahora
La primera fase de la ofensiva se ha centrado en varios objetivos militares, entre ellos:
- múltiples oleadas de ataques coordinados con misiles de crucero y ataques de artillería contra la infraestructura militar de Ucrania (incluidos aeródromos, instalaciones de radar, cuartel general de comando e inteligencia militar, depósitos de municiones, refinerías e instalaciones militares y navales)
- ciberataques a gran escala y guerra electrónica
- asaltos aéreos simultáneos y redadas de fuerzas especiales en zonas recónditas de Ucrania, incluida la captura del aeródromo de Hostomel, de importancia estratégica, en las afueras de Kiev
- un asalto frontal masivo en Donetsk y Luhansk destinado a involucrar a las fuerzas ucranianas en una lucha defensiva prolongada
- un bloqueo naval parcial de los puertos ucranianos
- la captura de varias ciudades ucranianas.
Aunque los rusos se han enfrentado a una fuerte resistencia de las fuerzas ucranianas, tienen ventajas cruciales en el campo de batalla, incluida la superioridad aérea y el control de algunas zonas estratégicas.
El avance militar simultáneo en varios frentes también ha obligado a las fuerzas armadas ucranianas a responder de forma más esporádica y centrarse en operaciones defensivas, concretamente en los principales centros urbanos.
Lecciones del conflicto de Georgia
Un ataque de tantos frentes utilizando sistemas de combate sofisticados no fue posible en la guerra de cinco días de Rusia con Georgia en 2008.
Aunque Rusia ganó la guerra rápidamente, sufrió pérdidas significativas.
El conflicto reveló deficiencias flagrantes en sus fuerzas armadas, que eran en gran medida un vestigio de los días de la Unión Soviética.
Por ejemplo, el ejército ruso apenas utilizó municiones de alta precisión o misiles de crucero en ese conflicto.
En cambio, se vio obligado a desplegar aviones tácticos y estratégicos en respuesta a una fuerte defensa aérea georgiana, que derribó varios aviones rusos.
En Ucrania, Rusia ahora depende de ataques de alta precisión y largo alcance, desde aire, mar y tierra, que han minimizado los riesgos para los aviones rusos.
En Georgia, los viejos tanques y otros vehículos blindados de Rusia entraron en las principales áreas urbanas y se vieron obligados a participar en batallas callejeras prolongadas.
Hubo otras fallas logísticas en el camino hacia el conflicto, con muchos vehículos averiados o con accidentes de tránsito.
En Ucrania, las fuerzas rusas tendieron inicialmente a rodear las principales ciudades en un intento de presionar al ejército ucraniano para que se retirara.
Los rusos también están intensificando sus ataques con misiles y los ataques aéreos contra objetivos urbanos.
Y en 2008, poco pudieron hacer los rusos para evitar que Estados Unidos atracara un buque de guerra en un puerto del Mar Negro como muestra de fuerza cerca del escenario de la guerra.
Ahora, los grupos de batalla navales rusos en el Mediterráneo oriental están disuadiendo con éxito a las flotas estadounidenses y de la OTAN para que no presionen a los rusos que están en tierra en Ucrania.
¿Qué podría pasar a continuación?
Los rusos y los ucranianos acordaron entablar conversaciones sobre la frontera entre Bielorrusia y Ucrania, pero Rusia dice que no detendrá su ofensiva.
De hecho, su anuncio repentino de que estaba poniendo a sus fuerzas de disuasión nuclear en alerta mostró una disposición para intensificar su ofensiva militar.
El Kremlin está tratando de disuadir a Occidente de apoyar a Ucrania y de aplicar una fuerte presión económica sobre Rusia.
Para acelerar su avance, es probable que el ejército ruso también recurra a otros activos letales, entre ellos el TOS-1, un lanzallamas pesado capaz de disparar armas termobáricas.
Estas armas, que fueron utilizadas por Rusia en los conflictos de Chechenia y Siria, usan oxígeno para generar una explosión de alta temperatura.
Entonces, ¿qué podría pasar a continuación desde una perspectiva militar? Los objetivos de Rusia probablemente serán:
- solidificar su control estratégico sobre el territorio en el este de Ucrania
- rodear y derrotar a las fuerzas ucranianas en Donetsk y Luhansk y tomar Járkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, que está bajo ataque directo
- aislar a Ucrania del resto del mundo con un bloqueo naval total y la destrucción de los aeródromos restantes, lo que frenaría la aceleración de la asistencia militar extranjera
- y el principal objetivo político: capturar la capital, Kiev, e instalar un régimen prorruso.
La creciente resistencia del ejército ucraniano sin duda obligará a los rusos a intensificar el ritmo de sus operaciones.
También deberíamos esperar que la ferocidad de la lucha se desplace más hacia las zonas urbanas.
Elevar las fuerzas estratégicas de disuasión nuclear de Rusia al «régimen especial de servicio de combate» (una condición cercana a la guerra) también aumenta el riesgo de que la guerra vaya más allá de las fronteras de Ucrania.
*Alexey D Muraviev es profesor asociado de Estudios Estratégicos y de Seguridad Nacional de la Universidad de Curtin, Australia. Este artículo apareció originalmente en The Conversation.
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