Al teléfono, Trump presionó a un funcionario de Georgia para ‘encontrar’ votos que anularan las elecciones

El presidente hizo una vaga alusión a un “delito penal” cuando presionaba al secretario de Estado Brad Raffensperger, según una grabación de la llamada.

El presidente Trump ha pasado casi nueve semanas haciendo falsas afirmaciones de conspiraciones sobre su derrota electoral.
El presidente Trump ha pasado casi nueve semanas haciendo falsas afirmaciones de conspiraciones sobre su derrota electoral.Credit…Anna Moneymaker para The New York Times
Michael D. Shear
Stephanie Saul

Por Michael D. Shear y Stephanie Saul

WASHINGTON — El presidente Donald Trump presionó al secretario de Estado de Georgia —un republicano— para que le “encontrara” suficientes votos para anular la elección presidencial y lo amenazó vagamente con un “delito penal” durante una llamada telefónica de una hora el sábado, según una grabación de audio de la conversación.

Trump, que ha pasado casi nueve semanas haciendo falsas acusaciones relacionadas con su derrota frente al presidente electo Joe Biden, le dijo a Brad Raffensperger, el principal funcionario electoral del estado, que debía recalcular el recuento de votos para que Trump, no Biden, terminase ganando los 16 votos electorales del estado.EL TIMES: Una selección semanal de historias en español que no encontrarás en ningún otro sitio, con eñes y acentos.Sign Up

“Solo quiero encontrar 11.780 votos, que es más de los que tenemos”, dijo Trump durante la conversación, según una grabación obtenida por primera vez por The Washington Post, que la publicó en línea el domingo. The New York Times también consiguió una grabación de la llamada de Trump.

El presidente, que estará a cargo del Departamento de Justicia durante los 17 días que le quedan de gobierno, insinuó que Raffensperger y Ryan Germany, el abogado jefe de la oficina del secretario del Estado, podrían ser procesados penalmente si no cumplían con su orden.

“Sabes lo que hicieron y no lo estás reportando”, dijo el presidente durante la llamada. “Sabes que eso es criminal, es un delito penal. Y sabes, no puedes dejar que eso suceda. Es un gran riesgo para ti y para Ryan, tu abogado. Es un gran riesgo”.

Escucha aquí una selección de momentos de la llamada en la que el presidente Donald Trump presiona al secretario de estado de Georgia para cambiar los resultados de la elección estatal.

El esfuerzo de engatusar e intimidar a los funcionarios electos de su propio partido —que según algunos expertos jurídicos podría ser llevado a juicio en virtud de la legislación de Georgia— fue un sorprendente acto por parte de un presidente derrotado para traspasar los límites jurídicos y éticos en su intento por mantenerse en el poder.

Desde todo punto de vista, la elección terminó hace mucho tiempo. Todos los estados del país han certificado el voto. Además, la campaña jurídica de Trump para impugnar los resultados se ha enfrentado de manera casi uniforme con rápidas desestimaciones por parte de jueces en todo el país, incluidos los de la Corte Suprema, de mayoría conservadora.

Al tratar de someter a Raffensperger a su voluntad, Trump reivindicaba el poder de su cargo en una forma que recordaba la llamada telefónica de 2019 al presidente de Ucrania, durante la cual Trump presionó al presidente Volodymyr Zelensky para que lanzara una investigación espuria sobre Biden al retener ayuda militar vital para el país. Esa llamada fue la pieza central del esquema por el cual Trump se convirtió en el tercer presidente estadounidense en ser sometido a juicio político por cometer grandes crímenes y delitos menores.

Como hizo cuando instó a Zelensky a “hacernos un favor”, el sábado Trump le rogó a Raffensperger que lo ayudara políticamente. Se espera que los resultados de la elección de 2020 sean certificados por el Congreso durante una sesión el miércoles 6 de enero, a pesar de los esfuerzos de algunos de los aliados de Trump en la Cámara de Representantes y el Senado, quienes han dicho que impugnarán los resultados en varios estados, incluido Georgia.

Trump dijo que esperaba que la oficina de Raffensperger pudiera resolver sus supuestas discrepancias antes de la segunda vuelta de las elecciones para el Senado por Georgia, el martes, que decidirá el equilibrio del poder en el Senado. El presidente tiene previsto hacer campaña el lunes por la noche en Georgia por los dos titulares republicanos, los senadores David Perdue y Kelly Loeffler.

“Creo que deberíamos llegar a una resolución de esto antes de las elecciones”, dijo Trump. De lo contrario, dijo, “vas a tener gente que no va a votar”.

“No quieren votar”, dijo. “Odian al estado. Odian al gobernador y odian al secretario de estado”.

Añadió: “El pueblo de Georgia está enojado, la gente del país está enfadada. Y no hay nada de malo en decir que, ya sabes, mmm, que has recalculado”.

Raffensperger rechazó de forma cortés pero firme las peticiones del presidente, y respaldó los resultados de las elecciones en su estado e insistió repetidamente en que Trump y sus aliados habían recibido información falsa sobre el fraude electoral.

“Bueno, señor presidente, el reto que tiene es que los datos que posee son erróneos”, dijo.

Expertos jurídicos dicen que Trump puede haber violado las leyes del estado de Georgia que previenen las solicitudes de fraude y la extorsión de los votantes al tratar de ejercer presión sobre Raffensperger.

Una ley estatal establece que es un delito grave “solicitar, ordenar, importunar o intentar de otro modo que otra persona cometa un fraude electoral”. Al instar a los funcionarios electorales a “encontrar” votos que no fueron emitidos legalmente para él, Trump podría ser procesado bajo esa ley, dijo Ryan C. Locke, abogado defensor criminalista y exdefensor de oficio en Atlanta.

“Le está diciendo al secretario de estado que ‘encuentre votos para que yo pueda ganar, votos que no me corresponden’”, dijo Locke. “La grabación por sí sola es ciertamente suficiente para iniciar una investigación. Es una causa probable para emitir una acusación”.

Dijo que Trump también podría estar violando las leyes que prohíben la extorsión. Pero él y otros expertos jurídicos dijeron que era poco probable que los fiscales iniciaran un caso contra Trump en los últimos días de su gobierno.

La vicepresidenta electa Kamala Harris —en un mitin sobre ruedas para los candidatos demócratas por Georgia al Senado en Garden City, Georgia— se refirió el domingo a la llamada de Trump, diciendo que era “la voz de la desesperación, sin duda alguna”.

“Y fue un muy descarado y audaz abuso de poder del presidente de Estados Unidos”, agregó.

El senador Richard J. Durbin, demócrata por Illinois y uno de los líderes del Senado, dijo que la llamada fue “más que un patético, incoherente y delirante desvarío”, y llamó al presidente de “trastornado y peligroso”. También dijo que los aliados republicanos de Trump “están poniendo en riesgo la transición de poder ordenada y pacífica en nuestra nación”.

El expresidente de la Cámara de Representantes, Paul D. Ryan, un republicano que ha permanecido en gran medida en silencio en las últimas semanas, instó a sus antiguos colegas el domingo a abandonar la impugnación de los resultados, al calificarla como el “acto más antidemocrático y anticonservador” que se le podía ocurrir.

“La campaña de Trump tuvo amplias oportunidades de impugnar los resultados de las elecciones, y esos esfuerzos fracasaron por falta de pruebas”, dijo. “Si los estados desean reformar sus procesos para futuras elecciones, están en su derecho. Pero la victoria de Joe Biden es totalmente legítima”.

Los diez exsecretarios de Defensa vivos, de ambos partidos, se hicieron eco de ese sentimiento en un artículo de opinión el domingo en el Washington Post. Dijeron que los militares no deben ser utilizados de ninguna manera para alterar el resultado de las elecciones: “Los gobernadores han certificado los resultados. Y el Colegio Electoral ha votado. El tiempo para cuestionar los resultados ha pasado”.

La llamada de la Casa Blanca a la oficina de Raffensperger ocurrió el sábado por la tarde, a las 2:41, después de otras 18 llamadas que han salido del conmutador de la Casa Blanca a la oficina durante los últimos dos meses, según una persona familiarizada con la conversación. La llamada del sábado era la primera vez que Raffensperger habló con Trump directamente, a pesar de los repetidos tuits del presidente en los que lo desacreditaba.

Funcionarios de la oficina del secretario de estado grabaron la llamada del sábado, y Raffensperger dijo a sus asesores que no quería publicar una transcripción o una grabación a menos que el presidente atacase a los funcionarios del estado o tergiversara lo que se había discutido, según una persona familiarizada con sus instrucciones.

Como era de esperar, ese ataque se produjo en un tuit el domingo por la mañana, en el que Trump afirmó que Raffensperger “no estaba dispuesto o no podía responder a preguntas como la estafa de las ‘boletas bajo la mesa’, la destrucción de boletas, los ‘votantes’ de fuera del estado, los votantes muertos y más. ¡No tiene ni idea!”.

En una respuesta en Twitter, Raffensperger escribió: “Respetuosamente, presidente Trump: lo que está diciendo no es verdad. La verdad saldrá a la luz”. La grabación de la llamada se publicó varias horas después.

David Shafer, el presidente del Partido Republicano de Georgia, tuiteó que la decisión de publicar el audio fue una “ilegalidad”.

Durante la llamada, el presidente volvió a adoptar varias teorías de conspiración, incluyendo acusaciones ya desmentidas de que las boletas en el condado de Fulton, Georgia, fueron trituradas y que las máquinas de votación operadas por Dominion Voting Systems fueron saboteadas y reemplazadas. Se puede escuchar que Germany le dice al presidente que tales acusaciones son totalmente falsas, aunque Trump insista en lo contrario.

“Deberías querer tener una elección fidedigna. Y tú eres republicano”, le dijo Trump a Raffensperger, quien respondió “creemos que sí tenemos una elección fidedigna”.

Trump respondió: “No, no, no, no la tienes, no la tienes, no la tienes, ni de lejos. Ustedes, ustedes se han equivocado por cientos de miles de votos”.

Además de Trump y Raffensperger, por parte de la oficina del secretario de estado de Georgia participaron en la llamada Germany y Jordan Fuchs, el suplente de Raffensperger. También estaban en línea Mark Meadows, el jefe de personal de la Casa Blanca, y Cleta Mitchell y Kurt Hilbert, abogados que trabajan para Trump.

Mitchell y Meadows trataron repetidamente de impugnar la votación en Georgia y presionaron a Raffensperger para que revelase datos confidenciales de los votantes en un esfuerzo por respaldar sus acusaciones. Fueron rechazados por los funcionarios electorales de Georgia. Mitchell, socia del bufete Foley & Lardner, estaba en la llamada con Trump a pesar de que casi todos los abogados de los bufetes más importantes se han negado a representar al presidente en sus intentos de anular la elección.

La firma dijo el lunes temprano, en un comunicado, que no había sido contratada por Trump y que “cualquier participación de un abogado o abogada de Foley en este asunto es únicamente en su calidad de ciudadano privado”.

Pero la grabación está dominada por la intervención del presidente, que habló durante la mayor parte de la llamada, interrumpiendo a veces a Raffensperger. En un momento dado, cuando Trump alegó que 5000 personas muertas votaron en Georgia, Raffensperger dijo que el presidente estaba equivocado.

“La cifra de hecho fue de dos”, dijo Raffensperger. “Dos. Dos personas muertas que votaron. Y así que eso está mal”.

En otro momento, cuando Trump aseguró que un video del escrutinio de votos en la Arena State Farm en Atlanta reveló que uno de los empleados era culpable de rellenar las papeletas descaradamente, Raffensperger respondió que el video fue editado de manera selectiva por el abogado de Trump, Rudolph W. Giuliani y otros abogados.

“Recortaron y trocearon ese video y lo sacaron de contexto”, dijo Raffensperger. “Los eventos que ocurrieron no se acercan ni de lejos a lo que se mostró”.

Cuando Germany le dijo al presidente que algunas de las acusaciones se habían investigado y que tanto la Oficina de Investigaciones de Georgia como el FBI habían encontrado que eran falsas, Trump respondió que los agentes estaban equivocados.

“Entonces son incompetentes”, dijo. “Solo hay dos respuestas: deshonestidad o incompetencia”.

Raffensperger dijo que la acusación de Trump de que las papeletas se escanearon tres veces era incorrecta. “Auditamos eso y probamos de manera concluyente que no se escanearon tres veces”, le dijo al presidente.

El presidente parecía incapaz de concebir una realidad en la que perdía Georgia al repetir una y otra vez estadísticas que, dijo, probaban que había ganado el estado “por cientos de miles de votos”.

“Hasta se puede ver en el tamaño de los mítines, francamente”, dijo Trump y agregó que quería repasar algunas de las cifras. Aseguró que 250.000 a 300.000 papeletas “misteriosamente se agregaron a las listas”, un problema que dijo había ocurrido en el condado Fulton.

“Creemos que si revisas las firmas, una revisión verdadera de las firmas en el condado Fulton encontrarás al menos un par de cientos de miles de firmas falsificadas”, dijo el presidente, al citar una teoría conspirativa tras otra.

“La gente ha estado diciendo que fue la votación más alta de todas”, le dijo a Raffensperger, y alegó que los casos de fraude superaban “muchas, muchas veces” al margen de la victoria de Biden. “La gente política dice que no hay manera de que me hayan ganado”.

Michael D. Shear reportó desde Washington y Stephanie Sauld es de New York. Michael S. Schmidt colaboró con reportería desde Washington.

Michael D. Shear es corresponsal en la Casa Blanca. Trabajó en The Washington Post, donde fue parte del equipo ganador del Pulitzer que cubrió el tiroteo de la universidad Virginia Tech en 2007. @shearm

Stephanie Saul cubre política nacional. Desde que se unió al Times en 2005, también ha escrito sobre la industria farmacéutica, la educación y el dinero extranjero ilícito que alimenta el auge inmobiliario de Manhattan. @stefsaul


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