Barahona: Antes de la Instalación del Central Azucarero

Por: Ing. Carlos Manuel Diloné

La construcción del Ingenio Barahona representó un punto de inflexión en la historia de la provincia homónima. Su llegada marcó el fin de un período de crisis económica y social que afectó profundamente a la región, después de los efectos devastadores de la Gran Depresión de 1873-1896. Durante estos años, Barahona experimentó una transición económica forzada, abandonando la explotación maderera como principal actividad productiva para dar paso al cultivo de café.

La Producción Azucarera Antes del Ingenio Barahona

Antes de la instalación del Ingenio Barahona, la producción azucarera en la región dependía del trapiche Policena, propiedad de Sylvain Coiscou. Fundado en 1877, este trapiche, ubicado en las riberas del río Birán, en el lugar conocido como La Habitación, operaba en plena crisis económica global. Este modelo de producción se basaba en trapiches movidos por tracción animal, utilizando una serie de molinos de tres rodillos para extraer el jugo de la caña de azúcar.

Impacto de la Gran Depresión de 1873-1896 en Barahona

La Gran Depresión de 1873-1896 tuvo repercusiones severas en los sectores agrícola, industrial y financiero a nivel mundial. En Barahona, la caída de los precios de la madera en los mercados europeos y estadounidenses resultó en una drástica reducción del comercio en su puerto. Esto llevó al Poder Ejecutivo a decretar en 1893 el cierre del puerto de Barahona para la importación, argumentando que los ingresos no eran suficientes para cubrir los costos operacionales de la Aduana. Esta decisión se revirtió en 1896 con la promulgación de la Ley de Aduanas y Puertos.

A la crisis económica se sumaba el aislamiento geográfico de Barahona, debido a la falta de vías de comunicación terrestre y a su escasa población. La dependencia del transporte marítimo limitó las oportunidades de desarrollo, convirtiendo a Barahona en la ciudad menos poblada de la República Dominicana y retrasando su crecimiento económico, político y social.

Comercio en Barahona a Finales del Siglo XIX

Para 1894, el Distrito de Barahona contaba con una estructura comercial rudimentaria: apenas 11 tiendas mixtas, 19 pulperías, 9 especuladores y 7 panaderías. En 1897, la situación económica continuó deteriorándose, lo que llevó a un nuevo cierre del puerto por considerarse insostenible. Sin embargo, esta medida fue revocada en 1900, permitiendo nuevamente las actividades comerciales.

Intentos por Fomentar la Industria Azucarera

Ante la crisis económica, varios habitantes del Distrito Marítimo de Barahona impulsaron una solicitud ante el Congreso Nacional para obtener franquicias especiales destinadas a atraer inversiones en la industria azucarera. En respuesta, en 1901 el presidente Juan Isidro Jimenes aprobó un decreto con los siguientes beneficios:

  • Exoneración del pago de derechos fiscales de exportación durante ocho zafras para los ingenios centrales establecidos en un plazo de tres años.
  • Reducción de los derechos portuarios para los buques que operaran exclusivamente en el Puerto de Barahona, limitando el pago a la carga desembarcada.
  • Exoneraciones fiscales aplicables por un período de ocho años desde la promulgación del decreto.

Este esfuerzo por incentivar la inversión en la producción azucarera allanó el camino para la futura instalación del Ingenio Barahona.

Inseguridad Fronteriza y su Impacto en la Economía de Barahona

A finales del siglo XIX e inicios del XX, la región de Barahona enfrentó constantes incursiones clandestinas de ciudadanos haitianos, quienes saqueaban el ganado y causaban estragos en la zona. Esta situación generó un declive en la producción agropecuaria y una mayor inestabilidad económica.

Comercio con Haití y el Contrabando

En 1906, el puerto de Barahona era considerado el «de menor importancia comercial» en el país, a pesar de ubicarse en una región con tierras fértiles y una población trabajadora. La falta de incentivos económicos obligó a los comerciantes locales a buscar mercados en Haití, donde obtenían mejores precios para sus productos. La extensa y poco vigilada frontera favorecía el contrabando de mercancías extranjeras, impactando negativamente la economía formal.

Calle principal de Barahona. Año de 1905.

Evolución de Barahona como Provincia

Una de las primeras menciones de Barahona en documentos oficiales se encuentra en una carta del arzobispo Fernando del Portillo, enviada desde Neiba al Regente Colonial Josef Antonio de Urizar el 30 de junio de 1794. En la misiva, el arzobispo denunciaba la práctica de piratas y ladrones que capturaban esclavos en las playas de Petit-Trou, Barahona y otras, para venderlos o conmutarlos por mercancías a piratas y ladrones que llegaban a las costas, generando un clima de inseguridad en la región.

Otra mención la encontramos en la Ley de la Colonia, el hecho de disponer que Barahona quedara bajo la jurisdicción del Tribunal de Primera Instancia de Azua, según lo estipulado en la Ley sobre la Organización de los Tribunales del 23 de julio de 1801, demuestra la existencia de esta comunidad, antes de la ocupación haitiana efectuada por Toussaint Louverture. Posteriormente, en virtud de la primera Constitución de la República Dominicana de 1844 y la Ley No. 40 del 9 de junio de 1845, Barahona fue declarada Puesto Militar. El 27 de septiembre de 1858, el Decreto No. 567 elevó a Barahona a la categoría de Común, y en 1881, mediante el Decreto No. 1960, se convirtió en Distrito Marítimo.

Finalmente, el 11 de septiembre de 1907, por la Ley 4803, Barahona fue elevada a la categoría de provincia. Para 1908, su población era de aproximadamente 22,000 habitantes en un territorio de 7,324 km². Comparado con los 18,516 habitantes de 1893, el crecimiento demográfico fue extremadamente lento, con una tasa anual del 1.16%, convirtiéndola en la provincia con menor densidad poblacional del país (tres habitantes por kilómetro cuadrado).

Conclusión

Antes de la instalación del Ingenio Barahona, la provincia enfrentaba una serie de desafíos que limitaban su desarrollo. La crisis económica provocada por la Gran Depresión afectaba gravemente la actividad productiva, mientras que el comercio permanecía restringido debido al cierre del puerto. Además, la falta de un sistema de acueducto y energía eléctrica dificultaba la vida cotidiana, y las condiciones de higiene en los servicios básicos eran deficientes. A esto se sumaban problemas fitosanitarios, una inseguridad latente en la zona fronteriza y un estancamiento en el crecimiento poblacional.

Sin embargo, la aprobación de incentivos fiscales para la industria azucarera en 1901, junto con la posterior reactivación del puerto, creó un entorno favorable para la transformación de la provincia. La instalación del Ingenio Barahona marcó el inicio de una nueva etapa, facilitando su integración a la economía nacional y generando mejoras significativas en la calidad de vida de sus habitantes.

Deja un comentario

vinylcuttingmachineguide.com