09 de marzo de 2025
Por: José A. Mateo Gil.
Un importante poeta, periodista, y político español del siglo XIX, Ramón de Campoamor, en un fragmento de uno de sus versos dijo “EN ESTE MUNDO TRAIDOR, NADA ES VERDAD NI ES MENTIRA, TODO ES SEGÚN DEL CRISTAL CON QUE SE MIRA». Esta corta oración, que encierra un valor de verdad incuestionable, se ha popularizado convirtiendose en una de las frases más socorridas por el pueblo a la hora de expresar una idea de forma metafórica.
Nada es verdad, ni es mentira. Que, en la actividad política, por poner un ejemplo, cuando los líderes de los partidos están en la oposición, no importa el litoral político a pertenezcan, satanizan la gestión de gobierno del presidente de turno. En tanto que, los que están en el tren gubernamental, desde su óptica, todas las acciones de su gobierno son perfectas y creen que satisfacen las necesidades del pueblo.
Nada es verdad, ni es mentira. Que, esta afirmación de Campoamor cobra vigencia cuando se cuestionan los resultados de las estadísticas del Banco Central de la República Dominicana, bajo la gobernación de Héctor Valdez Albizu, que tiene 25 años dirigiendo esa institución, y al ser comparado con el desempeño de otras gobernaciones, éste exhibe un conocimiento pleno del manejo de la política monetaria de los gobiernos en que ha servido.
Nada es verdad, ni es mentira. Que, es una práctica recurrente que, si las cifras del Banco Central son favorables a la presente gestión, estas se promueven con bombos y platillos, vendiendo la idea de que esos resultados son el fruto de la buena gestión del gobierno. En tanto que, si los números son desfavorables, las autoridades gubernamentales tratan de justificarlo mediante la manipulación de los datos.
Nada es verdad, ni es mentira. Que, el crecimiento económico que ha exhibido la República Dominicana, no inicia en el año 2020. Sino que es el resultado de casi 40 años de crecimiento sostenido bajo las presidencias del Dr. Joaquín Balaguer, Dr. Leonel Fernández, Lic. Danilo Medina, exceptuando el gobierno de Hipólito Mejía, que la economía registró una disminución significativa del Producto Interno Bruto.
Nada es verdad, ni es mentira. Que, en las últimas 3 décadas, durante los 25 años la gobernación de Héctor Valdez Albizu, la economía ha crecido de manera sostenida marcando alrededor de un 5% anual. En tanto que, durante el período de gobierno 2000-2004, cuyos gobernadores fueron Francisco Guerrero Prats-Ramirez y José Lois Malkún, el crecimiento de la economía se detuvo, a tal punto que, el PIB cayó de 7.8 en el período 1996-2000, a 2.9 promedio en el período 2000-2004. Al perecer no contaban con las pericias necesarias para ocupar tan delicada posición.
Nada es verdad, ni es mentira. Que, la presencia del expresidente de la república y presidente del PLD, en una entrevista, luego de casi seis años de silencio, dejó un sabor agridulce en la población, con la respuesta a preguntas de periodistas de un prestigioso medio de comunicación.
Nada es verdad, ni es mentira. Que, la gestión gubernamental del Partido Revolucionario Moderno, en los actuales momentos, va por un derrotero preocupante. La falta de liquidez en las arcas del gobierno para solventar los compromisos económicos del estado, da la sensación de un gobierno atrapado en su propia ineficiencia. Dicha iliquidez se debe fundamentalmente, a que un 31% del presupuesto nacional, es para pagar el servicio de la deuda.
Nada es verdad, ni es mentira. Que, la deuda del sector público no financiero en la presente gestión de gobierno se ha incrementado de U$40.4MM en año 2019 a U$57.2 MM en el 2024. Con este festival de préstamos, las presentes autoridades están dejando al país hipotecado a las futuras generaciones, fruto de su incapacidad en el manejo de las finanzas públicas.
Nada es verdad, ni es mentira. Que, como resultado de una política de inversión equivocada en los últimos 5 años, las obras de infraestructuras del gobierno son casi imperceptibles, debido a una precaria inversión de capital. Así como, el aumento del gasto corriente mediante el incremento desmedido de la nómina pública, ha secado los fondos públicos. Y como si todo fuera poco, la perdida de valor del poder adquisitivo de las clases más necesitadas, es motivo más que suficiente para preocuparse.
Nada es verdad, ni es mentira. Que, a nivel global, con las políticas implementadas por el presidente de los EEUU, Donald Trump, el mundo está patas arriba. Sus iniciativas, extremas por demás, presagian un cambio de rumbo en todos los órdenes de la convivencia humana. Aunque el método para lograr tales propósitos es confrontacional y compulsivo, algunas de estas medidas son necesarias para frenar agendas que afectan el bien común.
Nada es verdad, ni es mentira. Que, estamos asistiendo a una refundación de los poderes imperiales, pasando de un mundo bipolar, a un mundo multipolar, donde las economías emergentes se están reconfigurando para ocupar una posición importante en la toma de decisiones.
Nada es verdad, ni es mentira. Que, el presidente Trump, está combatiendo agendas preconcebidas para degradar al género humano. Así como, pretende fortalecer su poder imperial con prácticas del pasado. Sin embargo, está tomando iniciativas sin medir las consecuencias de las mismas, corriendo el riesgo de que algunas de ellas tengan que ser reconsideradas. En fin, tal como lo describe Campoamor: «EN ESTE MUNDO TRAIDOR, NADA ES VERDAD, NI ES MENTIRA. TODO ES SEGÚN DEL CRISTAL CON QUE SE MIRA».
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