“Cementerio de los Americanos”: Salvémoslo

Por: David Vólquez

La Región Enriquillo, rica en recursos naturales, archiva en su memoria histórica ser receptora y pionera del intercambio de las etnias más diversas: españoles y nativos, mestizos y africanos, norteamericanos, africanos y asiáticos, respectivamente. Revelando la cultura de tolerancia en que  hemos vivido.  
Nuestra región y sus provincias: Pedernales, Independencia, Bahoruco y Barahona, con montañas, valles, lagos, lagunas, ríos, playas y mares. Con especies de la fauna tales como: cangrejos, jaibas, hicoteas, tortugas, careyes, cocodrilos, iguanas, culebras, aves y sus pichones y huevos (usados muchas veces para alimentos de puercos) y manadas de puercos, burros, caballos, vacas y chivos cimarrones. Una flora rica en especias como la canelilla y orégano, y de víveres como la yuca, plátano, frutas tropicales y sal mineral.
Es la explicación que el representante de Cristóbal Colón, Francisco Roldan Ximenez, alcalde mayor de la Hispaniola y antiguo criado de Cristóbal Colón, se amancebo con Higuemota, hija de Anacaona. Es el primer cruzamiento registrado, entre europeos y españoles en América.

Nicolás de Ovando, recién designado gobernador de la isla, lo hace preso y lo expulsa, en medio de un huracán en el mar, desapareciendo esa memoria tangible, al igual es obra de Ovando, la matanza de Jaragua. Es aquí donde los primeros turistas, amos franceses venían a disfrutar de los baños medicinales azufrados.
Nuestras riquezas naturales atraen al Sr. E. Hatton, quien entró en banca rota con el Ingenio San Isidro, y luego mensuro las tierras del valle de Neyba, donde hoy está el Ingenio Barahona,  asociándose con el Sr. H. J. Pulliam, Secretario del Tesoro de los Estados Unidos. Pulliam era además miembro de la West indian Finance Company y de una refinería llamada Western Sugar and Land Company, así como miembro del directorio de la Cuban Dominican Sugar Developement. Esta última suplía fondos al Central Barahona.
La invasión norteamericana de 1916, apuntalo el desarrollo de esta gran empresa, y al terminar la Primera Guerra Mundial, según Flor María,  mi madre,  a los soldados sobrevivientes, se le ofreció trabajos en el Central Barahona. En la nueva empresa, gemela de la Puerto Rico Sugar Company, que operaba en Puerto Rico y Cuba.

Es así, como las ideas, ideales, ciencia, tecnología entran en sinergia en la producción agrícola, industrialización, con un eficiente transporte ferroviario, terrestre, marítimo y aéreo.
En la memoria análoga de los actores vivos de esta época, recuerdan como los nativos, mestizos, negros, anglosajones, se complementaban, unos cortando las maderas (leñas), que alimentaban las  calderas, para producir vapor de agua, para poner en marcha las locomotoras y otros con la parte administrativa y tecnológica. Gran paso del desarrollo del desarrollo industrial.
“En el cementerio de los americanos”, están los primeros sepulcros construidos en nuestra región. Este recinto contaba con una glorieta, tipo la del parque municipal, lo cual proyectaba, que los que allí  descansaban, no iban al purgatorio, sino a morar a un nuevo estadio energético, en su paso por la vida terrenal.         
El Ayuntamiento Municipal de Barahona, emitió la resolución 013-05, que crea la normativa que regula el uso de suelos en estos terrenos, donde yace la primera pista de aterrizaje, albergó la primera aerolínea de las Indias Occidentales, Pan American World Airways (más conocida como Pan Am). Donde piloteo por primera vez el dominicano Eligio Vólquez, el avión de Mrs. E. Kilbourne, propietario del Ingenio Barahona. 

Las organizaciones sociales, los alcaldes de Barahona y Villa Central, El Concejo del Azucar (CEA), El Concejo de Desarrollo Urbano (antiguo CONAO), La Oficina de Patrimonio Cultural, La Universidad Autónoma de Santo Domingo, Los Ministerios de Salud Publica, Cultura, Turismo, Medio Ambiente, El Ministerio Público, El Presidente de la República y la Embajada Norteamérica, deben defender la expresión más acabada del capitalismo en nuestra isla. Descansan ahí, los frutos de nuestro desarrollo tecnológico-científico y social-cultural.