30 de julio de 2024.
Por: José A. Mateo Gil.
PARTE I
El siglo pasado, fue testigo de los acontecimientos políticos, económicos, sociales, y tecnologicos más trascendentes que ha registrado la historia moderna. La Primera y segunda Guerra Mundial, el nacimiento y consolidación de dos imperios antagónicos (URSS- EEUU), la declaración universal de los derechos humanos, los avances de la tecnologia digital, la caida del muro de berlin, entre otros, marcaron el rumbo que tomarían las naciones más poderosas del planeta.
El desarrollo y evolución de los dos imperios que han dominado el mundo en los últimos 100 años, inicia cuando entró en crisis el modo de producción feudal en la mayoría de los países del Este. Esta sociedad cuyo origen es el resultado de la caída y disolución del Imperio Romano, donde a los acólitos o seguidores del emperador, y a la élite de esa sociedad, les fueron entregada grandes extensiones de tierra, que en lo adelante se denominarían con el nombre feudos. Los señores feudales pasaron a ser propietarios de estos terrenos, cuya procedencia se romonta a los gobernates de la antigua roma.
Estos personajes, que en su mayoría fueron los protagonistas de las grandes batallas que se libraron en la edad media, no sólo eran dueño de las tierras, sino de todo lo que en ella existía, incluyendo los vasallos, que eran los que generaban la riqueza a cambio de una precaria compensación para la subsistencia. El modo de producción feudal, que se extendió desde el siglo IX hasta el siglo XV, llegó a su fin, debido fundamentalmente, a la explotación excesiva de la tierra. La producción agrícola entró en un período de crisis, provocando una situación de calamidad alimentaría, debido a que la tierra ya estaba cansada, y lo que producía no era suficiente para mantener en funcionamiento el feudo. Este sistema político, económico y social que permaneció vigente en la edad media durante VI siglos, se había agotado.
Es precisamente el debilitamiento de la sociedad feudal, que abrió las puertas al surgimiento del modo de producción pre-capitalista. Este, se caracterizó por el florecimiento del comercio y la elaboración de valores de uso. Aunque en este sistema permaneció el comercio de intercambio, que no es propio del capitalismo, es en este contexto que se crean las condiciones para la formación y consolidación de sistema capitalista que hoy conocemos. En Europa, con la desaparición de los Zares en el imperio ruso, el mundo cambió. Y una muestra de ello es, que en el fragor de la Primera Guerra Mundial, específicamente en el año 1917, la revolución bolchevique arrasó con el Zarismo, dando paso a una sociedad cuyas características y fundamento ideológico se diferenciaban de los modos de producción que les antecedieron. Pasaron del modo de producción feudal, basado en la explotación agrícola, a una sociedad regida por preceptos ideológicos inspirados en la filosofía marxista.
En el feudalismo, las relaciones producción se desarrollaban en el marco de la dependencia y fidelidad del trabajador con respecto a su amo o señor. Con el rompimiento de esa sociedad rancia, de explotación inmisericorde de la mano de obra de los vasallos para beneficio de los Zares o señores feudales, la incipiente Unión de República Socialista Sovética (URSS) consolidó su imperio tomando como base ideológica el derrocamiento de las clases sociales y la desaparición de la propiedad privada. Así es que emerge y se consolida la URSS como imperio luego de la Primera guerra mundial.
Es en el año 1919, dos años después de la revolución bolchevique, y establecida la URSS, se firma el Tratado de Versalles, en la Galería de los Espejos, en Francia. El objetivo fundamental de ese tratado fue poner el fin a la Primera Guerra Mundial, que se había originado cinco años antes por el asesinato en Sarajevo, del Archiduque Francisco Fernando, heredero al trono del imperio austrohúngaro. Luego de la firma de dicho tratado, fue creada la Sociedad de las Naciones que tenía como misión gestionar la cooperación internacional para lograr la paz mundial y el fin de la guerra. Con la firma de Tratado de Versalles se terminó oficialmente la Primera Guerra Mundial entre Alemania y los países aliados. La URSS y Estados Unidos salen fortalecidos con este triúnfo.
Finalizada la Primera Guerra Mundial, el mundo entra en un período de recomposición del poderío económico, militar, y geográfico de las grandes potencias. Desaparecieron los imperios: Alemán, Ruso, Austrohúngaro, y Otomano. Es precisamente el colapso de estas naciones hegemónicas de la época, que provoca la creación de nuevas naciones, y con ellas, se establecieron nuevos límites geográficos, fortalecimiento las nuevas ideologías, y una profundización de la crisis económica que asfixiaba a esos países diezmados como consecuencia de la guerra.
Al efecto, los frutos de la Primera Guerra Mundial fueron cosechados por los países aliados: Gran Bretaña, Francia, Rusia y Estados Unidos, que habían resultado vencedores. En tanto que, Alemania, el imperio Austrohúngaro y Turquia, fueron las potencias perdedoras, quedando practicamente destruidas. En consecuencia, la profundización de la crísis económica producto de la guerra en las desaparecidas potencias imperiales centrales, se convirtió en un factor determinante para que, 20 años después de la firma del tratado de versalles, que daba por terminada la primera guerra mundial, Alemania Invadiera a Polonia, siendo éste, el detonante para que estallara la segunda guerra mundial.
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