EL PRIMER AUTO QUE LLEGÓ A BARAHONA

Por: Ing. Carlos Manuel Diloné

En algunos diarios digitales, y hasta en un libro muy famoso, se lee la información de que el primer carro que llegó a Barahona, “fue traído por el señor Julio Fabián, quien en ese entonces, en 1922, era el Síndico Municipal”. Otros dicen que fue en el 1923. Nada más falso y alejado de la verdad podía escribirse.

¿A quien en su sano juicio se le ocurre pensar, que los constructores del Ingenio Barahona andaban a pie, mientras que el síndico se trasladaba en auto? Sabiendo que Banking Corporation, subsidiaria de National City Bank, con una inversión de 13 millones de dólares en el año 1921, adquirió los activos del Ingenio Barahona.

En la Sesión Ordinaria de fecha 12 de Septiembre del año 1919, el Ayuntamiento de Barahona establecía lo siguiente:

“……fue resuelto votar una ordenanza para que todos los (carros) automóviles y coches concurran a una revista que se verificara en el lugar destinado al Play graund todos los días 15 y 30 de cada mes, so pena de $15 de multa al que no asistiera, esto es al dueño del carro (sic)”.

En la Sesión Ordinaria del 3 de Noviembre del año 1919, fue nombrado el señor José Martínez Campos, para el cargo de perito en la revista de coches y automóviles, aprobando la Sala Capitular lo siguiente:

“… fue resuelto designar para dicho cargo al sr Martínez campos y que dicha revista se efectúe el primer domingo de cada mes a las 8 a. m. (sic)”.

NO ES POSIBLE ESTABLECER ORDENANZAS SOBRE LO QUE NO EXISTE.

Lo más probable, es que los primeros autos llegados a Barahona lo hieran a finales del 1917 o principios del 1918, partiendo de la fecha en que firmó el Contrato de Arrendamiento y promesa de Venta del 4 de Junio de 1917.

Para demostrar que la información sobre el primer auto en llegar a Barahona es falsa, estamos mostrando las siguientes fotografías, que revelan como los ejecutivos del Ingenio Barahona se desplazaban por los diferentes Bateyes, en Noviembre y Diciembre del año de 1920.

Gracias a la familia Vargas Matos, muy especialmente al esfuerzo del Dr. Julio Vargas, hijo del Excelso Don Pedro Vargas, quien ha atesorado los álbumes fotográficos, que en vida conservó su padre de toda la provincia por más de 100 años y, a los trabajos de escáner realizados por el Arq. Víctor Duran, hoy podemos mostrar estas joyas fotográficas que hablan más que mil palabras. Soy de opinión que en el Archivo General de la Nación Dominicana, debe existir un Fondo Documental con todas esas Fotografías de soporte, que lleve por nombre Don Pedro Vargas.

 

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