Edwin J. Acosta S.
I. GENERALIDADES.
Carlos Larrazabal Blanco define la Toponimia como el estudio del origen, significado, trascendencia y transformaciones de los nombres geográficos. Afirma que las costumbres de los pueblos, sus migraciones y desapariciones a través del tiempo, por lo regular, se recogen en nombres que permanecen estáticos. El topónimo, pues, se arraiga en el espacio y en el tiempo con más fuerza, casi siempre, que el propio individuo, pues éste desaparece pero los nombres quedan. [1]
En ese mismo orden, debe aceptarse lo planteado por Welnel Féliz cuando refiere que en República Dominicana los nombres de pueblos, y sus respectivos cambios, forman parte de su devenir histórico y constituyen elementos importantes de su identidad sociocultural. Féliz asegura, también, que los distintos gobiernos dominicanos, en sentido general, han impuesto nombres de distintos pueblos en el territorio nacional. Asimismo, señala que el cambio de nombre generalmente conllevaba la erección de una nueva categoría territorial a la demarcación objeto del cambio. Habitualmente los cambios de nombres no han sido solicitados directamente por los habitantes de sus respectivas localidades; sino que, por el contrario, la gran mayoría de ellos ha sido el resultado de decisiones exclusivas de los gobiernos, legisladores y salas capitulares de los ayuntamientos. Eso se traduce en un accionar reiterativo del Estado dominicano imponiendo nombres de distintos pueblos superponiéndolos a los tradicionales. Sin embargo, casi siempre esos cambios han sido aceptados por los lugareños de las poblaciones objeto del nuevo nombre. [2]
II. CAMBRONAL: NOMBRE ORIGINARIO.
En lo que respecta al pueblo objeto de este escrito, el nombre originario fue “Cambronal”; sin embargo, no se trató de la fundación de un pueblo con ese nombre, sino que, en principio se trató de una propiedad inmobiliaria de las denominadas hato[3]. En efecto, durante los primeros años del siglo XVIII debido principalmente a iniciativas particulares de agricultores, granjeros y hateros de la parte española, se fundaron varios hatos en la cercanía del río Neiba[4], entre ellos el hato de Cambronal[5].
Para la década de 1770, el dueño del hato de Cambronal era el español, de origen canario, Narciso Batista, quien también era el dueño del hato de La Descubierta, pero tenía su hacienda en Cambronal, que era uno de los hatos más productivo del valle de Neiba. Batista era una de las personas más ricas del referido lugar y tenía un total de 9 esclavos, la mayoría procedentes de El Congo, África. [6]
Entrado el siglo XIX se advierte una evolución respecto a la categoría territorial de Cambronal, pero manteniendo el nombre originario, pues durante las primeras décadas de ese siglo se le refiere con la categoría de sección. En efecto, durante el sistema político de la ocupación haitiana, específicamente para el año 1839, el teniente coronel Just Tremeré, comandante de la plaza de Neiba, en un informe sobre el estado general de las propiedades rurales, dirigido al presidente Jean-Pierre Boyer, cuantifica la gran cantidad de hatos y labranzas que había en la sección Cambronal, la cual estaba a cargo del capitán Pablo Escalante. La cantidad de hatos y labranzas de Cambronal era significativamente superior al resto de las respectivas secciones de la común, incluyendo la sección Neiba, que estaba a cargo del capitán Manuel Santana. [7]
La categoría de sección bajo el topónimo Cambronal fue mantenida posterior a la Independencia del 27 de Febrero de 1844. Aunque no se conoce documentación que de manera expresa le conceda esa categoría a Cambronal durante el año 1844, ha de colegirse, sin embargo, que el Decreto núm. 14, de fecha 24 de julio del referido año, de la Junta Central Gubernativa, mantiene a Neiba la categoría de común, similar al actual municipio, bajo las mismas condiciones que tenía durante la ocupación haitiana; todo lo cual supone, para esa fecha, una ratificación de la categoría de sección del pueblo bajo el nombre Cambronal. [8]
Durante la década de 1850, el topónimo sirvió para identificar varios sucesos de carácter bélico ocurridos en el lugar, tal es el caso de la denominada Batalla de Cambronal, escenificada el 22 de diciembre de 1855 en los campos de ese pueblo[9]. Para la década de 1860 varios documentos aluden el topónimo Cambronal con la condición de sección municipal; bastará con referir la carta de José de la Paz, comandante encargado del cantón La Canela, dirigida en fecha 7 de junio de 1861 al gobernador político de la provincia Azua, dando cuenta que los “enemigos” habían ocupado el pueblo Cambronal[10]; y las declaraciones ofrecidas por Cayetano Velásquez y Nicolás de Mesa durante la instrucción del proceso penal seguido contra éstos y otras personas por el alzamiento restaurador del 9 de febrero de 1863, iniciado en Cambronal[11].
No es sino para la década de 1880 cuando se advierte la oficialidad, tanto del topónimo del pueblo como de su jerarquización territorial; en efecto, a raíz de la división territorial y censo de la común Neiba del año 1881, se inscriben en la Gaceta Oficial correspondiente el nombre Cambronal como una de las 25 secciones de la común Neiba[12]. El censo de la común del año 1893 mantiene al pueblo con el nombre Cambronal como una sección de Neiba[13]. Ese topónimo perduró en el tiempo pues, como se verá más adelante, el territorio permaneció con ese nombre hasta la tercera década del siglo XX.
El topónimo también se escribió “El Cambronal”, pero esa forma de escritura no representó un nombre distinto, sino una variante del mismo. La variante “El Cambronal” se anota en varios documentos, entre ellos diversos procesos judiciales llevados a cabo entre los años de 1903 a 1920 por ante el Juzgado de Instrucción de Barahona, provincia que entonces comprendía la común Neiba, común que a su vez comprendía la sección Cambronal; bastará con referir la causa penal seguida a Juan Sepúlveda, residente en la sección El Palmar de Hatico[14], y quien tenía un conuco en los alrededores del pueblo, donde pernoctaba con cierta frecuencia[15]; Sepúlveda fue acusado de violar a la persona menor de edad nombrada Catalina Reyes, hija natural del señor Félix Castillo, ambos residentes en El Cambronal; según la narración fáctica de la acusación, la ocurrencia de los hechos se remonta al 20 de julio del año 1911.
Dada la carencia documental se dificulta hurgar en las motivaciones que dieron origen al nombre. La tradición oral asegura, no obstante, que el topónimo Cambronal obedece a la alta cantidad de cambrón o bayahondas que había en el lugar. Todo luce indicar que así fue, pues varios escritos, aunque del siglo XIX, sugieren la alta cantidad de cambrones y malezas en esos territorios donde se suscitaron constantes enfrentamientos bélicos; sin embargo, esos documentos no hacen mención expresa a la vinculación del nombre con el pueblo[16].
Aceptado lo anterior, el nombre Cambronal pertenece al grupo de los topónimos que tienen vinculación con la vida vegetal, los cuales son numerosos en la toponimia de República Dominicana. Los topónimos derivados de nombres de plantas pueden aparecer en formas gramaticales derivadas, bien sea en plural o en las terminaciones propias colectivas en “al”, “ar”, como es el caso de Cambronal. Algunas veces se asocian con un adjetivo o se presentan dos sustantivos en pluralidad, ejemplo: “Los Cambrones”.
Existen en la actualidad otros pueblos sureños con nombre similar, como el referido paraje “Los Cambrones”, del distrito municipal La Siembra, del municipio Padre Las Casas, provincia Azua; otro paraje con ese mismo nombre, éste perteneciente al distrito municipal El Rosario, del municipio San Juan de la Maguana, provincia San Juan; y, otro paraje con igual nombre, perteneciente al distrito municipal Los Toros, del municipio Tábara Arriba, provincia Azua. También existe la sección “Bayahonda”, del distrito municipal Santana, municipio Tamayo, en la misma provincia Bahoruco, entre otos. [17]
En el Cibao también existen topónimos similares. Actualmente en la región Cibao Noroeste está el paraje “Los Cambrones”, del municipio Villa Vásquez, provincia Monte Cristi; también existe el sub-barrio “El Cambrón”, del distrito municipal Castañuelas, municipio Monte Cristi, de la provincia del mismo nombre; en tanto que en la región Cibao Norte, existe el paraje “Los Cambrones”, del municipio Luperón, provincia Puerto Plata, entre otros [18].
III. CEBOLLÍN: NOMBRE SUCESOR AL DE CAMBRONAL.
El nombre “Cambronal”, que en principio tuvo el lugar, permaneció por largo tiempo; pues desde su creación como hato durante los primeros años del 1700, no es, sino, hasta la década de 1930 que cambia al topónimo “Cebollín”.
Contrario a lo que asegura la tradición, Cebollín no es el nombre originario del pueblo, sino que sucedió al de Cambronal. No se conoce ley, decreto o resolución que directamente haya efectuado el cambio de nombre, sin embargo, el censo de secciones municipales, comunes y distritos municipales, del año 1935, recoge el topónimo Cebollín como una de las secciones municipales de la común Neiba[19]. Ya para el año 1939, la Ley núm. 125, sobre División Territorial, incluye el nombre Cebollín con la categoría de sección municipal perteneciente a la referida común[20].
Es aceptado que el nombre Cebollín dado al pueblo fue debido a la abundancia por esos lugares de esa especie del género de las cebollas, pero al igual que con el anterior topónimo no se conoce documentación que confirme esa tesis. Al igual que Cambronal, el nombre Cebollín tiene su origen en nombres de plantas, con una evidente vinculación a la vida vegetal.
IV. GALVÁN: NOMBRE ACTUAL.
El pueblo permaneció con el nombre “Cebollín” hasta el año 1943, pues el 14 de septiembre de ese año, mediante la Ley núm. 386, es cambiado por el actual “Galván”[21], en honor al escritor e intelectual dominicano Manuel de Jesús Galván[22].
Galván es un antropónimo, pues tiene su origen en nombre de persona; en la especie, es el apellido del personaje que da origen al nombre del pueblo. Galván es en la actualidad un municipio de la provincia Bahoruco, categoría territorial conferida mediante la Ley núm. 83-97, de fecha 12 de mayo de 1997. [23]
4.1 CAUSA DEL CAMBIO DE NOMBRE “CEBOLLÍN” POR “GALVÁN”.
La tradición oral también asegura que el motivo del cambio de nombre “Cebollín” por “Galván”, fue debido al hecho de que el dictador Rafael L. Trujillo Molina en una ocasión en que viajó al pueblo fue recibido efusivamente por los lugareños con vítores y pancartas alusivos a la frase “Cebollín con Trujillo”, y que, debido a que uno de los motes de Trujillo era “El Chivo”, eso no agradó al autoritario gobernante, quien, en consecuencia, emitió un decreto cambiando el nombre del pueblo. Sin embargo, tal afirmación no es históricamente sostenible.
Lo cierto es que el cambio de nombre “Cebollín” por “Galván” se efectuó mediante la referida Ley núm. 386, del 14 de septiembre de 1943, y no de un decreto presidencial. Por igual, las motivaciones que movieron a la dictadura a efectuar el cambio de nombre, van más allá de un simple capricho de Trujillo, pues obedeció a la ejecución de un plan claramente estructurado denominado “dominicanización de la frontera”; plan que afectó directamente a la común Neiba.
En ese orden, Féliz refiere que se trató de un proceso ideológico gravitante sobre la frontera dominico-haitiana que consistía, además, en el control político y militar que Trujillo quería establecer sobre ella. Ese plan se manifestó en diversos aspectos, entre ellos en el aspecto toponímico, pues se cambiaron los nombres de casi todos los pueblos fronterizos, buscando resaltar la dominicanidad sobre la base, principalmente, del antihaitianismo. [24]
Como se ha dicho, los cambios de nombres de los pueblos resulta ser un fenómeno multifactorial en cualquier etapa de su historia, y la denominada Era de Trujillo no fue la excepción. Durante la tiranía trujillista los primeros cambios de nombres de los pueblos marcaron el inicio de la exaltación a la figura de Trujillo, así los intelectuales dominicanos al servicio del dictador, conocedores de la importancia de la toponimia en la mentalidad y comportamiento de los ciudadanos, ejecutaron planes concretos tendentes a introducir cambios importantes en los nombres de los pueblos.
Tal cual refiere Féliz, “la actuación gubernamental en ese aspecto tuvo dos períodos principales: La primera parte se extendió de 1930 a 1941, caracterizada por la alterabilidad entre nombres alegóricos al dictador y algunos sobresalientes hombres dominicanos. La segunda abarcó de 1942 a 1961, etapa en la que se cambiaron masivamente nombres extranjeros, principalmente haitianos, en los pueblos fronterizos, siguiendo la costumbre de la fase primaria; pero empleando también, apelativos indígenas y epítetos de algunas epopeyas patrióticas. Así, en la primera parte de la dominación trujillista se trató de implantar las bases ideológicas de la dictadura y, en la segunda, se trató de resaltar la dominicanidad sobre la base del antinhaitianismo”.
Es en esa segunda etapa donde se devela la verdadera razón histórica del cambio de nombre de Cebollín por Galván, pues el régimen trujillista puso en marcha el referido proceso de “dominicanización” toponímica en casi todos los pueblos fronterizos.
El aspecto toponímico del plan de “dominicanización fronteriza” se advierte al producirse una cantidad relevante de cambios de nombres de parajes, considerados extranjeros, por nombres considerados de origen hispano o taíno, según fueran los casos. Para el 19 de julio de 1943, mediante la Ley núm. 319 de esa fecha, tan solo en la común Neiba se efectuaron los siguientes cambios: el nombre de los parajes “Che Sisí” o “Timín” por el de “Camilo”; “Sirivú” por el de “Los Florián”; “Jean Sapit” por el de “Agapito”; “Tefuete” por el de “Tierra Fría”; “Sansapit” por el de “Tierra Buena” y “Ufua” por el de “Sepúlveda”.
En la común Duvergé también se cambiaron varios nombres de parajes, entre ellos los parajes “Gromá” por el de “Charco Grande”; “Marrosó” por el de “Charco Caliente”; “Decabán” por el de “Dos Sabanas”; “Bucán Peñol” por el de “El Español”; “Masgay” por el de “La Naranja”; “Rivié” por el de “Rio Viejo”; “Bucán Marfiní” por el de “Guaraguao”; “Tizursa” por el de “La Noria”; “Bucán Tañé” por el de “Santomé”; “Gafimpá” por el de “Cafetal”. [25]
Para la misma fecha, la común La Descubierta fue objeto de una cantidad relevante de cambios de nombre de parajes. Pero fue en la común Pedernales donde se produjo el mayor número de cambio de nombres de parajes bajo el criterio y fecha antes señalados. La común cabecera de la provincia Barahona también fue objeto de algunos cambios de nombres de parajes; y en la común Cabral se cambió el nombre de los parajes “La Cup” por el de “Polo”, “Pandié” por el de “San Luis” y “Bienbien” por el de “Olivares”.
Apenas 5 días con posterioridad a la consumación de los cambios de nombres anteriormente aludidos, la zona fronteriza de Neiba fue objeto de otros cambios múltiples de nombres de lugares. Aplicando los mismos criterios, el 24 de julio de 1943, esta vez mediante la Ley núm. 339 de la referida fecha, se produjeron los siguientes cambios: en la común La Descubierta se cambiaron los nombres de la sección “Colombié” por el de “Bartolomé” y el de la sección “Sabana Borne” por el de “Sabana Real”. En la común Neiba se cambió el nombre de la sección “San Pulín” por el de “Apolinar Perdomo”. [26]
La justificación a tales cambios la ofrece el propio Trujillo, en un mensaje dirigido al presidente de la Cámara de Diputados, fechado 14 de junio de 1943, donde refiere que por motivo de patriotismo y pureza lingüística tenían que desaparecer de la toponimia dominicana aquellos nombres de parajes considerados exóticos o extranjeros, para dar paso a nombres de origen castizo vinculados al pasado histórico del país. [27]
Pero si bien fue durante la dictadura trujillista donde el proceso de “dominicanización fronteriza” alcanzó mayor afianzamiento, no fue en esa época, sin embargo, cuando inició tal corriente. Féliz asegura que, en realidad, el proceso tiene sus inicios en el año 1884 durante el régimen de Ulises Heureaux, Lilís, con la denominada corriente indigenista, y que, debido a la inestabilidad política existente, no se concretó en los años siguientes, retomándose en la década de 1920; como ejemplo de eso, señala la fundación del pueblo Pedernales, que no fue sino un frente de choque contra las constantes penetraciones haitianas realizadas en el territorio dominicano en esa etapa. [28]
Así pues, el nombre Galván se consideró vinculado a lo indígena, dado que Manuel de Jesús Galván, con su novela Enriquillo, cuya primera parte fue publicada en 1879 y la segunda en 1882, dio inicio a la referida corriente literaria denominada indigenista, la cual originó una circunstancial efervescencia cuyo fin era la identificación y rescate de los elementos aborígenes. Esa corriente fue impulsada por la publicación de varias novelas que trataban el tema indígena, encabezadas por Enriquillo del reconocido escritor Galván. Los resultados de esa corriente indigenista se manifestaron casi instantáneamente en el suroeste de República Dominicana, pues ya en 1884 se cambió, mediante decreto, el nombre del pueblo “Petit-Trou”, o Petirú, por el de “Enriquillo”. [29]
Esa práctica, iniciada por Heureaux, fue la que consolidó y amplió Trujillo varias décadas más tarde, pues el régimen trujillista no solo se caracterizó por el cambio de nombres alegóricos a la persona del dictador, sino que además se cambiaron, esta vez masivamente, nombres extranjeros, principalmente en los pueblos fronterizos, empleando calificativos con vinculación hispánica o epítetos de algunas epopeyas patrióticas o apelativos indígenas.
La ejecución de ese plan, de “dominicanización” y políticas fronterizas claramente definidas y dirigidas por el régimen trujillista a la consecución de un objetivo, fue lo que, en definitiva, produjo el 14 de septiembre del año 1943, mediante la referida ley, el cambio de nombre Cebollín por Galván.
[1] Carlos Larrazábal Blanco. “Antología”, Editorial del Archivo General de la Nación [Vol. CCXLIII], Santo Domingo, 2015, pp. 257-258, 261-265, 277-282; también “Toponimia”, Ediciones de la Sociedad Dominicana de Geografía [Vol. IV], Santo Domingo, 1972, pp. 13-48-
[2] Welnel Darío Féliz. “Historia de los Cambios de Nombres de Pueblos en la República Dominicana”, segunda ddición, Editora Manatí, Santo Domingo, 2009, pp. 29-47.-
[3] Un hato era una propiedad inmobiliaria dedicada principalmente a la producción de ganado, preponderantemente vacuno. El concepto de hato por lo regular se asocia, en los inicios de la colonización, a la existencia de grandes extensiones de tierras poco pobladas. Aunque también el propietario del hato y sus colaboradores, esclavos o “morenos libres”, mantenían una producción agrícola para su subsistencia. [Edwin J. Acosta S.].-
[4] Actual río Yaque del Sur [Para ampliar en el tema, véase Temístocles A. Ravelo. “Diccionario Geográfico-Histórico Dominicano”, Ediciones del Archivo General de la Nación, Santo Domingo, 2012, pp. 24, 63, 124, 134, 190, 207, 260, 288 y 293].-
[5] Para profundizar en ese tema, véase Welnel Darío Féliz. “Historia de Barahona 1801-1900”, Editora Nacional, Santo Domingo, 2011, pp. 27-41.-
[6] ´Archivo Histórico Nacional de Madrid´. Ultramar. Libro 739; citado en Manuel Vicente Hernández González. “La Colonización de la Frontera Dominicana, 1680-1795”, Ediciones de la Academia de la Historia, Santo Domingo, 2006, pp. 265-270.-
[7] El informe de Just Tremeré es transcrito en José Gabriel García. “Compendio de la Historia de Santo Domingo”, Tomo II, quinta edición, Editora Central de Libros, C. por A., Santo Domingo, 1982, pp. 168-169.-
[8] “Cuadro del número de individuos que se han de nombrar por las diferentes comunes para componer el Congreso Constituyente de la República Dominicana”; en Decreto núm. 14, “convocando los pueblos para la elección de Diputados al Congreso Constituyente”, de fecha 24 de julio de 1844, de la Junta Central Gubernativa.-
[9] “Artículo relacionado con la Batalla de Cambronal”, 21 de marzo de 4965, ´Archivo General de la Nación´, Leg. 301571.-
[10] Carta de José de la Paz dirigida al gobernador político de la provincia Azua, La Canela, 7 de junio de 1861, ´Archivo General de la Nación´, Leg.1702466, Caja 55.-
[11] “Sumaria instruida contra Manuel Fabián, Cayetano Velázquez y otros”, ´Archivo General de la Nación´, Leg.1702441, Libro 30, Exp. 3.-
[12] “División territorial común de Neiba”, ´Gaceta Oficial núm. 385´, de fecha 29 de octubre de 1881; transcrito en Alejandro Paulino Ramos. “Censos municipales del siglo XIX y otras estadísticas de población”, Ediciones del Archivo General de la Nación [volumen XLVII], Santo Domingo, 2008, p. 28.-
[13] “Censo Neyba. Cuadro que demuestra el censo estadístico de esta común, formulado por el Ayuntamiento Constitucional”, Neiba, 1893; en ´Archivo General de la Nación´, Interior y Policía, 1885-1916, Leg. 87; transcrito en Paulino Ramos. “Censos municipales del siglo XIX…”, Op. cit., pp. 71-72.-
[14] Hatico, actual Tamayo. [Véase Art. 5, de la Ley núm. 229, de fecha 18 de marzo de 1943, G.O. 5890, “que crea la Provincia del Bahoruco”.-
El Palmar, actual distrito municipal de Neiba [Véase Ley núm. 88-01, de fecha 17 de mayo de 2001, G.O. 10088, “que crea el Distrito Municipal El Palmar, perteneciente a1 municipio Neyba”.-
[15] “Expediente seguido a Juan Sepúlveda por violación de menor”, Juzgado de Instrucción de Barahona, No. 129 #4, del año 1911; en ´Archivo General de la Nación´. 2.3.2-37, 31/07/1911, Leg. 308786.-
[16] Véase: “Carta del P. Meriño a Calixto Ma. y Benito Ramón Pina en San Carlos, sobre su llegada a aquella parroquia del suroeste”, Neiba 22 de enero de 1857; “Carta del P. Meriño a Calixto a los HH. Pina Benítez, editores del periódico Mensajero de San Carlos”, Neiba 28 de febrero de 1857; “Carta del P. Meriño a los HH. Pina Benítez, en San Carlos, enviándoles un avance de su periódico”, Neiba, 26 abril 1857; y “Carta del P. Meriño a José Gabriel García en Curaçao, sobre nuevos Planes”, Barcelona, 14 de noviembre de 1872; transcrito en José Luis Sáez, S. J. [compilador]. “Documentos inéditos de Fernando A. de Meriño”, Ediciones del Archivo General de la Nación Vol. XXVIII, Santo Domingo, 2007, pp. 65-66, 66-68, 69-72 y 262.-
“Inquisitiva del detenido Manuel Ocampo”, Neiba, 14 de febrero de 1863; e “Inquisitiva del detenido Simeón Suberbí [a] Papaón”, Neiba, 14 de febrero de 1863; en “La Restauración en el Sur”, Colección Herrera, Boletín del Archivo General de la Nación, año XXIV, núm. 104, enero-diciembre de 1962, pp. 143-147 y 147-150.-
Véase también: “La marcha con el sol”; en José Miguel Soto Jiménez. “El corrido de los taitas [retablo histórico]”, Ediciones Grupo G-5, Santo Domingo, 1995, pp. 5-7; y
“Documentos y anotaciones. Cuarta Campaña”; en José Gabriel García. “Guerra de la separación dominicana: Documentos para su historia”, segunda edición, Ediciones de la Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos, Santo Domingo, 1994, pp. 102-103, 108-110, 112-113, 120-122 y 122-123.-
[17] Oficina Nacional de Estadística. “División territorial 2021”, Ediciones de la ONE, Santo Domingo, 2020, pp. 44, 48, 58.-
[18] Ibíd., pp. 226, 230, 267, 325.-
[19] Oficina Nacional de Estadística. “Detalles por cabecera y secciones municipales de la población del distrito de Santo Domingo, comunes y distritos municipales de la República, según el censo de 1935 y la división territorial establecida por la ley 125 de 1939”, cuadro núm. 12.-
[20] Ley núm. 125, de fecha 31 de mayo de 1939, G.O. 5320, “sobre División Territorial de la República”.-
[21] Ley núm. 386, de fecha 14 de septiembre de 1943, G.O. 5971, “que denomina las secciones municipales de Cebollín y Suí por Galván y Vidal Pichardo, respectivamente”.-
[22] Féliz. “Historia de los Cambios de Nombress…”, Op. cit., p. 173.-
[23] Ley núm. 83-97, de fecha 12 de mayo de 1997, G.O. 9954, “que eleva el distrito municipal de Galván, a la categoría de Municipio”.-
[24] Féliz. “Historia de los Cambios de Nombress…”, Op. cit., p. 73.-
[25] Ley núm. 319, de fecha 19 de julio de 1943, G.O. núm. 5946, “que asigna Nuevos Nombres a varios Parajes de Comunes Fronterizas”.-
[26] Ley núm. 339, de fecha 24 de julio de 1943, G.O. 5953, “que Cambia los Nombres de varias Secciones Municipales […]”.-
[27] “Mensaje de Trujillo al Presidente de la Cámara de Diputados”, núm. 13080, de fecha 14 de junio de 1943, ACD, Exp. núm. 1284, de fecha 08 de julio de 1943; transcrito en Welnel Feliz. “Historia cambios de nombres…”, Op. cit.-
[28] Féliz. “Historia de los Cambios de Nombres…”, Op. cit., p. 87.-
[29] Decreto núm. 2205, del Congreso Nacional, “erigiendo el común el puesto cantonal de Petit-Trou bajo la denominación Enriquillo”.-
[Imagen: Fotografía de conglomerado de personas en Cambronal, año 1943, ´Archivo General de la Nación´, Fondo Conrado]
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