La primera propuesta era sobre cómo repoblar la isla, y la misma no tuvo acogida en la corte española y fue archivada.
Casi inmediatamente este negociador político propuso la genial idea de destruir las poblaciones antes mencionadas, para evitar el comercio ilegal con los aventureros europeos y al mismo tiempo parar la penetración religiosa protestante que ya tenía efecto en esa zona.
Esta gestión tuvo éxito y fue aceptada en la corte española.
Para ese entonces Baltasar López de Castro tenía 38 años de edad y 21 ocupando el cargo de Escribano de la Audiencia, además de Alférez Mayor y Regidor de Santo Domingo, es decir, todo un personaje. Hijo de Baltasar López Cornejo y de María Cataño, bautizado en la Catedral de Santo Domingo el día 15 de junio de 1559.
En el año 1586, cuando las huestes inglesas al mando del corsario Francis Drake desembarcaron en Haina, Baltasar López de Castro fue parte del primer grupo de valientes que partió hacer frente a los intrusos ingleses, como se puede ver, el hombre era un individuo de armas a tomar, no solamente cabildero de la corte.
El 11 de agosto de 1604 llegó López de Castro a Santo Domingo con sus cédulas Reales autorizando la destrucción de las ciudades costeras, previamente había pasado por Guadalupe buscando un cargamento de mercancías.
La destrucción de las poblaciones costó el mayor daño inimaginable a sus habitantes, debiendo salir con sus pertenencias y ganado para las nuevas ciudades a fundar.
Esto costó el ahorcamiento de unas 70 personas que se resistían a mudarse, además de los daños traumáticos que sufrieron sus habitantes. Algunas personas en las movilizaciones se quedaron rezagadas y pudieron evadir la mudanza.
Estas personas fundaron poblados en la sierra de San José de las Matas, donde todavía se pueden observar rasgos traumáticos en sus pobladores, como son: hablar bajito, reunirse casi siempre en habitaciones y ser huraños a la pregunta de cualquier cosa como decía el Dr. Zaglul: “yo como que no me doy cuenta”.
Las despoblaciones de la costa norte dieron lugar al nacimiento del imperio francés en la isla y al surgimiento del Estado haitiano.
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