04 de noviembre de 2024.
Por: José A. Mateo Gil.
Los gobernantes, cuando asumen por primera vez la conducción del estado, entran en un proceso de aprendizaje, que, al principio, tienen que hacer esfuerzos extraordinarios para cuidarse de no cometer errores que afecten la popularidad, bien ganada, durante el período de campaña. Algunos de ellos, no cuentan con un historial de trabajo en la administración pública que facilite realizar un buen desempeño en sus funciones. De hecho, con regularidad, la inexperiencia exhibida por estos, genera una percepción negativa ante el pueblo, que se mantiene atento a las iniciativas de sus gobernantes. Aunque la experiencia para realizar un función pública o privada no es una condición sin ecuanón para que una persona puede realizar un trabajo, las imprecisiones en las tomas de decisiones, afectan la credibilidad del presidente de turno, y con ello, el buen funcionamiento de la estructura organizacional del estado.
El pueblo ha observado con preocupación, que las actuales autoridades de gobierno, encabezadas por el Presidente de la República, han puesto en marcha algunas disposiciones que contravienen la Constitución de la República, y otras que afectan de manera negativa a las clases más necesitadas del pueblo dominicano. Los proyectos de ley enviados por el ejecutivo al Congreso Nacional con fines de aprobación, han generado un avispero en los diferentes sectores de la vida nacional. El pueblo reacciona cuando se siente afectado por disposiciones gubernamentales que lesionan sus intereses y presupuesto familiar.
En atención a las protestas de la gente, el Presidente de la República ha tenido que dejar sin efecto varias iniciativas legislativas sometidas al congreso nacional. Esta práctica, que para el primer cuatrienio del gobierno del PRM, un partido que apenas tenía 5 años de haber sido fundado cuando asumió el poder, confirma que los asesores y funcionarios más cercanos al Presidente, no contaban con la experiencia y pericia necesaria para gobernar. Por lo que, para su segundo período gubernamental, el pueblo no le perdona cometer los mismos errores, como de hecho está ocurriendo en los actuales momentos, echando para atrás propuestas, que, a todas luces, carecen de imaginación y creatividad, donde estos funcionarios plantean el camino más corto, pero más lesivo a los intereses de la colectividad.
Desde la primera administración de gobierno del Presidente Abinader, este ha tenido que dejar sin efecto, unas series de medidas que han sido rechazadas por la población. A tal punto, que hasta los miembros de su propio partido han reaccionado ante disposiciones que les perjudican, como es el caso de congelar la nómina pública, castrando así la posibilidad de que los perremeistas puedan conseguir un empleo en el gobierno. Si bien es cierto que rectificar es de sabio, y manda una señal positiva al pueblo elector, porque constituye una muestra de que el mandatario escucha los reclamos de la gente, no es menos cierto que, tomar medidas para luego echarla para atrás, por temor a una revuelta popular que afecte la valoración positiva del Presidente, no es saludable, ni para la imagen del primer mandatario, y mucho menos para la gobernabilidad. Esos hábitos de recular con regularidad, pueden ser interpretados como populistas. El pueblo es sabio y se da cuenta cuando se toman medidas para mantenerlos tranquilos, y cuando es para los gobernantes mantener su capital político intacto.
La falta de tacto y visión política de los funcionarios y asesores del mandatario en este segundo período de gobierno, está poniendo patas arriba la presente gestión de gubernamental. Una muestra de ello es, entre otros desaciertos, que en momentos en que los apagones se intensificaban, las autoridades del sector impulsaron una propuesta de proyecto de ley, con el propósito de incrementar la tarifa eléctrica. Ante la reacción de los usuarios de ese servicio tan vital para la economía nacional, el Presidente dejó sin efecto esa disposición, argumentando que lo dejaría para cuando estén dadas las condiciones. En ese mismo orden, fue retirado el proyecto de ley para el fideicomiso de las dos plantas Punta Catalina, donde se planteaba la creación de una gestión independiente para la administración del patrimonio más importante con que cuenta el estado dominicano. Finalmente, tomaron de decisión de entregar la administración a un empresario del sector.
Lo propio ocurrió en la zona fronteriza, siendo este uno de los temas más controversiales y complicados que día a día tiene que enfrentar el pueblo dominicano, el Director General de Migración suspendió la propuesta de expedir carnets a los habitantes de los pueblos fronterizos que ingresan al país sin intención de quedarse.
Otro proyecto de ley que el ejecutivo tuvo que retirar del Congreso Nacional, fue el de ciberseguridad, que pretendía sancionar a un ciudadano con hasta un año de prisión por publicaciones discriminatorias. Este festival de retiro de proyectos de ley luego de haber llegado al Congreso Nacional para fines de aprobación, no se detiene ahí.
El más reciente es el caso de la Reforma Fiscal. El Presidente dejó sin efecto esta disposición. Con el agravante de que no quedó claro si sometería otra pieza legislativa o si harían los ajustes fiscales por la vía administrativa. Pero, como si todo fuera poco, aún está pendiente de solución del escándalo de la alcaldía de La Vega, con la designación de Kelvin Cruz como Ministro de Deportes, y la renuncia de Vice Alcaldesa. Así como también, la circular emitida por Ministro de Administración Pública, donde establece que los empleados públicos tienen que presentar el recibo del pago de la energía eléctrica y del pago del consumo de agua para poder cobrar su sueldo. En la semanal de ayer, el Presidente dejó sin efecto esta disposición, argumentando que era voluntaria y sin consecuencia. De todas las iniciativas impulsadas por las autoridades, solo queda pendiente buscar una salida satisfactoria al caso de La Vega, que, si el Presidente toma la decisión de devolver a Kelvin Cruz a su alcaldía, el tema queda resuelto, y no pasará nada.
En reiteradas ocasiones hemos planteado que el Presidente de la República ha demostrado tener buenas intenciones en su gestión de gobierno. Sin embargo, algunos funcionarios que lo acompañan, están haciendo un flaco servicio para ayudarlo a quedar bien. Y una muestra de ello es, en lo que respecta a la elaboración de propuestas de proyectos de ley, que una vez llegan al congreso para fines de aprobación, el Presidente tiene que retirarlo porque lo hacen a la carrera, sin tomar en consideración el impacto social de dichas medidas, lesionando los mejores intereses de la vida nacional. El refranero popular ha acuñado una frase que dice » UNA GOLONDRINA NO HACE VERANO «. En otras palabras, al Presidente Abinader lo están dejando solo.
Cuando un mandatario conquista la primera magistratura del estado para un segundo período de gobierno, debe cuidarlo más que el primero, porque los funcionarios se atrincheran en sus respectivos ministerios y dependencias, abandonando a su suerte al líder que los designó. Más cuando éste, no puede aspirar, porque está impedido para una tercera re postulación. Por consiguiente, el líder perremeistas, debe dejarse acompañar de los mejores técnicos para que lo ayuden a gobernar sin mayores contratiempos, no importa el litoral político a que pertenezcan. Sus colaboradores más cercanos lo están llevando a cometer errores infantiles, fruto de la incapacidad creativa para elaborar propuestas inteligentes, que no lesionen la popularidad del mandatario, y que los efectos de las medidas no impacten de manera negativa a la población. Por tal razón, si no abre los ojos, el tiempo vuela a una velocidad que supera nuestra capacidad para percibirlo, y su gobierno que sólo le quedan 3 años y 7 meses, pudiera pasar sin penas, ni gloria, solo con un baúl lleno de buenas intenciones.
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