Por: Rafael Matos Feliz
Hendrik Heyer nació el 25 de agosto del 1933 en Barahona. Sus padres fueron: Charles Heyer, holandés y Colombina Díaz, dominicana. Vivió junto a su padre y sus hermanos (incluido Wilfrido) en la calle Jaime Mota al lado de la casa curial, al frente a la Iglesia Católica. Su padre era muy conocido, pues fue Capitán de Puerto de Barahona y el conductor del Remolcador que facilitaba la entrada de los barcos.
Cuando Hendrik tenía 10 años, ya mostraba una excelente habilidad para el juego de pelota. Y al cumplir los 12 años, se inicia en el béisbol de Pequeñas Ligas. En esta modalidad de destacó mucho y al cumplir los 18 años pasó a la pelota juvenil y poco después al Béisbol Amateur.
Se inició como amateur en 1952 y se desempeñaba como cátcher y jugó en los mismos equipos que su hermano mayor, Wilfrido Heyer; pero en tiempos diferentes, pues Wilfrido jugó hasta la década de los años 40 y Hendrik lo hizo después. Como amateur se enfrentó a San Juan de la Maguana, San Cristóbal, Bani, Azua y muchos otros pueblos.
Se recuerda que tanto Hendrik como Wilfrido y otros estelares de aquella época (décadas de los 40 y los 50), que descollaban y con gran popularidad dentro de la fanaticada, el Tirano Trujillo no les permitía participar en intercambios y torneos fuera del país; pues temía que fueran contratados por ligas de Los Estados Unidos y que se quedaran allá. Para evitar eso, Trujillo estableció como regla, que si un deportista se quedaba fuera del país, él lo mandaba a buscar y aquí la sanción consistía en “30 años y 1 día”, es decir, no salían más de la cárcel.
En los intercambios internacionales, el mismo Trujillo seleccionaba a los contendores que iban a competir, pero siempre se cuidada de que los mejores no salieran nunca; y solo su salida era posible si un gran empresario o una gran empresa se hacía responsable del deportista. Aquí en Barahona, Hendrik jugaba en el solar del sector de Villa Estela, que luego pasó a ser “el mercadito”. Allí se entrenaba y practicaba casi todos los días y siempre se destacaba por su destreza deportiva.
Se recuerda que cuando Hendrik se inició como amateur junto a él jugaban otros estelares, como Albot james, Lulin Martínez y otros más. Durante esa década de los años 50, Hendrik Heyer brilló como uno de los mejores cátcher de todo ese pasado esplendoroso de la pelota amateur dominicana. Y fue el mejor cátcher de Barahona de esa misma época. Para la fecha solo se jugaban tres campeonatos amateur por año y un campeonato nacional, entre los contendores gananciosos de las distintas regiones del país.
Se llegó a comentar de manera continua, la combinación perfecta que tenía Hendrik Heyer con los lanzadores. En ese mundo del lenguaje mudo de las señas, Hendrik y los lanzadores llegaron a engañar a cientos de bateadores con lanzamientos sorpresivos. También, era un tremendo corredor entre las bases. Se estafaba las bases cuando se embasaba, más rápido de lo que se dice “berenjena”. Era muy ágil y de gran velocidad.
Se recuerda que en un juego en San Juan de la Maguana, cuando el pitcher del equipo de Barahona le lanzó al bateador, en ese momento Hendrik sufrió un mareo repentino y la pelota le pasó casi rozando el cuerpo y siguió hacia atrás. Al darse cuenta los compañeros del equipo barahonero, salieron corriendo a auxiliarlo; lo encontraron dormido y arrodillado y lo cargaron para llevarlo al hospital. Se le dio atención médica y más tarde se sintió mejorado. Ese día Hendrik Heyer no volvió a jugar.
Entre Hendrik y Wilfrido, su hermano, se dan muchos parecidos en sus actividades deportivas en el béisbol. Hendrik era muy peculiar en lo referente a su estilo de bateo, pues cuando se cuadraba en el cajón para batear, tenía la costumbre de retorcer la pierna izquierda de manera extraña y esa acción era muy llamativa y rara, y casi siempre desconcentraba a los lanzadores; pero además, como era un tremendo y fornido bateador, este otro hecho también era de preocupación para los lanzadores.
Por su extraordinaria calidad, la familia Antún lo llevó a Estados Unidos para jugar pelota profesional, pero en las prácticas se lesionó un hombro y tuvo que regresar. Luego trabajó en la Feria Mundial y más tarde en la compañía Chevrolet, hasta 1990. Se casó con la señora Ana Germano de nacionalidad argentina. No procrearon hijos, pero Hendrik tuvo tres hijos que son, Enrique, Hendrik y Ranses. Hendrik Heyer falleció el 11de abril del 2004.
¡¡HENDRIK HEYER, ORGULLO NUESTRO Y EJEMPLO DE DIGNIDAD. HONOR A TI!!