¿Por qué Haití busca ayuda en Benin para enfrentar crímenes relacionados con el vudú?

Sacerdotisa vudú en un trance
Una sacerdotisa entra en un trance al ser «poseída» por un espíritu como parte de su comunicación con el mundo de los muertos.

Redacción

BBC Mundo

12 octubre 2017

Brujería, satanismo, magia negra, fetiches con agujas enterradas, hechizos malignos y zombis. Eso es lo que el mundo occidental asocia con el vudú.

Pero esa es una imagen creada en parte por Hollywood para aderezar sus películas de horror y poco tiene que ver con la antigua religión originada en África occidental y que fue llevada por esclavos a Haití, donde aún se practica.

Los dramáticos rituales pueden parecer intimidantes para el que no esté iniciado; estruendoso tamborileo, humo, sangre de animales sacrificados, cadáveres exhumados, danzas desenfrenadas, sacerdotes poseídos por espíritus.

Esa es la manera como los creyentes se comunican con sus ancestros en el mundo de los muertos que, en vudú, existe paralelamente con el de los vivos.

En 2003, el vudú fue declarado una religión oficial en Haití, sin embargo, como con muchas otras religiones, se pueden dar exageraciones y abusos que enfrentan las tradiciones del culto con las leyes del estado.

Es por eso que un comité de senadores haitianos viajó a Benín, África, una de las cunas del vudú, para entender cómo son las legislaciones de ese país frente a los crímenes vinculados a la religión.

Fetiches vudú
Fetiches vudú son colocados en el piso o en los umbrales para protección de espíritus del mal.

Jean Renel Senatus, Jean-Marie Junior Salomon y Ronald Lareche llegaron a Benín a mediados de septiembre en una misión investigativa como parte de las reformas que se tienen planeadas al código penal haitiano, vigente desde el siglo 19.

Parte del proceso involucra buscar consejos de los países en que sus ancestros vivieron antes de que fueran enviados al nuevo mundo como esclavos.

Sincretismo

Benín y Haití comparten no solo una historia y una cultura, sino una religión. El vudú en Benín también es una religión oficial desde 1989, practicada por millones de creyentes.

Personificación del demonio en un ritual vudú

El culto de los espíritus naturales e invisibles fue transportado a través del Océano Atlántico a partir del siglo 18, en barcos de esclavos desde África Occidental.

Allí se mezcló con las creencias cristianas de los colonizadores en un sincretismo de dioses paganos y santos católicos.

«Es lo mismo que ocurre con la santería en Cuba», explicó a BBC Mundo Nick Caistor, editor del centro de análisis Latin American Bureau, que produjo un programa especial sobre el vudú para la BBC.

«No es considerado como magia sino como una expresión natural cultural, heredada de sus antepasados africanos. que le otorga a los haitianos un sentido de identidad personal», continuó Caistor. «Es una forma de comunicación con un ser superior«.

El vudú está arraigado en la adoración de la naturaleza y los ancestros -y la creencia que los vivos y los muertos existen lado a lado. Un mundo dual que puede penetrarse a través de varias deidades.

Practicantes de vudú en trajes de espíritus
Los espíritus vudú representan la reencarnación de algún muerto familiar.

Sus adeptos creen en esforzarse por vivir en paz y siempre hacer el bien, que las malas intenciones no pasarán impunes, en un concepto muy similar al de los cristianos de «no pecar».

A pesar de esto, algunas prácticas del vudú pueden aparentar ser amenazantes y violentas.

Sacrificio animal

Algunos participantes visten trajes ceremoniales alusivos a espíritus y deidades, otros se tiñen en rostro y el cuerpo mientras gesticulan y danzan desenfrenadamente al ritmo de tambores, alterados por bebidas embriagantes.

Pero el sacrificio de animales en cuya sangre se untan los creyentes y la ocasional exhumación de cuerpos es lo que más afecta las sensibilidades de quien mira desde afuera.

«Muchas religiones reconocen la sangre como una fuente de poder, una señal de vida», indicó a la BBC el profesor Dodji Amouzouvi, experto en religiones y tradiciones africanas, de Benín.

«Vudú enseña que el poder de la sangre puede aplacar a los dioses, una manera de dar gracias», señaló Amouzouvi. «Los animales son parte importante del vuduismo».

La sangre de una cabra sacrificada para una ceremonia de vudú
La sangre de los animales sacrificados es untada en el cuerpo y ropas de los creyentes.

Aunque el sacrificio de animales no es exclusivo del vudú y otras religiones reconocidas practican cosas como el degollamiento ritual de animales, el vudú a veces es caracterizado como salvaje e irracional, si no ocultista.

Es una imagen que se cultivó durante los regímenes de François «Papa Doc» Duvalier y su hijo, Jean-Claude «Baby Doc» y reforzada en la novela de Graham Greene, «Los Comediantes», en la que uno de los protagonistas participa en una ceremonia de vudú.

Inclusive, algunounos presidentes de EE.UU. acusaron los regímenes Duvalier de usar el vudú para reprimir al pueblo.

Y no sorprende que Hollywood haya sido el principal culpable de la mala reputación y los aspectos más cliché de esta religión, concentrándose en la magia negra y el ocultismo, señaló Nick Caistor a BBC Mundo.

«El vudú es defendido por los creyentes como algo positivo y practicado en parte como una postura contra el colonialismo de Francia y Estados Unidos», observó.

Practicante de vudú en Haití
Los practicantes de vudú consideran la religión benigna.

«No obstante, algunos sacerdotes -llamados houngans– sí creen tener poderes mágicos que pueden utilizar contra males y enfermedades. Hubo uno que afirmaba poder curar el SIDA», expresó el analista de Latin American Bureau.

Abusos

Estos supuestos poderes o la convicción de que surten algún efecto pueden generar abusos que rayan en la criminalidad pero, por tratarse de una religión, entran en conflicto con las leyes civiles.

Por eso fue que los senadores haitianos decidieron emprender un viaje de investigación a Benín para consultar con legisladores, magistrados y autoridades locales sobre cómo resuelven legalmente casos de fenómenos irracionales.

Senador Jean Renel Senatus
El senador haitiano Jean Renel Senatus fue uno de los que integró la delegación a Benín.

El periodista Bob Quenum, corresponsal de la BBC en Conotú, Benin, explicó que los casos que se presentan en su país tienen que ver con algunas ceremonias específicas, la charlatanería y con el embrujo.

Se han prohibido las prácticas dedicadas a alterar el ciclo de lluvias, así como cualquier transacción que implique el intercambio de órganos humanos o huesos.

También la charlatanería, así como la brujería o magia que altere el orden público o perjudique a las personas o su propiedad.

«El primero, la charlatanería, se puede procesar y castigar si hay pruebas de que hubo engaño o fraude, pero la brujería es difícil de probar y muchas veces no se puede hacer nada al respecto», anotó el corresponsal.

Gran parte de la población que se denomina cristiana o musulmana recurre frecuentemente a los sacerdotes o sacerdotisas (mambos) vudú, señaló Quenum.

«Por lo general no lo admiten pero si tienen algún problema que no pueden resolver acuden al vudú. Es algo que practican paralelamente a su religión declarada», comentó.

Un tamborilero llama a los dioses
Con los ritmos del tambor se llaman a los diferentes dioses

En áreas rurales sucede más, añadió. Pero allí, si hay un problema, «pueden recurrir a las autoridades locales que conocen las tradiciones y éstas pueden hacer un reclamo para que la persona que lanzó el hechizo lo retracte».

En zonas urbanas el recurso son los tribunales para que emitan un fallo o «las iglesias o templos de sus religiones declaradas donde su opción es la oración».

«Zombificación»

Uno de los problemas que concierne a los legisladores de Haití que visitaron Benín es la llamada «zombificación».

En esta práctica, por ejemplo, se supone que el sacerdote vudú le aplica un polvo a la víctima que le da la apariencia de una muerte clínica.

Un cuerpo es exhumado por un sacerdote en una ceremonia de "zombificación"
Un cuerpo es exhumado por un sacerdote en una ceremonia de «zombificación».

El supuesto fallecido, exhumado con la ayuda de un enterrador, puede entonces ser explotado en su debilitada y semiconsciente condición

Jean Marie Junior Salomon, que es vicepresidente del Senado de Haití, dijo a la agencia AFP que la zombificación implica «ser declarado muerto. abiertamente enterrado para luego ser resucitado».

Los que es diferente, expresó, es que la persona «resucitada» luego debe trabajar como un esclavo.

En los sectores obreros y comunidades remotas en Haití, donde hay poca confianza en las autoridades, la zombificación se utiliza para saldar cuentas con los enemigos.

Los legisladores haitianos manifestaron su interés en cómo la justicia tradicional, en lugar de la civil, puede resolver estos casos. Es cuestión de cultura, dijo Salomon a AFP, «aquí la gente respeta la tradición».

El código penal de Haití fue heredado de Francia y en ese contexto, el vudú entra en conflicto pues le código es colonialista y el vudú es la religión tradicional, explicó Nick Caistor.

«Pero para un país en el que se ha sufrido tanto, una creencia como vudú es positiva. Ellos tienen que tener algo en qué creer, una posibilidad de comunicarse con un ser superior para lidiar con todos los desastres que han soportado«, concluyó.

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