Por: Dr. Rafael Leonidas Pérez y Pérez.
En Duvergé, el 19 de junio de 1960, el a la sazón Secretario Municipal de la Juventud Trujillista de esa jurisdicción, mi tío Luis Manín, q.e.p.d., en un «valiente» discurso a favor de «Papatrú» (Trujillo), dijo entre otros conceptos, que por falta de espacio no coloco del todo aquí: «como trujillista auténtico y sincero, fraguado en el crisol de esta luminosa era, no tengo frases con que expresar mi profundo entusiasmo por la alta honra conferídame de agotar un turno de oratoria en esta grandiosa concentración cívica, en la cual nosotros los integrantes de la juventud trujillista de Duvergé, repudiamos enérgicamente la actitud de intromisión de la comisión interamericana de paz de la OEA, en los asuntos exclusivos de nuestro país.»
Expresó también el tío Luis Manín, en su alocución, estas palabras: «juventud trujillista, en nuestros hombros descansa el porvenir de la patria, juremos una vez más nuestra más irrestricta y sólida lealtad, hacia el benefactor de la patria y padre de la patria nueva y al gobierno que preside el honorable señor Presidente de la República. Permanezcamos siempre a sus lados, y prometámosle un juramento similar al de Mirabeau, de que de sus lados no nos retirarán ni las fuerzas de las bayonetas.»
Y finalizó con: «he dicho.»
Mientras que en una carta de queja que fechada en Duvergé, provincia Independencia, el 31 de marzo de 1962, enviara (ya ajusticiado «el chivo» o Trujillo la noche del 30 de mayo de 1961) al señor Presidente y demás miembros del Consejo de Estado, su despacho, Palacio Nacional, Santo Domingo, D. N., el tío Luis Manín, con actitud de un antitrujilllista de toda la vida, como si fuera uno de los antitrujillistas sobrevivientes de la cárcel la 40, o de la del km. 9 de la carretera mella, o de la expedición de Constanza, Maimón y Estero Hondo, etc., etc., escribió entre otros conceptos: «…los que hacen con sus arbitrariedades cínicas y obcecadas formarse de ellos el criterio de reaccionarios, porque esos mismos métodos abominables fueron los que les instruyó el tirano ajusticiado a sus cuerpos de represión, para sembrar desasosiego y el temor entre los púdicos y decorosos ciudadanos que no compartían con los morbosos ideales del tirano ni en la copulativa de mancharse con la prostitución trujillista.»
Y también asentó en su misiva: «la notoriedad gira en torno a las displicencias y anomalías de estos villanos trujillistas, que cuales pájaros de igual plumaje vuelan juntos, porque proceden de la fauna ya conocida…»
Cuando tenía el suscrito 5 años de edad, vio cuando a raíz de la muerte del dictador Trujillo, de manera apresurada, nervioso, sudoroso, con miedo, el tío Luis quitó de una de las paredes de la sala de la casa de su madre Manín donde por igual vivía, el famoso retrato del perínclito varón, del benefactor de la patria y padre de la patria nueva, del primer maestro, primer……etc., etc., etc., generalísimo y doctor Rafael Leónidas Trujillo Molina; y lo ocultó sigilosamente en el aposento al sur de la sala referida, habitación donde él dormía…
¿Sobrevivencia?
Cosas veredes, Sancho…
Así es la historia…
También te podría interesar
-
“La Herencia de Sabiduría y Amor”
-
La sociedad del siglo XXI. Una mirada sobre las profundas transformaciones en el ámbito político, económico, social y tecnológico.
-
FAMILIABATEYERA.COM
-
Los desaciertos del gobierno del cambio. Un monumento a la improvisación que preocupa al pueblo dominicano.
-
Vieja costumbre al tomar café que aún pervive en Duvergé