Por: Virgilio Gautreaux P.
Zona Sur del país inundada
Este terrible huracán asoló duramente la nación el 31 de Agosto de 1979, especialmente las provincias del Sur llevando desolación y muerte a su paso. San Cristóbal y Baní aportaron la mayor cuota de muertos y desaparecidos. David castigó con fuerza la capital dominicana. Todo el país sufrió los devastadores efectos de este fenómeno atmosférico y su mortal trayectoria. La República estaba todavía padeciendo las secuelas del ciclón David, cuando vino el 4 de Septiembre la ¨tormenta Federico¨, que encontró una nación inundada. Las lluvias de Federico, provocaron grandes inundaciones y más muertes. Las torrenciales lluvias durante varios días, se transformaron en una trampa mortal para miles de dominicanos que perdieron sus vidas. Otros quedaron arruinados al perder hogares, cosechas, reses y aves. Fue una verdadera tragedia nacional.
En la foto de más abajo se observan los bancos del malecón barridos como si fueran de cartón. Yo vivía cerca de la Avenida y la gente al ver lo fácil que estos bancos se habían despegado, pensaba que eran livianos e intentaron quitarlos para limpiar la vía, pero grande fue la sorpresa al descubrir que los mismos eran muy pesados. Lo curioso es que mientras los bancos rodaron como si fueran de cartón, las palmeras se mantuvieron firmes. Ni una sola fue derribada.
Bancos de hormigón barridos por huracán diseminados en el Malecón
A nivel nacional se destruyeron infraestructuras eléctricas, acueductos, carreteras, puentes y canales de riego. Más de medio millón de viviendas fueron arrasadas y por doquier había centros de refugiados. Las pérdidas materiales se estimaron en unos US$2,200 millones y los muertos fueron aproximadamente unos 4, 000. El servicio de energía estuvo paralizado por un mes en muchas zonas de la nación. Las redes telefónicas fueron afectadas por la caída de miles de postes. Los puertos de Santo domingo y Haina resultaron seriamente afectados, entorpeciéndose la salida de productos de exportación y el ingreso de mercancías del exterior.
En los barrios de la capital miles de viviendas quedaron sin techo. Casi todo el Sur del país quedó a oscuras. Los ríos desbordados arrasaron emblemáticos puentes. Frágiles hogares fueron arrasados por ríos de lodo y rocas de montañas deforestadas. Miles de predios quedaron sepultados por escombros originados en lomas desprotegidas de su capa vegetal (recordemos caso de Jimaní en el 2004).
Para Agosto de 1979 yo trabajaba en el Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario-FEDA cuando llegaron DAVID Y FEDERICO y nos dieron esa gran pela. En esta oficina se hizo una campaña interna para conseguir alimentos, ropa, medicamentos, frazadas, etc. La institución facilitó el transporte y cuando llegamos a San Cristóbal fuimos a la Fortaleza para nos auxiliaran para preservar el orden pues íbamos a lugares donde habían personas con días sin comer ni abrigo. El Comandante nos dijo que le dejáramos todo y que ellos lo iban a repartir y así «evitarnos posibles riesgos». Por supuesto no le hicimos caso y nos prestaron dos guardias.
TRAYECTORIA DEL CICLÓN DAVID
A pocos días de ambos fenómenos, me fui a trabajar a ONAPLAN donde nos enviaron a las zonas sureñas devastadas, a realizar un levantamiento de los daños (desde una perspectiva «económica» principalmente). El espectáculo era aterrador. Recuerdo que en Pizarrete todas las fincas quedaron seriamente afectadas, lo mismo en otros campos de San Cristóbal, Ocoa, Baní, etc.
Años después yo trabajaba en el Departamento de Deuda Externa del BANCO CENTRAL, dándole seguimiento a las operaciones del Banco Interamericano de Desarrollo, al BANCO MUNDIAL, al Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola, la agencia Internacional de Fomento y otros fondos de cooperación financiera internacional, donde me percaté que luego de DAVID Y FEDERICO, nuestro país recibió gran cantidad de préstamos de esos organismos. Incluso la Asociación Latinoamericana de Integración-ALADI, activó un mecanismo de cooperación financiera (en caso de emergencia ante catástrofes), mediante el cual los Bancos Centrales de latinoamérica hicieron depósitos en dólares en el Banco Central dominicano, en apoyo a nuestra Balanza de Pagos. Creo que dichos valores no devengaban intereses o eran muy bajos. Cuando todo se normalizó, el país fue amortizando esa facilidad financiera.
ÁREA DESTRUIDA POR DAVID
También es bueno recordar que muchas naciones hermanas del continente fueron solidarias enviando alimentos, vestuario, medicinas y materiales para reparar viviendas. Algunos países desarrollados desplegaron programas de cooperación financiera y técnica mediante sus agencias bilaterales de desarrollo (USAID, JICA de Japón, etc.). Asimismo, se recibió asistencia de la Unión Europea y de entidades de la ONU. Alemania, Francia, Cánada, España y Taiwán, entre otros, suministraron valiosa ayuda humanitaria.
Al yo ver ese torrente de cooperación y ayuda financiera luego de ambas turbulencias, redacté unas notas (que el VIENTO SE LLEVÓ!), donde plasmaba la relevancia de «racionalizar» estos flujos, de manera que se accediera a aquellos fondos/ventanillas más concesionales (a partir de calendarios de pago, inetereses, condicionalidade, etc).
DAMNIFICADOS
Sin embargo, la realidad ha sido que cuando nos azota un ciclón, enseguida nuestros gobiernos envían misiones con bandejas a pedir dinero a quien sea y sin ver las condicionalidades financieras (tasas de interés, plazos, etc). En ese torbellino, también es frecuente que se recurra a «medidas de urgencia», que en la práctica significan mayores concesiones a los carteles eléctricos, de los combustibles, las comunicaciones, consorcios de construcción, etc., todo esto amparado en las «condiciones de emergencia» donde se mandan al carajo procedimientos y controles que norman las compras y adquisiciones gubernamentales. Por cualquier cosita, los titulares de las entidades públicas recurren a sus famosos «procedimientos de urgencia», que los dominicanos conocemos como «grado a grado», donde se obvian protocolos previstos por varias leyes.
De las aguas revueltas por los ciclones, son muchos los «pescadores» que ganan !!!!
GENTE EN ORILLA RÍO
Con más de cinco siglos aguantando ciclones se supone que debimos aprender las lecciones que dejan su paso. Sin embargo, el hecho de que “el progreso” se concentra en la capital, Santiago y unas pocas ciudades, aumenta el flujo de personas que huyen del área rural buscando mejores condiciones de vida, atraídos por la concentración de inversiones públicas en los llamados “polos electorales”. El resultado ha sido un enorme crecimiento de los barrios-miseria que rodean dichos centros urbanos, áreas éstas muy sensibles a los fenómenos naturales ya que los migrantes se ubican en la orilla de cañadas, ríos, lugares empinados y áreas degradadas, donde no reciben servicios básicos. De estos lugares surge la mayor cantidad de refugiados.
Hoy David y Federico son un simple recuerdo. Sin embargo, luego de 4 décadas de su ocurrencia, podemos extraer ricas experiencias y observar que hemos logrado avances significativos para enfrentar dichos fenómenos, pero que se mantienen aún vigentes grandes retos y desafíos propios de una nación en vías de desarrollo, pero que todavía mantiene políticas de desarrollo regional desigual.
También te podría interesar
-
HORRENDO CRIMEN EN BARAHONA
-
GALVÁN: HISTORIA DE LOS CAMBIOS DE NOMBRES DEL PUEBLO.
-
INFORME ANUAL CÁMARA DE COMERCIO DE BARAHONA-1935
-
Hecho atroz durante la guerra de los seis años (1868-1874) ocurrido en el sur dominicano
-
El damero (hoy sería duvergense) Hermenegildo Pérez, permaneció en Haití sorprendido por la revolución contra la administración del presidente Buenaventura Báez (1868-1874)