Cuando el charco El Higo me resolvió un problema

Por el Dr. Rafael Leonidas Pérez y Pérez

El Higo es un charco que era frecuentemente visitado desde antaño por lugareños de Duvergé.

Está cercano al otro balneario denominado Los Berros, ubicado también al norte del poblado.

Se me había formado un forúnculo («nacío») en la cara interna de mi en ese entonces enclenque muslo derecho.

Mi padre me andaba buscando en todo el pueblo para exprimírmelo y no me encontraba porque estaba escondiéndome de él ya que tenía fama (por mi propia experiencia) de que exprimía, exprimía con todas sus fuerzas, hasta sacarle al jodido «nacío» la «raíz».

Imagínense ustedes el dolor que la cura producía, más que el del mismo «nacío».

Muchachos, Jorge Messin y yo, junto a otros amigos de más o menos nuestras edades, nos fuimos a bañar al famoso charco El Higo.

Sé que papá sigue buscándome… No se ha rendido…

Jorge se tira desde lo alto por la ribera suroeste del charco y cae de cabeza en el agua sin ninguna novedad.

Quiero imitarle, y cojeando de mi pierna derecha por el «nacío» de mierda, tomo impulso y ¡cataplum!, caí de barriga en el charco con tal impacto que la misma se me puso roja y, ¡oh, sorpresa!, observo sangre en mi muslo del forúnculo, ¡con todo y «raíz» se me explotó el «nacío»!, ¡qué felicidad!, ¡me libré de papá!, el charco El Higo me resolvió un problema, ¡gracias mi charco, mi charquito!

Cosas veredes…

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