Dónde están los asesinos sin rostro?


Por: Virgilio Gautreaux P.

En la República Dominicana ha surgido un nuevo flagelo: la muerte por intoxicación alcohólica. Tal si fuera un nuevo fantasma, una mafia criminal de manera casi impune, circula por todo el cuerpo nacional asesinando dominicanos y dominicanas. Arranca vidas muchas de ellas valiosas. Han caído bajo el rodillo venenoso padres, madres, abuelos, abuelas, hermanos, hermanas, tíos, tías primos, primas amigos y amigas.


Muchos han sido asesinados por El Cleren, Pitrinchi,Tapa Floja, Triple X, Kapicúa y toda una serie de bebidas adulteradas o fabricadas con sustancias altamente tóxicas para la salud humana. La enorme cantidad de compatriotas fallecidos no parecen inmutar ni despertar la necesaria atención de las autoridades competentes, las que se han limitado, a incautar bebidas en pulperías y colmadones y a desbaratar alambiques o fábricas clandestinas de rones y otras bebidas de origen ilegal.


Hay que resaltar que también muchos jóvenes murieron envenenados consumiendo verdaderos cocteles refrigerados, como el mortal MONDAY’S, fabricado con diferentes sustancias tóxicas de gran mortalidad,que en este mes de Abril causó la muerte a cuatro jóvenes de una misma familia.

Lo más lamentable de esta epidemia criminal, es que muchas de las víctimas murieron en medio de gran sufrimiento, después de haber celebrado una fiesta familiar, un cumpleaños, recibir un pariente del exterior, un aniversario de bodas una fiesta entre amigos o un encuentro fraterno, como fue el reciente caso de varios obreros de la construcción. O la muerte dos hermanas envenenadas por el criminal líquido.


Todo el país se ha vestido de luto ante este fantasma que recorre la geografía nacional llevando luto, dolor y sufrimiento a la familia dominicana. La mayoría de los muertos en intoxicados son personas que viven en barriadas y campos, gente pobre sin apellidos sonoros.


Tampoco la gran prensa ni los medios de comunicación, han elaborado investigaciones sobre la cantidad de niños huérfanos que están provocando esta criminal practica. En muchos hogares la desaparición del esposo o la esposa, ha significado una verdadera tragedia emocional en niños y niñas, cuyo drama y dolor no forma parte de las estadísticas mortales.

Imaginamos la sorpresa que a nivel internacional generan estas trágicas muertes, estos asesinatos impunes.
Quienes fabrican estas mortales bebidas, los que las distributen en el pais y los que la venden en colmados y calles, están conscientes de que están entregado al consumidor un elixir de la muerte. Lo hacen sabiendo que es muy probable que los y las compradores tienen alta probabilidad de morir envenenados.


Tan lucrativo ha resultado este mercado mortal, que vemos como cada día se tecnifica utilizando botellas y etiquetas de conocidas y destacadas marcas nacionales de ron y de whisky extranjero. Toda una red criminal elabora las etiquetas en imprentas, fabrican la clásica mayita de una conocida marca de ron y también imprimen etiquetas de famosas marcas de Whisky. Estamos hablando de un negocio muy lucrativo cuyas ganancias aumentan proporcionalmente a la cantidad de muertos que provocan !!!


Complicidades entrecruzadas público- privadas, son responsables de estas muertes que no se detendrán y que seguirán llevando sangre, sudor y lágrimas, a los hogares dominicanos. Mucho del líquido criminal es producido en comunidades del interior del país, el cual pasa por diferentes puestos militares de control sin que hayamos leído la incautación de vehículos cargados de tanques con este veneno o con centenares del veneno ya embotellado.


Hasta el momento, han salido sospechosamente muy bien librados, los propietarios de los colmados y lugares donde se han vendido las diferentes bebidas tóxicas. Los parientes de las víctimas asesinadas en medio de su dolor, han dejado en manos de las autoridades sanitarias, policiales y judiciales, la persecución y el castigo que deben sufrir estos traficantes de la muerte.


Consideramos que los cónyuges, padres, hermanos e hijos adultos, deben someter a estos criminales verdaderos asesinos. No basta incautar el veneno embotellado y simbólicamente «cerrar» los colmados cuyos propietarios se lucraban (y se lucran) sembrando la muerte en sus barriadas.


Al final, estos genocidas se libran del castigo que merecen, pagando fuertes sumas a los responsables oficiales de perseguirlos y juzgarlos duramente como se merecen. Esto se traduce en que la impunidad, es la principal materia prima en este negocio de la muerte. La falta de verdaderas sanciones, como prisión por varios años, fuertes multas, cierre definitivo de los colmados y compensación a los familiares de los asesinados.


Los fabricantes del mortal líquido y quienes lo transportan, también deben recibir fuertes castigos y voluminosas multas. Los vehículos deben ser incautados. Si no se envía un fuerte mensaje a estos criminales, nos iremos acostumbrando para que una o dos veces por año surja esta mortal epidemia.


Muchos de manera acomodaticia, responsabilizan a las víctimas de este comercio, cuando en realidad se trata de una poderosa industria que fabrica, transporta y vende la muerte a personas, que con motivo de una festividad familiar o de amigos acuden aros colmados a comprar bebidas que asumen cumplen con las leyes nacionales, en materia de calidad.


Las famosas medidas de coerción, la acción de Abogados venales y la impunidad reinante ante la muerte de varios centenares de dominicanos (y sobrevivientes con lesiones permanentes), de seguro estimulará continuar con el negocio.
Hasta el momento, la mayoría de las víctimas ha sido principalmente jóvenes y adultos. La ausencia de firmeza de las autoridades, pudiera estimular que la mafia asesina incremente sus operaciones hacia «otros mercados», como pudieran ser las golosinas, refrescos y jugos, que consumen los niños y las niñas dominicanas !!!!

A la magnitud del crimen cometido, le debe corresponder el castigo. Una buena argumentación jurídica defendiendo los asesinos, no debe doblegar la dura sanción que merecen estos criminales !!!

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