EDWIN INGERSOLL KILBOURNE (Mister Kilbu)

Por: Ing. Carlos Manuel Diloné

PARTE I

Para los que nacieron o se criaron en el Batey Central y/o en el Municipio de Barahona, que en el día de hoy tienen más de 55 años de edad, fue muy frecuente el haber escuchado hablar de Mr. Kilbourne, en cuya residencia por lo regular, se hospedaba el presidente Rafael Leónidas Trujillo, cuando visitaba la ciudad; por lo general, en el Municipio de Barahona y en el Batey Central, sus residentes cuando observaban en el firmamento el vuelo de algún aeroplano decían: “ahí va el avión de Mister Kilbu”.

Pero quien era Mr. Edwin Ingersoll Kilbourne? Un hombre que en la industria azucarera dominicana, gozó de un elevado prestigio, llegando a ejercer una de las mayores influencias en ese negocio; y que a decir de mi padre, regularmente vestía de blanco, por lo que en los corrillos del ingenio Barahona le llamaban el Ovejo.

Mr. Edwin I. Kilbourne, se graduó en la Universidad de Cornell en 1917, se alistó en la Marina de los Estados Unidos el 04/05/1917, con el número de servicio 001460921.[1] Recibió “un nombramiento como alférez en la Reserva Naval de los Estados Unidos y se le ordenó ir a Annapolis para recibir cuatro meses de entrenamiento intensivo en la Academia Naval de los Estados Unidos”.[2] Al año siguiente de su graduación,  se incorporó a la West Indies Sugar Corporation, de la que llegó a ser Presidente desde el mes de septiembre de 1954 a julio de 1960[3] cuando se jubiló; falleció en la residencia de ancianos Dresden-Madison. Tenía 75 años y vivía en el 118 de la calle 60 Este. Le sobreviven su viuda, la antigua Ana Rosa Santoni; un hijo, el Dr. Edwin D. Kilbourne, profesor de salud pública en la Facultad de Medicina de la Universidad de Cornell; 2 hijas, una hermana y 18 nietos.[4]

La West India Sugar Finance Corporation, comenzó los trabajos de instalación y construcción del Ingenio Barahona, el 4 de Junio de 1917, apareciendo el nombre de Mr. Kilbourne en 1918, muy ligado al desarrollo de los campos agrícolas y al proceso de edificación del molino azucarero. The Barahona Company, Inc., con una capacidad de molienda de unas 5,000 toneladas de caña por día, era uno de los principales productores de las filiales dominicanas de la West Indies Sugar Corporation, eventual sucesora de la West India Sugar Finance Corporation.

En las investigaciones que hemos realizado, sobre el despojo de tierras por parte de la Barahona Company, en contra de pequeños agricultores y labriegos de 1918 y 1919, donde se puso a circular una protesta con la firma de muchos campesinos, nos encontramos con la comunicación fechada en Barahona, el 22 de febrero de 1919, donde Frank L Mitchell, Administrador de la Barahona Company, le informa a Frank H. Vedder, Asesor legar de la Empresa,  con relación al señor “S. Espinosa. El único hombre con este nombre que puedo encontrar es uno de los hombres de confianza de Kilbourne que dice que no ha firmado absolutamente nada y nos ofrece su firma de cualquier forma que podamos usar”. También le informa que el señor “R. Batista. Es un empleado recientemente despedido por Kilbourne, por fraude en sus nóminas”.[5]

En 1921, “el Sr. y la Sra. Edwin I. Kilbourne (Elizabeth Alward ’18) anunciaron el nacimiento de su segundo hijo, Philip Alward Kilbourne, el 20 de agosto. Kilbourne es en la actualidad subdirector de la Consuelo Sugar Estate. Su dirección está a cargo de la Consuelo Sugar Company, San Pedro de Macorís, Santo Domingo[6]. Ese mismo año Mister Kilbu denunció haber conseguido un material asfáltico (petróleo) en Duvergé. “Edwin I. Kilborne, ingeniero empleado en la Compañía Barahona, dice que en un brazo del Arroyo Palma Dulce, a unos 6 kilómetros al este de Duvergé, encontró un material asfáltico que olía a petróleo. Los hijos del país creen que los manantiales de sal en varios lugares al este de Neiba indican la existencia de petróleo. Cerca de Angostura, en la extremidad occidental de los Cerros de Sal, se encuentra una caliza que despide un olor fétido cuando se rompe. En la misma localidad y en otros lugares en las rocas de la formación Cerros de Sal, hay pequeños fragmentos de un material leñoso”.[7]

San Pedro de Macorís, fue la provincia de mayor expansión del desarrollo de la caña de azúcar, y también la región donde los gavilleros[8] opusieron una mayor resistencia a la intervención de Estados Unidos de América de 1916-1924. Mr. Kilbourne desde 1918, se desempeñaba como 2do. Administrador del Ingenio Consuelo en esa provincia del este del país.

´”El señor y la señora Edwin I. Kilbourne (Elizabeth Alwald ’18) siguen viviendo en Santo Domingo. Kilbourne fue nombrado recientemente gerente de Consuelo, la mayor hacienda azucarera de la isla, y escribe que con sus dos hijos, Philip, de tres años, y Edwin, de cuatro, están disfrutando enormemente de la vida en la hacienda. Su dirección es Ingenio Consuelo, San Pedro de Macorís, Santo Domingo[9]. Informaban revistas extranjeras especializadas en agricultura.

El estado de agitación en la zona este, era calamitoso, muchísimos campos de cañas resultaron quemados, muchísimas bodegas de diferentes ingenios azucareros fueron saqueadas y muchos funcionarios terminaron siendo asaltados y asesinados por los gavilleros, tal es el caso de JOSÉ PUELLO quien “El 15 de noviembre escaló bodegas en El Faro, La Mula y San Isidro, y las casas particulares de José Caraballo y Salvador Santana en la sección de San Jerónimo de Los Llanos. Hirió al hijo de José Caraballo, José María Caraballo. Azotó y saqueó casas en las comunes de Hato Mayor, El Seibo, Jovero. Él y sus compañeros ‘‘fomentaron dos colonias de cañas en terrenos de La Jagua, común de Los Llanos, y estaba abriendo una tumba para otra colonia. Sus propiedades estaban abandonadas porque no tenía familia en Los Llanos’’. Asaltó al señor Adolfo Pión, mayordomo del ingenio Consuelo. Declaró que Gollito Severino, José Santana y Manuel Candelario fueron responsables del asesinato de Miguel Santana (árabe), inspector de la sección de San Jerónimo”.[10]

Como el Ingenio Consuelo estaba localizado en la Región Este; y además, era de los más grandes que existían en la isla, en su radio de acción, se desarrollaron grandes enfrentamientos entre Gavilleros y tropas regulares. “El hecho es que el mismo 10 de enero, cuando incursionaron los marines en el Este, Chachá[11] se levantó en armas en el batey central del Consuelo, al frente de más de cien seguidores. Ahí se mantuvo un día, hasta que las tropas invasoras organizaron el avance hacia el interior. El Consuelo fue tomado por asalto y Chachá decidió retirarse en dirección a la cordillera Oriental, después de presentar tenue resistencia”.[12]

En ese escenario Mr. Kilbu, que tenía la obligación de producir rendimientos económicos en una de las mayores centrales azucareras del país, decidió aliarse con la cúpula de las fuerzas de ocupación, en un espacio donde arriesgaba su vida y la de su familia, para enfrentar a los gavilleros en el Este del país, como forma de lograr que el Central Consuelo operara de forma continua y segura.

Fruto de los trabajos desplegados por Mr. Kilbu, muchísimos Gavilleros se entregaron en el Ingenio Consuelo, tal es el caso de: “MOJICA, Pedro (del grupo de Martín Peguero) Se entregó en Consuelo el 20 de mayo de 1922 junto con Pedro Vásquez y Ricardo Santana”[13]. Y de “GUZMÁN, Abelardo (del grupo de Ramón Natera). Se entregó en Consuelo el 31 de mayo de 1922 junto con Ismael Bahía, Petán de Castro, Roberto Díaz, Mata Talma, José Mejía, Juan Mejía, Pancho Natera, Ramón Vibena”[14].

La cooperación de Mr. Kilbu en las “operaciones contra bandidos del Distrito Este”, recibió el elogio de Samuel Shelburne Robison, Contralmirante de la Marina de los Estados Unidos, Gobernador Militar de Santo Domingo; y de toda la cúpula militar de ocupación, evento que deja plasmado Robison, cuando en misiva dirigida a Mr. Kilboune, le manifiesta lo siguiente: “En relación con su cooperación en las operaciones contra los bandidos en el Distrito Este durante los últimos meses y que felizmente han tenido éxito.

El general Lee, el coronel Lyman, yo mismo y todos los oficiales con los que he estado asociado que han visto su trabajo en este asunto, hemos quedado profundamente impresionados por la tranquila energía, el tacto y la intrepidez con la que ha llevado a cabo este trabajo, y deseo que acepte su agradecimiento y el mío propio, en representación del Gobierno Militar aquí, por su labor”.[15]

Las siguientes misivas contienen parte de la satisfacción de los Marines por los trabajos de Mr. Kilbourne.

110-1-F

2 de junio de 1922.

De: Coronel Charles H. Lyman, Cuerpo de Marines de los Estados Unidos.

Para: El Comandante General, Segunda Brigada

Asunto: Elogio al Sr. E. I. Kilbourne

Referencia: (a) Carta del Comandante General al Coronel Lyman, fechada el 25 de mayo de 1922.

1. Aunque aprecio profundamente las amables expresiones del Comandante General contenidas en la referencia (a), considero mi deber informar al Comandante General de que los resultados enumerados en la referencia (a) sólo se han podido lograr gracias a la cooperación, energía, tacto y valor personal del Sr. E. I. Kilbourne, Administrador Adjunto de la Finca Consuelo.

2. El Sr. Kilbourne actuó como mi agente para ponerme en contacto con los bandidos, y al hacerlo, se puso una y otra vez en peligro personal. Como ya se ha dicho, el éxito de nuestros esfuerzos fue posible gracias al Sr. Kilbourne, y solicito encarecidamente que el Comandante General ponga este asunto en conocimiento del Sr. Vedder, representante de las haciendas azucareras en la ciudad de Santo Domingo.

C. H. Lyman[16]

1929-22 (2) SSR-0’G

13 de junio de 1922.

Sr. F. H. Vedder

Representante Consuelo Azucarera

Estimado Señor.

Me complace adjuntar a la presente una carta escrita por mí en esta fecha al Sr. E. I. Kilbourne, Subdirector de su Consuelo Estate, que es muy explicativa.

Los servicios del Sr. Kilbourne y de todo el personal de su hacienda han sido del mayor valor para el Gobierno Militar y para el pueblo dominicano.

Muy atentamente.

Samuel S. Robinson

Contralmirante de la Marina de los Estados Unidos,

Gobernador Militar de Santo Domingo.[17]


[1] https://catalog.archives.gov/search?q=Edwin%20I.%20Kilbourne.

[2] THE CORNELL COUNTRYMAN. VOL. XV. NO. 4. JANUARY, 1918. Página 234.

[3] FOREIGN CLAIMS SETTLEMENT COMMISSI0N OF THE UNITED STATES: WASHINGTON, D.C. 20579.

[4] The New York Times, del 14 de octubre de 1968.

[5] AGN. / Gobierno Militar de Santo Domingo / 02 // 103-15. Legajo 1700211. Carta de fecha 22 de Febrero de 1919.

[6] The Cornell Countryman. Volume XIX. November, 1921. Number 2. Página 50.

[7] T. W. Vaughan. Un reconocimiento geológico de la República Dominicana. United States Geological Survery. Washington 1922. Página 240.

[8] El nombre de ´´gavilleros´´ se les dio a los hombres y mujeres que, desde la región Este de la isla, principalmente, hicieron frente a la intervención norteamericana de 1916-1924. Pero esta definición no es del todo certera.

[9] THE CORNELL COUNTRYMAN. A JOURNAL OF COUNTRY LIFE—PLANT, ANIMAL, HUMAN. VOL. XXII. NO. 6. MARCH, 1925. Página 180.

[10] MARÍA FILOMENA GONZÁLEZ CANALDA. Los gavilleros, 1904-1916. Santo Domingo 2008. Archivo General de la Nación Volumen LXIV. Páginas 283 y 284.

[11] Se refiere al general Salustiano Goicoechea.

[12] ROBERTO CASSÁ. Nacionalismo y resistencia contra la ocupación americana de 1916. Archivo General de la Nación. Volumen CCCXVI. Santo Domingo. 2018. Páginas 68 y 69.

[13] MARÍA FILOMENA GONZÁLEZ CANALDA. Los gavilleros, 1904-1916. Santo Domingo 2008. Archivo General de la Nación Volumen LXIV. Páginas 260.

[14] Ibidem. Página 237.

[15] Archivo General de la Nación / Gobierno Militar de Santo Domingo / 02 // 121-130. Cooperación de E. I. Kilbourne. Leg 1700203. Fecha(s) 1922-06-02 / 1922-06-14.

[16] Ibidem.

[17] Archivo General de la Nación / Gobierno Militar de Santo Domingo / 02 // 101-33. Importancia de servicios prestados por E. I. Kilbourne. Leg 1700219. Fecha1922-06-13.

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