El conflicto Israel-Palestina. Una confrontación religiosa milenaria que amenaza la economía y la paz mundial.

25 de octubre de 2023

Por José A. Mateo Gil.

La historia, desde la aparición de la escritura, registra en sus archivos los hechos más relevantes acontecidos a través del tiempo. No importa el lugar del planeta donde te encuentre, ni el credo religioso que predique, en todo conglomerado social, el hombre se ha encargado de dejar constancias escritas, para que las futuras generaciones conozcan los eventos y acontecimientos escenificados en el entorno que les tocó vivir.

La religión, jugó un papel estelar en el proceso de organización y desarrollo de la sociedad. Con el paso del tiempo, los pueblos, tanto de oriente, como de occidente, crearon la plataforma para el surgimiento de los rasgos culturales y religiosos que definieron su identidad como ente social. De acuerdo a las escrituras en el Antiguo Testamento, por poner un ejemplo, se relata la vida de Abraham y su pacto con Dios. Es a partir de esta historia, que surgen las controversias entre los medio hermanos, Ismael e Isaac, hijos de Abraham. Es la descendencia de estos dos personajes bíblicos, que, durante siglos, se han enfrentado disputándose la tierra prometida de Canaán.

La profundización de la crisis del conflicto Israel-Palestino, tiene su origen, precisamente, en el relato del Antiguo Testamento, donde Dios promete a Abraham la tierra de Canaán. Ismael, su primogénito engendrado con Agar la egipcia sierva de Sara, esposa de Abraham, fundó el pueblo Árabe en Canaán. En tanto que, Isaac su segundo hijo, engendrado con Sara, hizo lo propio en la tierra prometida por Dios a Abraham, lo que es hoy el pueblo de Israel. Este nombre viene dado, debido a que Dios, cambió el nombre de Jacob, hijo de Isaac, por el de Israel. Las 12 tribus de Israel, están conformada por los 12 hijos de Jacob, que a su vez son los fundadores del pueblo de Israel.

La tierra prometida fue compartida por esos dos pueblos. Desde entonces, los medio hermanos, hijos de Abraham, han protagonizado este conflicto que se ha mantenido latente durante siglos, disputándose el control de la tierra prometida. Con sus altas y sus bajas, se han enfrentado durante 4,000 años. Sin embargo, no es hasta 1948, cuando las Naciones Unidas declara el Estado de Israel. Los Árabes o Palestinos, rechazaron esa decisión de la ONU, razón por la cual, atacan a Israel en el año 1967, librando la batalla de los 6 días. Israel contra Egipto, Jordania y Siria, resultando ganadores los Israelitas. Los ataques recientes del grupo islamista terrorista HAMAS a Israel, desató la ira de ese pueblo, profundizando una crisis, cuyo desenlace es impredecible. La respuesta de Israel al ataque de Hamas, ha costado más de 6000 muertos al pueblo palestino, y una cantidad indeterminada de heridos.

Lo que está aconteciendo en la Franja de Gaza, tierra palestina y cuna de los grupos terroristas, impacta de manera significativa, la paz y la tranquilidad, no solo a los pueblos de Medio Oriente, sino a la paz mundial. A tal punto, que, en lo adelante, si no se produce una intervención para buscar una salida satisfactoria para ambos pueblos encabezada por la ONU, y los lideres de la comunidad internacional, se vislumbra un panorama sombrío en el nuevo orden económico mundial. Un manto de dudas subyace en torno a la solución del problema Israel-Palestino, por una razón obvia, tanto en Israel como en el mundo Árabe, existen células de grupos terroristas enquistadas a lo interno de ambos pueblos, lo que dificulta la eliminación de los mismos en esos territorios.

El apoyo de los musulmanes al pueblo palestino, cuya cabeza visible es Irán, entre otros países del Medio Oriente, pone en alerta a las potencias EEUU y Rusia. Por un lado, el solo hecho de que el halcón de occidente, Joe Biden, visitara a Jerusalén, en medio de una confrontación bélica descarnada en la Franja de Gaza, motivada por el espaldarazo de Irán a los palestinos. Y, por otro lado, que el líder del ejército rojo, promotor y autor de la invasión rusa a Ucrania, Vladimir Putin, realizara una visita al Presidente de China Xi Jinping, es motivo de profunda preocupación. Estos encuentros no son producto de la casualidad. Ellos tienen informaciones privilegiadas que el ciudadano común desconoce. En consecuencia, este conflicto, extremadamente complejo por demás, pudiera extenderse y continuar su agitado curso, como lo ha hecho durante siglo.

El apoyo de los EEUU a Israel, para contra atacar al grupo terrorista HAMAS en suelo palestinos, tiene una connotación distinta a la de su participación en Ucrania. El fanatismo religioso del mundo musulmán los unifica, cosa esta que no sucede en occidente y sus aliados. Pero además las razones por las cuales se enfrentan Israel-Palestina, son diametralmente opuestas a las de Rusia contra Ucrania. La confrontación en Medio Oriente obedece a cuestiones eminentemente religiosas, aún a sabiendas de que durante siglos se disputan el control del territorio.

La participación de EEUU en Israel y Ucrania, es de carácter económico y de geopolítica. El apoyo a Israel le garantiza a Estados Unidos proteger sus intereses en Medio Oriente. En tanto que, la participación de EEUU en la guerra de Ucrania es, por un lado, para fastidiar y debilitar a su eterno rival como lo es Rusia. Esta guerra le permite a EEUU continuar vendiendo las armas producidas por la poderosa industria armamentista norteamericana. Y desde el punto de vista político, ambos casos benefician las pretensiones reeleccionistas del Presidente Biden. Es de todos conocido que, históricamente, el tema de la guerra unifica el sentimiento nacionalista norteamericano. Por su parte, Rusia invade a Ucrania, para evitar que esa nación forme parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), y así evitar que esa organización al servicio de EEUU, instale una base militar en el patio trasero de Rusia. En adición a las acostumbradas pretencones de expandir su territorio.

En la actualidad, la humanidad está atravesando por situaciones convulsas en varios países del planeta. Unos por un tema ancestral ligado a la religión, otros por problemas fronterizos y de control territorial. Lo cierto es, que la guerra entre pueblos hermanos, solo trae consigo destrucción, muerte y distorsiones de la economía mundial. Lo que sucede en Europa, China, la India y Medio Oriente, que son los mayores productores de petróleo y granos del planeta, se refleja en una escalada alcista de precios en detrimento de los países pobres de tercer mundo. El conflicto Israel-Palestino, la invasión rusa a Ucrania, entre otras controversias, constituyen la punta de lanza para una crisis política, económica, y social de proporciones alarmantes e impredecibles para la humanidad.

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