24 de diciembre del 2021
Por José A. Mateo Gil
La era cristiana, inicia con el nacimiento de Jesus, en un pesebre, rodeado de animales, en Belén de judea. De acuerdo a lo que relata la historia, fue concebido por intervención divina a través de la virgen Maria. En honor a la llegada del hijo de Dios a la tierra, la humanidad celebra con jubilo, año tras año, este acontecimiento histórico religioso. La Navidad es una de las festividades más importantes del cristianismo, junto con la pascua de resurrección y Pentecostés. Desde entonces, hasta nuesteos dias el natalicio del hijo de Dios es motivo de fiestas para la comunidad cristiana, y otros credos religiosos.
En todos los confines del planeta, las familias planifican las actividades que van a realizar en la última semana de cada año. Sin embargo, la conmemoracion del nacimiento de Cristo en la tierra, ha registrado cambios significativos en los ultimos años. La solemnidad que las autiridades religiosas le impregnaban a esta época del año, ha desaparecido. El comercio y los centros de diversión, se han apoderado de los hábitos y costumbres de nuestros pueblos, en detrimento de aquellos momentos de recogimiento que la fe le imponía.
En un pasado no muy lejano, asistir a la iglesia con propósitos evangelizadores, sacar un tiempo de calidad para reflexionar sobre nuestra vida espiritual, pedir a Dios buenaventuranzas para el nuevo año, entre otras actividades propias de la época, fue un tema obligatorio para los feligreses y personas creyentes de la venida, vida y obra de nuestro señor Jesucristo. En cambio, para la presente generación, la Navidad se ha convertido en una magnífica oportunidad para hacer negocios. El hombre de hoy, planifica durante 12 meses, los gastos que haría en la última semana de Diciembre de cada año.
No cabe dudas, que independientemente de las razones que dieron origen a que el ser humano elija está época del año para celebrar, la navidad trae consigo, alegría, felicidad, acercamiento, entusiasmo, solidaridad, pero sobre todo, permite que la esperanza se adueñe de todos y cada uno de nosotros. La suave brisa invernal, los encuentros familiares, la cena de noche buena, la instalación de los arbolitos, los aguinaldos callejeros, entre otras actividades, generan un cambio en el estado de ánimo y en el comportamiento de la población en su conjunto.
En este país, que como diría el poeta se «ENCUENTRA COLOCADO EN EL MISMO TRAYECTO DEL SOL». Independientemente del matiz político que las autoridades de turno pretenden dar a este acontecimiento, con la entrega de canastas y cajas navideñas a las clases más necesitadas, las festividades de la época, que en el pasado eran de carácter religioso, hoy son disfrutadas a plenitud por cada uno de los hombres y mujeres de la sociedad en su conjunto. A partir de la segunda quincena del mes de octubre, la adrenalina del Dominicano se activa al escuchar un ritmico merengue alusivo a la navidad.
Sin temor a equivocarme, la república dominicana, es el pais del mundo que cuenta con una cantera interminable de artistas que cantan a la navidad en los mas diversos y ritmicos generos musicales. Los merengues de Félix del
Rosario, Johnny Ventura, Milly Quezada, entre otros tantos artistas nuestros, ocupan el escenario musical de fin de año.
«A LAS ARANDELAS», » EL VECINO ESTA BORRACHO», «VOLVIÓ JUANITA», y un rítmico «PERICO RIPIAO», con Guira, Tambora y Acordeón, ponen a bailar al más tímido de nuestros ciudadanos. De igual manera, el lechón asado, las luces intermitentes en los balcones de las casas, ir de compras a las tiendas, las peripecias de Santa Claus frente a los niños, las conversaciones en la mesa sobre lo ocurrido el año anterior, el borracho que deambula de casa en casa en busca de un trago de ron, el joven enamorado que lleva flores a su amada, entre otras tantas ocurrencias navideñas, son motivos mas que suficientes para que el pueblo disfrute de un ambiente festivo, característico del Dominicano en esta época del año.
La Navidad, que ayer era motivo de recogimiento y de reflexión, hoy es el mejor escenario para compartir en familia, para perdonar a quienes nos han ofendido, para visitar a los amigos, para regalar a nuestros seres queridos, para alabar a Dios sobre todas las cosas. En fin, para liberarnos de la tensión y el cansancio acumulado durante todo el año. La Navidad nos reconforta, nos da fuerzas para enfrentar los obstáculos que se presenten en el nuevo año. Estos y muchos motivos mas, son suficientes para desearles que tengan una » FELIZ NAVIDAD Y UN PROSPERO Y VENTUROSO AÑO 2022 PARA TODOS».
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