Por: Ing. Carlos Manuel Diloné
CÁPSULA DE HISTORIA
En realidad uno de los problemas más serios que enfrentaba el sistema de atención sanitaria dominicano, era la grave escasez de médicos y de otros profesionales de la salud. En el 1917 existían en todo el país 95 doctores y licenciados en medicina, aproximadamente 1 por cada 8,500 personas. Entre los médicos no había especialistas, particularmente en campos tan necesarios como el de la epidemiología.
Esto provocó que gran parte de los médicos del hospital del Batey Central, fuesen importados desde Estados Unidos y Puerto Rico.
El agua era uno de los medios de contaminación más seguros y rápidos, ya que las aguas de los ríos y manantiales tenían usos domésticos, lo mismo estas aguas se empleaban como medicina para curar tuberculosos, etc. Los ríos, arroyos y cañadas, cuando se desbordaban producían terribles inundaciones en Barahona, por ser esta provincia la hoya del río Yaque del Sur, la puerta de escape natural de muchos ríos en su frenética carrera hacia el mar. Luego surgían los brotes de enfermedades que se convertían en epidemias y demás complicaciones para la comunidad.
Otro foco de contaminación en Barahona, lo constituía el área utilizada como Mercado Público, donde los controles sanitarios y la aplicación de buenas prácticas de higiene no existían en el manejo de los productos alimenticios que se expendían en el mismo, el almacenamiento y expendio de los productos comestibles se hacía en el suelo (tierra), todo esto creaba un ambiente favorable para criaderos de bacterias y parásitos.
Por ello, con la construcción del Hospital del Central Barahona, también se dio inicio a la construcción del Mercado de Barahona. Marck Engineering & Contracting Company, el 23 de Agosto de 1921 firmó Contrato para la construcción del Mercado de Barahona. La cubicación No.5 fue sometida el día 31 de diciembre de 1921, pero aún quedaban pendientes $994.32. Este proyecto no le había sido aceptado al contratista en su totalidad debido a que dicho contratista no ha cumplido con ciertos requisitos del referido contrato. Ver pág. 73 y 74 del Censo Nacional de 1920.
En Barahona se presentaban diversos tipos de brotes de disentería, varicelas, tifoidea y de viruelas entre otros, que terminaban convirtiéndose en verdaderas epidemias. Publicaciones del Listín Diario de fecha 3, 7 y 12 de diciembre de 1920, reseñaban que “la población de la demarcación había tomado con indiferencia los casos presentados, por lo que reclamaba que se aplicaran fuertes medidas preventivas y que se aplicara una obligatoria vacunación generalizada”.
¿Qué será de tantos infelices que tendrán sus cuerpos lacerados por inmundas llagas? ¿Qué será de nuestros miserables campesinos si la terrible epidemia se propaga por toda la común? Pedimos la acción inmediata y enérgica de la sanidad para prevenir males peores. Escribía M. de Js. Fleury. Oficial Comunal de Sanidad, el 30 de Abril de 1921. Ver Tesoros Ocultos del periódico el Cable.
Si estudiamos los datos del Primer Censo Nacional del año 1920, nos damos cuenta de que en la provincia de Barahona (compuesta en ese tiempo por lo que hoy es Pedernales, Bahoruco e Independencia), existía una población de unas 48,182 personas, pero en el Municipio la población era de unos 3,826 habitantes, del total de la provincia 5,431 es decir el 11.27 % eran ciudadanos extranjeros, solamente unas 7,817 casas se encontraban habitadas. En el 1920 en la provincia había 15,070 solteros, 2,355 casados, 468 viudos, 14 divorciados y 30,275 menores, es decir el 63 % de la población era menor de edad, 283 comercios, 10 iglesias y 25 profesionales.
En noviembre del 1918, apareció la influenza que se constituyó en una pandemia. Se reportaron casos en Barahona y Azua, ya que la influenza entró desde Haití. En diciembre de ese año se habían reportado cerca de 500 muertes por la influenza en las provincias mencionadas y en Montecristi, Puerto Plata, Santiago y La Vega. En 1919 se reportaron 556 casos de tuberculosis pulmonar y 4,655 de paludismo.Barahona era la población más afectada. Los norteamericanos, propiciaron la recolección de basura y la instalación de tuberías para el agua.
La construcción del Hospital del Central Barahona, prácticamente coincide con la Ley de Sanidad que entró en vigor el primero de enero de 1920, al momento de empezar a aplicarse la nueva Ley de Sanidad, una de las prioridades fue la vacunación. De hecho, en 1920 surgió una importante epidemia de viruelas, registrándose en Barahona los primeros casos. Se dijo que esa epidemia venia de Haití, donde estaba azotando a la población.
Había centros de cuarentena para los haitianos que querían ingresar al país. Se les tenía 14 días de vigilancia, pagados por los ingenios que contrataban esa mano de obra. Se ordenó la vacunación de toda la población, sobre todo en áreas como Barahona, en donde se registraron muchos casos. Ver “La salud en la Ocupación Militar Norteamericana, 1916-19241”, Herbert Stefan Stern Díaz.
A partir de la puesta en operación del hospital del Batey Central, una gran cantidad de mujeres residentes en el Municipio de Barahona, da a luz en este centro de salud, debido a que el hospital era el más moderno de toda la región sur del país; además de las exquisitas atenciones que recibían los pacientes, el servicio era totalmente gratuito, pero reservado a los trabajadores del Central Azucarero. Este hospital recibía los medicamentos directamente del Departamento de Estado de Washington, D. C.
Entre sus pacientes más destacados se cuenta al Padre Miguel Domingo Fuertes Lorén, quien después de haber estado internado en el Hospital del Central Barahona, es trasladado el 9 de febrero de 1926, a Santo Domingo e internado en el Asilo Santa Clara, falleciendo en dicho Asilo el 4 de marzo de 1926. Entre los niños más prominentes que nacieron en el Hospital solo citaremos al Maestro Nacional de Pintura, el inmortal Ramón Oviedo.
Gracias a la familia Vargas Matos, muy especialmente al esfuerzo del Dr. Julio Vargas, hijo del Excelso Don Pedro Vargas, quien ha atesorado los álbumes fotográficos, que en vida conservó su padre de toda la provincia por más de 100 años y, a los trabajos de escáner realizados por el Arq. Víctor Duran, hoy podemos mostrar estas joyas fotográficas que hablan más que mil palabras. Soy de opinión que en el Archivo General de la Nación Dominicana, debe existir un Fondo Documental con todas esas Fotografías de soporte, que lleve por nombre Don Pedro Vargas.
Aquí presentamos diversas tomas fotográficas, que muestran diferentes facetas de la construcción del Hospital del Central Barahona.
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