Errar es de humanos. Enmendar el error es de Sabio.

Por José A. Mateo Gil.

La política exterior de nuestro país, es responsabilidad exclusiva del Presidente de la república. Éste a su vez nombra un Ministro de Relaciones Exteriores para que coordine y dirija el cuerpo diplomático acreditado en cada uno de los países con quien hemos establecido relaciones. A raíz de la toma de posesión del presente gobierno, el Presidente Abinader emitió unas declaraciones que quizás, fruto de la inexperiencia en el ejercicio del poder, colocaron al país en una situación extremadamente delicada, cuando se refirió a su preferencia de fortalecer las relaciones comerciales con EEUU, rechazando de manera categórica el establecimiento de relaciones comerciales con «China Continental”.

Estas declaraciones pusieron de manifiesto una pifia diplomática, que afortunadamente el Presidente Abinader pudo corregir cuando acudió a la embajada China para gestionar la adquisición de la vacuna para combatir el COVID 19. Ese fue un hecho que engrandeció la figura del Presidente porque puso el interés nacional por encima de las preferencias personales y particulares, logrando con éxito salvar al país de una catástrofe sanitaria de proporciones inimaginables.

La decisión del Presidente de gestionar en otros mercados la adquisición de la vacuna que le permitiera combatir el COVID 19, surgió como resultado de la imposibilidad de obtenerla con su principal socio comercial, a quién le había comprado 10 millones del farmaco y éstos no cumplieron con la fecha de entrega. Es por esta razón que la vacuna China, no sólo ha evitado una catástrofe sanitaria que pudo haber diezmado la población dominicana, sino que esta decisión oportuna de la presente gestión de gobierno de adquirir la vacuna en otro mercado ha abierto las puertas para estrechar las relaciones comerciales con el Gigante Asiático.

El COVID 19, es una pandemia que ha afectado a la población a escala mundial, provocando la muerte de millones de hombres y mujeres del planeta. Así como tambien, generado una crísis económica mundial de proporciones incalculables. Sin embargo, el refranero popular dice que » no hay mal que por bién no venga». Esta odiosa enfermedad ha traído consigo aspectos positivos que todos debemos ponderar. Por un lado, nos ha enseñado que la vida es muy frágil, y que se nos va en un abrir y cerrar de ojos. Y por otro lado, nos ha permitido como país, reconocer y valorar el gesto solidario de las autoridades China, en ocasión de facilitarnos las primeras dosis de vacuna para enfrentar el COVID 19, abriendo así las puertas al fortalecimiento de las relaciones diplomáticas con esa nación imperial.

Es oportuno destacar que la buena voluntad mostrada por la diplomacia del Gigante Asiático, no es producto de la casualidad y mucho menos del deseo de colaboración gratuita, sino que es parte de un plan bien concebido para ampliar su área de acción de nuevos mercados. Por lo que, con acciones como éstas, «el fin si justifica los medios» como diría Maquiavelo. La población mundial necesita de estas vacunas para erradicar esta pandemia. Y los países pobres deberán de estar eternamente agradecidos por la apertura mostrada por China Continental.

Esta iniciativa de las autoridades orientales, nos indica que ellos no son, ni tontos, ni perezosos, y que su diplomacia no duerme, siempre están atentos para entrar en acción y fortalecer las relaciones comerciales con los países de la región. Su estrategia consiste en utilizar las herramientas que la diplomacia le proporciona para fortalecer los lazos comerciales con las demás naciones del planeta. Y «para muestra un botón», mientras las demás potencias económicas se negaron a facilitar vacunas a los países pobres de la región para enfrentar la pandemia del COVID 19, la República Popular China abrió las puertas para poner a disposición del mundo la referida vacuna.

La República Dominicana ha recibido de China Continental más del 90% de las vacunas que han llegado al país para inmunizar a la población. Por lo que, no atinamos a imaginarnos el destino de nuestra pueblo de no haber recibido a tiempo ésta vacuna de origen Chino.

La pandemia provocada por el COVID 19, no sólo nos ha puesto a reflexionar sobre lo frágil que es la vida de los seres humanos en este paraíso terrenal, sino que ha puesto a prueba la solidaridad mostrada por las grandes potencias. En consecuencia, aquellos que se negaron a dar apoyo a los países pobres para que pudieran combatir la pandemia con la vacuna, que no hagan bembitos cuando la tormenta pase y se produzca un reordenamiento de las relaciones diplomáticas entre las naciones del mundo.

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