Por: Ing. Carlos Manuel Diloné
En las primeras décadas del siglo XX, la Cárcel Pública de Barahona era extremadamente pequeña, el número de presos resultaba elevado en proporción con el tamaño de la prisión, lo que provocaba el hacinamiento de los reclusos; además de ser muy insegura, carecía de los servicios básicos esenciales (baños, letrinas), esta condición la hacía muy antihigiénica, convirtiéndose en una verdadera amenaza para la salud de los munícipes y una ofensa a la moral para los habitantes de la ciudad, pues la misma se encontraba ubicada frente al Parque Central, este presidio fue un indiscutible foco de contaminación, donde los encarcelados desarrollaron diversas afecciones contagiosas, y en donde, con frecuencia, aparecían brotes de toda clases de enfermedades.
Fue de esta Cárcel que, en 1905, sacaron a tiros limpios al General Candelario de la Rosa, la noticia de su prisión provocó el que unos 50 amigos de Candelario, entre ellos varios generales, rodearan la Cárcel Pública de Barahona y a fuerza de disparos sacaron al prisionero del penal. Esta noticia corrió por todo el país, logrando repercusión a nivel internacional, The New York Times realizó dos publicaciones sobre este caso, los días dos y cinco de julio de 1905, señalando lo siguiente: “Los amigos del Gral. Candelario de la Rosa, que era prisionero político en Barahona, en la bahía de Neiba, al sur de esta república, lo han liberado por la fuerza. Varios hombres resultaron muertos o heridos durante la refriega. El General de la Rosa y su grupo han salido de Barahona hacia las montañas. El Gobierno está enviando tropas allí para mantener el orden y el crucero estadounidense Des Moines ha ido a Barahona para proteger la Aduana. El resto de la república está tranquila”.[1]
Este acontecimiento provocó el que la ciudad de Barahona cayera en una especie de pánico colectivo, la refriega acompañada de las detonaciones de armas de fuego, los muertos y heridos en la riña, el movimiento irregular de tropas militares y policiales, más un buque de guerra norteamericano atracado en el puerto de la ciudad; todo esto creó un estado de desasosiego en la común. La publicación del periódico The New York Times del 5 de julio de 1905 establecía que: “El fugitivo Gral. Candelario de la Rosa intenta llegar a territorio haitiano. El problema en Barahona fue causado por la liberación por la fuerza de un grupo de sus amigos del General Candelario de la Rosa, un prisionero político en Barahona. El 1 de julio se anunció que el Gobierno enviaba tropas a Barahona para mantener el orden y que el crucero estadounidense Des Moines había ido allí para proteger la Aduana”.[2]
Lo acontecido con el General Candelario de la Rosa, confirmaba de manera clara y precisa su condición de Caudillo, siendo el jefe absoluto de un grupo armado en Barahona. Durante todo el 1905, el gobierno de Ramón Cáceres consideró a la región Sur y fronteriza como un foco de inestabilidad política alrededor de la figura de Candelario de la Rosa[3].
En Barahona existieron otros caudillos en esa época, para demostrarlo simplemente recordemos que para el año 1901, al gobierno del General Juan Isidro Jimenes, le sobrevinieron una serie de insurrecciones, siendo la más importante la fomentada en Barahona por Carlos Alberto Mota. “Durante la Administración del Presidente Jimenes ocurrieron varios conatos de insurrección en Santiago, San Francisco de Macorís, La Vega, en la Provincia Capital y en la de Barahona, señalándose como el más formidable el último que capitaneó el señor Carlos Alberto Mota”.[4]
El quince de marzo de 1906, mediante Resolución del Poder Ejecutivo, fue expulsado del territorio de la República Dominicana, el General Candelario de la Rosa, junto a 18 personas más, “quienes no podrán regresar al país sin el correspondiente salvo-conducto”.[5]
Dos meses después de la Liberación por la Fuerza, del General Candelario de la Rosa, el Tribunal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Barahona, conoció el expediente Núm. 38, contentivo de “un proceso que se instruyó a cargo de los militares Florencio Guerrero, Vicente Pérez y José Vicente Rodríguez, acusados de haberle facilitado la evasión a los presos”.[6]
El 7 de marzo de 1919, mediante comunicación Núm. 1562, el Gobernador de la Provincia, señor Braudilio Feliz, le comunicaba al Secretario de Interior y Policía que “en la Cárcel de esta ciudad hay presos que sufren de enfermedad contagiosa, según certificación del médico legal y al no haber en esta ciudad hospitales ni casa de seguridad en que internarlos; suplico a esa Secretaría de Estado, dictar las medidas pertinentes al caso. Entre los atacados hay uno que, por la naturaleza de su enfermedad e índole de su carácter, vacila este Despacho en que le sea acordada su libertad provisional, para ir a su sección en pos de su curación, atendido a que, si ayer tuvo causas para dos sentencias acumuladas, después que sepa que la Cárcel lo rehúsa, con doble razón se inclinará a prácticas criminales”.[7]
El crecimiento de los negocios y de la población local, experimentado en la provincia de Barahona, por el proceso de construcción del Ingenio Azucarero, así como la llegada de unos 5,400 ciudadanos extranjeros,[8] exigían que la Cárcel fuera trasladada a un lugar menos céntrico. Alrededor del Parque Central giraba la vida social de Barahona, en sus inmediaciones se desarrollaron Hoteles, Restaurantes, Teatros, se ofrecían conciertos de músicas, etc., el deprimente y putrefacto espectáculo de ver cómo pasaban con las heces fecales de los presos, todas las madrugadas por el Parque Central, debía evitarse. Por ello, en la Sesión Ordinaria del 27 de diciembre de 1921, el Honorable Ayuntamiento de la ciudad de Barahona, “resolvió pedir al Gobierno el traslado de la Cárcel Pública de esta ciudad a otro lugar menos céntrico”.[9]
Tan pronto el Provost Marshal de Barahona, informó sobre la visita del Gobernador Militar, los regidores reunidos en Sesión Ordinaria del 10 de marzo de 1922, conocieron el informe del “Provost Marshal de esta provincia, comunicando que ha recibido un telegrama participando que el próximo sábado a las 3:30 p.m. llegará a esta ciudad el Gobernador Militar quien tiene intención de reunirnos la misma tarde o el domingo por la mañana”[10]. Los ediles trataron de aprovechar esta oportunidad y sometieron a estudio la posible Resolución de solicitar “del Gobierno el traslado del edificio de la Cárcel Pública”.[11]
El manejo, cuidado y administración de la Cárcel Pública de Barahona dejaba mucho que decir en todos los ámbitos que se le analizara; eran muy frecuentes las fugas de presos, la componenda entre reclusos y policías también eran muy practicadas, y sobre todo eran muy marcadas las falencias de la administración del presidio. Es así como el 15 de mayo de 1922, fue conocido el expediente referente a la solicitud del descargo de Elías Terrero, como Director de la Cárcel de Barahona, por irregularidades e ineficiencia en el ejercicio de sus deberes.[12]
El 21 de junio de 1922, mediante la Orden Ejecutiva Núm. 763,[13] el Gobierno Militar autorizó la realización del Contrato de Compra y Venta de Agua, entre el Ayuntamiento de Barahona y la Barahona Company, Inc. Por ello, el Ayuntamiento le solicita a la Barahona Company, instalar una pluma de agua en el Cuartel de la Policía, de ese modo, en julio de 1922, el Ayuntamiento decidió “instalar un baño de ducha en el Cuartel de la Policía el cual será usado también por los presos”.[14]
La Secretaría de Estado de Justicia e Instrucción Pública, motivada por el oficio No. 180, de fecha 15 de marzo de 1923, del Presidente del Ayuntamiento de Barahona, solicitó el 27 de marzo del año 1923, mediante la misiva No. 2853, al ciudadano Presidente Provisional de la República, el “traslado de la cárcel pública de Barahona a otro sitio”,[15] el Oficio del Presidente del Ayuntamiento le fue remitido con la recomendación de que “esta Secretaría cree aceptable y factible lo propuesto en el párrafo 2 de dicha comunicación y recomienda al Ciudadano Presidente Provisional de la República dictar la Resolución que convenga en el sentido de efectuar el traslado de la Cárcel a otro lugar”. [16]
Cayetano Armando Rodríguez, Secretario de Estado de Justicia e Instrucción Pública, requirió del Secretario de Estado de lo Interior y Policía, un Informe de las cárceles de Azua y Barahona y de los recluidos en ellas.
El 22 de marzo de 1923, mediante el Oficio Núm. 3831,[17] le fue rendido dicho informe por parte de Manuel de Jesús Troncoso de la Concha, a la sazón Secretario de Estado de lo Interior y Policía. El Informe fue preparado por B. Cabral, Coronel Comandante, P.N.D., quien realizó un viaje de inspección a las comarcas del sur, del 12 al 16 de marzo de 1923.[18]
El martes 13 de marzo de 1923, pasó revista a las Fuerzas de la Policía Nacional Dominicana que prestaban servicios en la Común de Barahona. “La tropa goza de buena salud y moral y su armamento y equipo se conserva en buen estado. No tienen ninguna queja de los Oficiales que los comandan y al igual que Azua, se sienten satisfechos”.[19]
CONDICIONES DE LA CÁRCEL PÚBLICA DE BARAHONA EN 1923.
La Cárcel Pública de Barahona, se encontraba localizada frente al Parque Central de la ciudad, estaba bajo la custodia y supervigilancia de la Policía Nacional. “Es de madera, y la parte que el tiempo ha deteriorado, esta tejida de alambres de púas. Es exclusivamente pequeña para contener el crecido número de presos (141) que hay en la actualidad. Duermen apiñados, por carecer de espacio y comodidad, están faltos de ropas para cubrirse y sus trajes no son sino harapos. No existe letrina en este establecimiento de corrección y para llenar las necesidades, se usan unos tubos denominados “Baché”, muy antihigiénicos y reñidos con la salud pública. Estos tubos, después de llenos, son enviados a botar al mar, todas las madrugadas, de cuatro a cinco, dejando esto mucho que desear, pues se atraviesa el Parque Central y algunas calles, ofreciendo un espectáculo poco edificante. Los presos fueron interrogados acerca de la conducta de la Policía Nacional para con ellos, expresando que no tenían quejas que presentar. Hay algunos presos recluidos en este recinto, pendiente de deportación”.[20]
Mediante la Orden Ejecutiva No. 517, de fecha 22 de julio de 1920, el Gobierno Militar había destinado de los Fondos Públicos no Comprometidos, la suma de 6,000 dólares para la construcción de Cuarteles en Barahona.[21] Esa noticia era del conocimiento del Coronel B. Cabral, quien una vez terminada la inspección de los departamentos policiales, visitó al Juez de Primera Instancia y al Procurador Fiscal de Barahona, enterándolos de las condiciones de la cárcel, e indagando si tenían alguna queja que presentar contra la Policía Nacional de servicio en esa Jurisdicción. Con el mismo fin giró una visita al Honorable Gobernador de la Provincia.
Cabral, logró intercambiar expresiones con el Honorable Presidente del Ayuntamiento de la Común de Barahona, “consiguiendo que dicho funcionario sometiera a la consideración del Honorable Ayuntamiento una petición para que se concediera a la Policía Nacional, una porción de terreno, propiedad del Ayuntamiento, para la construcción del Cuartel de la Policía Nacional, para cuyo fin hay seis mil dólares destinados”.[22]
Al día siguiente, el Gobernador y el Presidente del Ayuntamiento le informaron al Coronel Cabral, “que la Corporación había resuelto dar al Gobierno la cantidad de terreno que necesitara para la construcción del Cuartel de la Policía Nacional; así como también donar al Gobierno el terreno necesario para la construcción de la Cárcel; que también cedían al Gobierno el solar que actualmente ocupa la Cárcel Pública que está situado en una esquina, frente al Parque, y cuyo valor está estimado en unos dos mil pesos oro. Tal es la necesidad urgente y podríamos decir inaplazable que el Ayuntamiento tiene de que la Cárcel sea sacada del centro de la población, por ser una amenaza a la salud de sus munícipes y una ofensa a la moral, todo esto sería puesto en conocimiento del Honorable Secretario de Estado de lo Interior y Policía”.[23]
En 1923, el Cuerpo Policial de la Provincia de Barahona estaba integrado de la siguiente forma:
Barahona, 4 Oficiales, 51 Alistados.
Neiba, 3 Alistados
La Descubierta, 1 Oficial, 6 Alistados
Las Lajas, 3 “
Jimaní, 3 “
El Limón, 2 “
Bonague, 4 “
Pedernales, 4 “
TOTALES: 5 Oficiales, 76 Alistados.[24]
El Comandante se entrevistó con el Administrador del Ingenio Barahona, “donde prestan servicios agentes de la Policía Nacional, y fue con placer que recibió la noticia dada por dicho funcionario de que la Policía Nacional actuaba de una manera correcta, estando bien protegidos los vastos intereses confiados a su administración. Manifestó también que es su deseo ayudar a este Cuerpo en todo lo que esté a su alcance”.[25]
El Consejo Provincial de Barahona, en Sesión Ordinaria celebrada el 1 de agosto de 1924, reunido en uno de los salones de la Gobernación de Barahona, solicitó, entre otras cosas la “construcción de una Cárcel Pública”[26] para la ciudad.
El 25 de Julio de 1928 los señores Elizardo Matos y José Díaz B. firmaron con la Secretaría de Estado de Justicia e Instrucción Pública, el Contrato para la construcción de la Cárcel Pública de Barahona. En este Contrato se especificaba, que “el contratista conviene en suministrar toda la mano de obra y equipo necesario para la completa construcción y terminación de las Obras de un Edificio de Hormigón Armado para la Cárcel Pública de Barahona, R. D., a la entera satisfacción de la Primera Parte y del Arquitecto de Obras Públicas”.[27]
Los trabajos de construcción de la Cárcel debían comenzar dentro del término de treinta (30) días, contados de la fecha en que finalmente fuere aprobado este contrato, el contratista se comprometía a ejecutar las obras de referencia en un período de 8 meses, el monto de la construcción fue establecido en $14,800.00 dólares, quedando establecida la fecha de terminación en o antes del día 30 de marzo de 1929.[28]
Los trabajos de inicios de construcción de la cárcel sufrieron retrasos, es el 15 de marzo de 1929, que Elías Brache Hijo, Secretario de Estado de Justicia e Instrucción Pública, mediante comunicación dirigida a Andrés Pastoriza, Secretario de Estado de Fomento y Comunicaciones, le señala lo siguiente: “Conforme ha sido resuelto, la nueva cárcel de Barahona se construirá sobre el solar contiguo al Cuartel del E. N. en aquella ciudad”,[29] anexándole copia de plano del terreno que ocupa el Cuartel del Ejército Nacional en Barahona. Este Oficio No. 1851, le fue remitido a F. Alfredo Ginebra, Director General de Obras Públicas, en fecha 27 de marzo de 1929.
El Secretario de Estado de Justicia e Instrucción Pública, solicitó que el Director General de Obras Públicas, le sometiera “una lista aproximada del material de importación que necesitaran los constructores de la Cárcel de Barahona para solicitar, por la vía correspondiente, su exoneración, a solicitud de dichos interesados”.[30] El listado le fue sometido a su consideración el 11 de marzo de 1929, con el anexo del Oficio No.1493 del 7 de marzo de 1929.
El 2 de abril de 1929, se recibía el Oficio de John M. Adams, jefe de la Oficina de Diseños, donde se incluía el siguiente pedido para la cárcel de Barahona: 19 Cerraduras “Sargent” #5164 con pomos y escudetes #1764. 12 Candados “Yale” de bronce. 2 Pasadores de pie “Sargent” #116 de 9”.
Instalación Sanitaria: (Equipo)
7 Inodoros. 2 Crinares. 6 Lavamanos. 8 Duchas. 1 Fregadero. 11 Sumideros.
Instalación Eléctrica: (Equipo)
24 cajas porta lámparas, 200 pies de tubo conductor, 10 cajas de switches, 1 panel, 400 pies alambre eléctrico. En esa misma fecha se hacía referencia a las puertas y ventanas de la Cárcel Pública de Barahona.
El Ing. Charles Mc Grigor, quien era ingeniero en la Dirección General de Obras Públicas, tenía a su cargo la supervisión de los trabajos de construcción de la Cárcel Pública de Barahona. Este señor fue sustituido por E. C. Quiñones, quien desempeñó las funciones de Inspector de Construcciones de Obras Públicas, siendo la persona que aprobaba las cubicaciones de la construcción de la Nueva Cárcel de Barahona, en el recinto de la fortaleza del E. N., ubicada en la calle Colón de la referida ciudad.
Jhon M. Adams, comunicaba el 16 de abril de 1929, lo siguiente: “Según expresé en mi carta de abril 9, no tenemos datos sobre precios unitarios en los cuales basar una valoración para la cubicación de los trabajos arriba indicados. El contratista informó, sin embargo, después de escrita mi carta, que se hizo cargo del trabajo al precio alzado de $15,000.00. Como que la cárcel Pública de Moca y la que está en construcción en Barahona son del mismo diseño, puede hacerse un cálculo del valor del trabajo ejecutado en Barahona utilizando los mismos precios unitarios que se pagaban para la obra de Moca, la cual costó alrededor de $16,000.00, siempre que, por supuesto, este arreglo sea satisfactorio tanto al Secretario de Estado de Justicia e Instrucción Pública como al Contratista”.[31]
Esta petición fue aceptada por Andrés Pastoriza, Secretario de Estado de Fomento y Comunicaciones, quien señaló que “la Secretaría de Justicia desea que un Ingeniero de esa Dirección General realice una nueva inspección en la construcción de la Cárcel de Barahona para cubrir el trabajo no incluido en la primera cubicación, esto es, el trabajo hecho desde el 1ro de abril en curso”.[32]
A los contratistas de la construcción de la Cárcel Pública de Barahona le hicieron muchísimas inspecciones y le corrigieron hasta el tamaño de la piedra triturada, “invito su atención al párrafo que trata de la piedra triturada o grava que se ha de usar en la construcción de la cárcel pública, página 6 del pliego de condiciones facultativas”. [33]La elevación del nivel del piso fue aumentada en 6 pulgadas, realizándose cambios en la elevación de los muros, lo que afectó la altura de los cielo rasos.
Los Contratistas se endeudaron en Barahona, “deben en esta plaza a la casa Mota aproximadamente unos dos mil pesos; a la casa Toral, alrededor de unos cuatro mil pesos; con el herrero Tio en Santo Domingo, cuatrocientos cincuenta y pico; a la Agencia marítima otra pequeña suma por concepto de fletes; y llevan recibidos pagos parciales que ascienden a más de $8,000.00, lo que demuestra que el balance a su favor, aun en el caso de terminar ellos las obras, no va a cubrir sus deudas, ni muchos menos rendirá para llevar a cabo lo que está por hacer”.[34]
Ante esa realidad, los contratistas de la construcción de la cárcel pública de Barahona, acordaron con Don Antonio Mota y Don Manuel Toral, Jefe de la casa Toral Hermanos y mayor acreedor de los contratistas; el traspaso del Contrato firmado en fecha 25 de julio de 1928.
“La Casa Toral es de lo más seria y solvente de la región, y cuenta con su hermano Don Benjamín, buen maestro de obras, español, de sobrada capacidad moral y económica para dejar completa y terminada la Cárcel Pública, si llegasen a un acuerdo”.[35] Informaba el Inspector E. C. Quiñones al Jefe de la Oficina de Diseños de Obras Públicas.
El 12 de mayo de 1930, Don Antonio Mota y Toral Hermanos, le comunicaban al Secretario de Estado de Justicia e Instrucción Pública, “que hemos aceptado el traspaso que nos han hecho los señores Elizardo Matos y José Díaz del Contrato que en fecha 25 de julio de 1928 firmamos con esa Secretaría para la construcción de la Cárcel de Barahona.
Nos comprometemos, pues, a seguir la obra hasta su terminación, como cesionarios de dichos señores sin derecho a reclamar más de lo que ellos corresponda en virtud del referido contrato y asumiendo todas las obligaciones”.[36]
El 14 de mayo de 1930, mediante el Oficio No. 1534, Agustín Aristy, Secretario de Estado de Fomento y Obras Públicas, comunicaba la aceptación del “traspaso del contrato para la construcción de la Cárcel Pública de Barahona, a los señores Toral Hermanos y Antonio Mota”.[37]
Después de salvados estos obstáculos, la marcha de la construcción de la Cárcel Pública de Barahona, continuó a buen ritmo, a finales de mayo de 1930, se habían montado todas las rejas de hierro, el informe presentado por Napoleón Hermón, Inspector de Obras Públicas, Encargado de la Construcción de la Cárcel de Barahona, del mes de junio de 1930 señalaba: “En dicha cárcel está ejecutada todas las puertas y ventanas con la primer mano de pintura, todos los plafones terminados por completo, con todos sus errajes y sus dos manos de pinturas. Todos los sanitarios colocados, menos el fregadero. Pozo séptico está listo conforme al plano y el pozo filtrante está por la mitad. Pintura de agua, las paredes todas están con una mano”.[38]
El 12 de agosto de 1930, la cárcel pública de Barahona, fue formalmente recibida por las autoridades competentes, para cuyo fin Agustín Aristy, Secretario de Estado de Fomento y Obras Públicas, envió “a un ingeniero del Departamento a recibir la Cárcel de Barahona”.[39]
El 23 de agosto de 1930, el Jefe de la Oficina de Diseños le dirige un oficio al Inspector de Obras Públicas, Encargado de la Construcción de la Cárcel de Barahona, señor Napoleón Hermón,[40] donde le dice: “1. Debo informarle que debido a haber quedado terminada la Obra de la Cárcel Pública de Barahona, de la cual era Ud. Inspector, ha sido descontinuado el cargo que ocupaba con fecha de hoy. 2 Esta notificación está sujeta a la aprobación y confirmación por la Secretaría de Estado de Justicia e Instrucción Pública”.[41]
Esta Cárcel Pública de Barahona se mantuvo en las Instalaciones de la Fortaleza del Ejercito Nacional, ubicada al inicio de la calle Colón, próximo al mar caribe, hasta la fecha en que fue construida esta nueva edificación, donde permanece en la actualidad.
[1] The New York Times. Publicación de fecha miércoles 2 de Julio de 1905. Página 4.
[2] The New York Times. Publicación de fecha miércoles 5 de Julio de 1905. Página 3.
[3] Los Gavilleros 1904-1916, María filomena González Canalda, Santo Domingo, D. N., 2008, página 38.
[4] Resumen de Historia Patria. Bernardo Pichardo. Tercera Edición. Talleres Gráficos Americalee. Buenos Aires. 1947. Página221.
[5] Colección de Leyes, decretos y Resoluciones. Resolución Núm. 4651. G. O. Núm.1670 del 17 de marzo de 1906.
[6] AGN. Tribunal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Barahona. Año 1905, 7 de septiembre de 1905. Expediente Núm. 38.
[7] AGN. Gobernación de Barahona. Comunicación Núm. 1562. Del 7 de marzo de 1919.
[8] El Censo de 1920, arrojó la cantidad de 5,431 ciudadanos extranjeros en la provincia de Barahona, un 11.27% del total de la población.
[9] Ayuntamiento de Barahona, Acta de Sesión Ordinaria, de fecha 27 de diciembre de 1921. AGN, libro No.9, años 1920-1922.
[10] Ayuntamiento de Barahona, Acta de Sesión Ordinaria, de fecha 10 de marzo de 1922. AGN, libro No.9, años 1920-1922.
[11] Ibídem.
[12] AGN. Detachment 115th company, third Regiment, US Marines. Marine Barracks, Barahona, D. R. Comunicación del 15 de Mayo de 1922.
[13] Colección de Leyes y Decretos. O.E. Num.763. G. O. Núm. 3336, del 21 de Junio de 1922.
[14] Ayuntamiento de Barahona, Acta de Sesión Ordinaria, de fecha 31 de julio de 1922. AGN, libro No.9, años 1920-1922.
[15] AGN. Secretaría de Estado de Justicia e Instrucción Pública. No. 2853. Segundo Endoso. De fecha 27 de Marzo de 1923.
[16] Ibídem.
[17] AGN. Secretaría de Estado de lo Interior y Policía. No. 3831. De fecha 22 de Marzo de 1923.
[18] AGN. Policía Nacional Dominicana. Oficina del Comandante. Núm. 1194. De fecha 20 de marzo de 1923.
[19] Ibídem.
[20] Ibídem.
[21] AGN. Colección de Leyes, Decretos, Resoluciones y Reglamentos. Orden Ejecutiva No. 517. G. O. Núm. de fecha 22 de julio de 1920.
[22] AGN. Policía Nacional Dominicana. Oficina del Comandante. Núm. 1194. De fecha 20 de marzo de 1923.
[23] Ibídem.
[24] Ibídem.
[25] Ibídem.
[26] AGN. Consejo Provincial de Barahona. Sesión Ordinaria de fecha 1 de agosto de 1924.
[27] AGN. Contrato para la Construcción de la Cárcel Pública de Barahona. De fecha 25 de julio de 1928. En el contrato existe la referencia equivocada de “cárcel del Seybo”, cuando en realidad corresponde a la cárcel de Barahona. Chas H. Miller, fue el Arquitecto que trabajó en el diseño de la cárcel.
[28] Ibídem.
[29] AGN. Comunicación No. 1851. Sección Justicia. De Elías Brache Hijo. Secretario de Estado de Justicia e Instrucción Pública. De fecha 15 de marzo de 1929.
[30] AGN. Comunicación No. 1493. De Elías Brache Hijo. Secretario de Estado de Justicia e Instrucción Pública. De fecha 7 de marzo de 1929.
[31] AGN. Jefe de la Oficina de Diseños Cárcel de Barahona. De fecha 16 de abril de 1929.
[32] AGN. Secretario de Estado de Fomento y Comunicaciones. Núm. 2301. De fecha 23 de abril de 1929.
[33] AGN. Inspector de Construcciones. Barahona 27 de abril de 1929.
[34] AGN. Cárcel Pública de Barahona. Informe del Estado General de la obra. De fecha 22 de febrero de 1930.
[35] AGN. Inspector E.C. Quiñones. Cárcel Pública de Barahona, informe del mes de marzo de 1930. De fecha 31 de marzo de 1930.
[36] AGN. Secretario de Estado de Justicia e Instrucción Pública. Barahona, 12 de mayo de 1930.
[37] AGN. Director General de Obras Públicas. No. 1534. Mayo 14 de 1930.
[38] AGN. Sr. Napoleón Hermón, Inspector de Obras Públicas, Encargado de la Construcción de la Cárcel de Barahona. De fecha 30 de junio de 1930.
[39] AGN. Comunicación de Agustín Aristy, Secretario de Estado de Fomento y Obras Públicas. De fecha 12 de agosto de 1930.
[40] Napoleón Hermón fue nombrado como inspector de la cárcel de Barahona en sustitución del Sr. Quiñones, el 5 de mayo de 1930, tomando posesión el 7 de mayo de 1930.
[41] AGN. Comunicación de J. Antonio Thomén, Jefe de la Oficina de Diseños. De Fecha 23 de agosto de 1930.
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