Por: Cristina Estrella
Por este medio quiero dedicarle a mi querido Caris, con quien siempre hablé, utilizando palabras sencillas, de la nobleza del corazón, algunas palabras de las que siempre hablábamos.
Existen personas que nos inspiran, otras que nos enseñan algo nuevo y existen aquellas que simplemente y sin pedir permiso, tocan nuestra alma.
En una conversación cotidiana cuántas veces hemos oído esta frase: Te pasó por ser tan noble, tienes que ser fuerte. (para que no te cojan de pendej…).
Es increíble que esta virtud quieran convertirla en un defecto, en un sinónimo de debilidad del carácter. Pues es una gran equivocación, las personas que poseen esta característica son más fuertes.
Un corazón noble, es grande en el sufrimiento y, por ende, es muy sensible. Es un rasgo de la personalidad con el que se nace y existen evidencias científicas que demuestran su presencia a nivel genético.
Las personas nobles saben reconocer los méritos ajenos, no son envidiosas, son atentas con todos, pero especialmente serviciales. Poseen un gran sentido de la justicia, sin intenciones ocultas, hacen hasta lo imposible para no dañar a nadie.
Sus energías y riquezas interiores les permiten dedicarse también a los otros, apoyan a sus semejantes en las necesidades básicas de la existencia. Son personas que no se sobreestiman, saben aprender.
Tienen una gran fuerza emocional, pues son capaces de revelar su verdadero ser, al expresar con transparencia su sentimiento.
Son muy tolerantes, por lo que son más asertivos que una persona promedio, y de ahí que sean más felices cuando están en contacto con los demás.
Estas personas siempre están hay.
Mi querido Caris, estoy como tú y las abejas 🐝 siempre creyendo, al final nos engañaron.
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