Las encuestas. ¿Una herramienta de trabajo para posicionar candidatos o una estrategia política para confundir al electorado?

06 de agosto de 2023.

Por: José A. Mateo Gil.

En todo proceso electoral, los partidos políticos del sistema utilizan los estudios de mercado para medir, a través de las encuestas, el grado de aceptación de los aspirantes a las diferentes posiciones electivas. Este instrumento de medición se ha convertido en un arma letal para posicionar a los precandidatos y crear percepciones en la población votante. En el pasado, las encuestas constituyeron una herramienta formidable para medir el grado de aceptación de los candidatos. En el presente, los principales asesores del partido de gobierno, han demostrado ser más creativos que sus antecesores. Para ellos, la mayor preocupación en esta etapa de la campaña, no es posicionar a sus candidatos a diferentes cargos electivos, sino mantener dividida a la oposición para impedir la conformación de un frente opositor a través de publicaciones de encuestas, que en la mayoría de los casos carecen de rigor científico, y por vía de consecuencia la población duda de su credibilidad.

A menos de un año de la próxima contienda electoral, los resultados de las encuestas, amañadas o no, señalan al Presidente Abinader como posible ganador del torneo electoral. El índice de favorabilidad arrojado por todas las mediciones realizadas hasta el momento, colocan al Presidente Abinader y al PRM, entre un 45 y un 51 %. En tanto que, al opositor Leonel Fernández, precandidato de la Fuerza del Pueblo, las encuestas le dan una favorabilidad que oscila entre un 27 y un 33 %. Del mismo modo, estas encuestas posicionan a Abel Martínez, precandidato del PLD entre un 15 y 20 % de favorabilidad. Todos estos estudios sobre el mercado electoral con miras a las elecciones de febrero y mayo del 2024, parecen indicar, que el PRM está corriendo en el carril de adentro para lograr retener el poder y un segundo período de gobierno. Pero, todos coinciden en afirmar que los resultados de las encuestas son «una fotografía del momento», dejando abierta la posibilidad de que se produzcan variaciones en los resultados el día de la votación.

Los tres partidos mayoritarios que terciaran en las elecciones del 2024 coinciden en utilizar las encuestas como método de trabajo para seleccionar y posicionar a sus candidatos. Lo inusual en la presente campaña electoral es la utilización de datos estadísticos para confundir al electorado, vendiendo la idea de que hay un empate técnico entre las dos fuerzas mayoritarias de oposición. Eso es, desde mi punto de vista, irracional, y carente de toda lógica política, debido a que el PLD, fue el partido más grande del sistema, pero que en la actualidad registra un evidente deterioro, con el agravante de que, en los últimos tres años, ha sufrido una deserción significativa de su militancia que ha migrado a la Fuerza del Pueblo. La reelección pende de un hilo si los líderes de la oposición se ponen de acuerdo. Algunos analistas piensan que esa es una tarea difícil lograr. Otros tienen la certeza de que ese acuerdo está al doblar de la esquina. Lo cierto es, que en modo alguno se puede afirmar lo que ocurrirá en el 2024. En experiencias electorales anteriores se han registrado muchos aciertos y desaciertos en las predicciones del mercado electoral. En Brasil, por poner uno de los ejemplos más recientes, las encuestas daban a Lula D’ silva como seguro ganador en primera vuelta. En esa ocasión, no ocurrió así, tuvo que ir a una segunda vuelta donde ganó las elecciones con un estrecho margen.

En la República Dominicana, para la campaña electoral de las elecciones del 2012, la encuestadora Gallup-Hoy, en enero del 2011 daba como seguro ganador a Hipólito Mejía, con un índice de favorabilidad de un 65 %. Sin embargo, esa candidatura se desplomó de manera estrepitosa. A tal punto que, en octubre de ese mismo año, Danilo Medina rondaba el 48% de aceptación, y Mejía bajaba a un 46%. La Gallup-Hoy, en ese momento, siendo la encuestadora de más prestigio del sistema político dominicano había fracasado en sus pronósticos. El electorado de hoy, ha adquirido ciertos niveles de madurez política, razón por la cual, acuden a las urnas con una aptitud crítica, que difícilmente se dejen influenciar por los datos arrojados por las encuestas. Otro factor importante que ha cambiado el comportamiento del electorado es tema de las ideologías. En el pasado, durante el período de la guerra fría, un segmento importante de la población emitía su voto por razones puramente ideológicas. El votante de esta nueva generación piensa en su bienestar personal. Es por eso que los partidos, cuando llegan al poder, enfrentan serias dificultades para colocar a su militancia en las diferentes instituciones del Estado. Este es uno de los graves problemas que está enfrentando el gobierno de Luis Abinader, debido a su incapacidad para insertar a sus miembros en el mercado de trabajo estatal.

Al partido de gobierno, en esta ocasión, debemos reconocerle que posee un excelente equipo comunicacional. Como estrategia de campaña han tomado como bandera la famosa frase que se dijo por primera vez en el año 338 ac. y posteriormente utilizada por Julio Cesar y Napoleón. » DIVIDE Y VENCERÁS » . La prioridad para el PRM es mantener a las dos fuerzas mayoritarias de la oposición la FP y al PLD dividida. En los últimos meses ha logrado confundir a una parte importante de la población, colocando en encuestas elaboradas en laboratorios políticos, a Leonel Fernandez y a Abel Martínez en un empate técnico. Con esta iniciativa, los estrategas del oficialismo pretenden, y de hecho lo están logrando, vender la idea de que las dos fuerzas opositoras mayoritarias tienen valores porcentuales similares en la simpatía del electorado. Esta es una afirmación que está sujeta a verificación. Ellos entienden que crear esa cortina de humo en la población votante impediría una gran alianza opositora.

A nuestro modo de ver el panorama político actual, lo que el partido de gobierno busca es crear la percepción de que los dos partidos de oposición están empatados, por lo que los dos principales líderes opositores se negarían a apoyar al otro porque ambos creen tener la posibilidad real de quedar en segundo lugar. Esta es la bien formulada estrategia del PRM, porque si se mantiene una diferencia de 15 puntos porcentuales entres Leonel y Abel, el que quede en tercer lugar en las encuestas se vería obligado a apoyar al que quede en segundo lugar. Es en este contexto que me inclino a pensar que esta es una jugada maestra de los asesores del PRM para mantener a la oposición dividida. En consecuencia, los líderes de oposición deben dejar de auto engañarse, y hacerles caso a mediciones de sus propios partidos, así podrán conocer la realidad política del momento, de forma tal, que puedan dar un golpe de efecto que revierta la confusión creada por el partido de gobierno en el pueblo elector.

En la actual coyuntura electoral, el objetivo del PRM y el Presidente Abinader, no es exhibir mediante su poderoso equipo comunicación a los 15 puntos porcentuales que las encuestas le dan de ventaja a Abinader sobre Leonel Fernández, sino que todos los cañones están dirigidos a dejar en la psiquis de los votantes, mediante encuestas arregladas, que los dos partidos más grandes de la oposición, FP y PLD, tienen y empate técnico. En este sentido, lo más preocupante es que el PLD se ha montado en esta ola, porque le conviene proyectar cierta recuperación luego de las primarias donde reaultó ganador Abel Martinez. Esta genial iniciativa del PRM ha causado efectos devastadores en un segmento importante de los partidos de oposición, poque ambos líderes creen tiener los numeros para quedar en segundo lugar, castrando así la posibilidad de que el más débil apoye al más fuerte. No tengo dudas de que la experiencia política de los dos líderes más importantes de la oposición encontrarán una salida satisfactoria a esta jugada política del PRM.

La inteligencia política de los líderes de la oposición se pondrá a prueba, si se quedan de brazos cruzados, la reelección se impondrá en la búsqueda de un segundo período presidencial. Por lo que, un acuerdo de alianza parcial y puntual de la oposición donde prime el concepto de «ganar ganar” dejando de lado, el odio, el resentimiento y la envidia, es muy posible que en el próximo torneo electoral de febrero puedan armar una formula ganadora en lo respecta a las elecciones municipales y posteriormente la presidencial y congresual. Por una razón muy sencilla, los dos partidos mayoritarios de la oposición deben de actuar con cautela respecto a formalización de una alianza institucional, por el hecho de que correrían el riesgo de que el quede en segundo lugar observa al que quede en tercero. En mi opinión, un buen acuerdo no institucional, pero si pragmatico selectivo, mandaría una señal positiva a favor de la oposición en las elecciones presidenciales del mes de mayo. Si lo logran, crearían las condiciones para poner en apuros a la reelección, que independientemente del posicionamiento en que lo colocan las encuestas, lo que se percibe en las calles es que no cuentan con los votos necesarios para ganar en primera vuelta.

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