Por: Ing. Carlos Manuel Diloné
Durante los últimos tres o cuatro años he visto como la familia dominicana ha experimentado la más grande de todas sus mudanzas, matrimonios, amigos, hermanos, primos, novios, conocidos, todos con muy contadas excepciones, nos hemos mudado y parece que no nos hemos dado cuenta, que ahora vivimos en las Redes Sociales, en ese espacio en donde establecemos y edificamos relaciones, conformamos nuestra propia identidad, y nos expresamos y conocemos el mundo que nos rodea.
Es muy común el observar como millares de personas, se sumergen durante todo el día en las redes sociales por medio de grupos y por ahí desenvuelven su vida, envían muchísimos mensajes en forma hablada o escrita, comparten libros, revistas, opiniones, unos cantan, otros ríen; y así por el estilo, van creando un modus vivendi, donde el contacto físico se va haciendo cada vez más escaso.
“El uso de las redes sociales durante más de dos horas al día también se ha asociado, de forma independiente, con la mala auto apreciación de la salud mental, un aumento de los niveles de angustia psicológica y la ideación suicida. Este fenómeno se ha etiquetado incluso como «depresión de Facebook»”.
No sé si este es el tipo de sociedad que queremos para el futuro, no puedo bajo ningún concepto emitir un juicio de valor, pues no tengo las herramientas necesarias, para sobre este particular pronunciarme; lo que sí sé es que estamos viviendo en una especie de pantomima, donde el abrazo, el calor humano, el intercambio de miradas, el apretón de manos son cada vez más escasos y dónde, por lo general el ciudadano sólo se preocupa por mandar mensajes a grupos sociales.
En este variopinto accionar, nos encontramos con amigos y hermanos que hacen el papel de educadores, y entonces mandan por los diferentes chats noticias e informaciones, que son de todos conocida, pero que ellos las envían cómo quien da una primicia; otros se hacen ecos de las noticias falsas (Fake News), y las difunden, pues la creen ciertas, contribuyendo de eso modo al oscurantismo mental.
Pienso que estamos dejando de producir, que nos conformamos por enviar y trasegar informaciones, que estamos atrapados en la red, por simplemente meternos en el pan y circo de los romanos o la moda del momento. Eso definitivamente nos lanza al atraso, a la miseria y a la pobreza.
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