Las tres promesas de Biden a los latinos

Jorge Ramos

Por Jorge Ramos

Para muchos latinos, los demócratas son muy buenos para prometer. Si ganan las elecciones de Estados Unidos, tendrán que demostrar que también son buenos para cumplir.

Un niño en un autobús que transportaba a menores que habían inmigrado en McAllen, Texas, el 23 de junio de 2018
Un niño en un autobús que transportaba a menores que habían inmigrado en McAllen, Texas, el 23 de junio de 2018Credit…Spencer Platt/Getty Images

Para muchos latinos, los demócratas son muy buenos para prometer. Ahora tienen que demostrar que también son buenos para cumplir.

Si el exvicepresidente Joe Biden quiere obtener más votos latinos que Hillary Clinton en las elecciones de 2016 —y con ellos vencer a Donald Trump y llegar a la Casa Blanca— debe convencer a millones de votantes de que no va a cometer los mismos errores que el expresidente Barack Obama. Y ya le queda muy poco tiempo para hacerlo.

Más de tres millones de inmigrantes fueron deportados durante la presidencia de Obama, muchos de quienes no tenían antecedentes criminales. Por eso Janet Murguía de UnidosUS le llamó el “deportador en jefe”. Si gana, Biden no debe seguir con la misma política de deportaciones masivas.

Tampoco puede mantener el mismo sistema carcelario que durante años ha puesto temporalmente a inmigrantes y a sus niños en jaulas. En una entrevista en febrero de este año en Las Vegas le mostré al exvicepresidente una fotografía tomada por John Moore en la que aparece un niño hondureño en lo que parecía ser una enorme jaula metálica en un centro de detención en McAllen, Texas. La imagen no se tomó durante el gobierno de Trump, sino en 2014, mientras Obama gobernaba. Esa práctica inhumana también tendría que acabar.

Pero, desde luego, la gran promesa incumplida de los demócratas es una reforma migratoria que legalice a los casi 11 millones de inmigrantes indocumentados que hay en Estados Unidos.

La promesa original la hizo Barack Obama cuando era candidato a la presidencia en 2008. Después de que ganó las elecciones, no cumplió esa promesa durante el primer año de su gobierno, como dijo que haría. En 2013, un grupo de senadores de ambos partidos puso de nuevo a discusión el tema y escribió una reforma migratoria que habría permitido que millones de inmigrantes indocumentados obtuvieran un estatus legal. Obama apoyó el proyecto de ley, pero no pasó la Cámara de Representantes. Los latinos no han olvidado la promesa de Obama. Por eso el Partido Demócrata tiene un “Latino problem”.

Ahora le toca a Joe Biden y a la senadora Kamala Harris corregir esa falta de credibilidad de los demócratas con la comunidad latina. “Creo que fue un gran error”, reconoció Biden, en esa entrevista, sobre las deportaciones masivas durante el gobierno de Obama. “Nos tardamos mucho en hacer lo correcto”.

Por “hacer lo correcto” se refiere al programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por su sigla en inglés) creado por el gobierno de Obama en 2012. El programa protege de la deportación y les da la posibilidad de trabajar a unos 700.000 jóvenes inmigrantes —llamados dreamers—, aunque el gobierno de Trump hizo esfuerzos para eliminarlo.

Hay muchas cosas pendientes. Por eso Biden tiene tres nuevas promesas para los latinos en 2020.

La primera es una reforma migratoria que legalice a millones de personas indocumentadas y les permita hacerse ciudadanos de Estados Unidos. “Dentro de los primeros cien días, voy a enviar al Congreso de Estados Unidos un camino a la ciudadanía para los más de 11 millones de inmigrantes indocumentados”, dijo Biden en su último debate presidencial con Donald Trump. Y para justificar por qué no había ocurrido antes, marcó una sutil pero importante distancia con Obama: “Yo seré presidente, no vicepresidente, de Estados Unidos”.

La segunda promesa es específicamente sobre los jóvenesbeneficiarios de DACA. “Voy a volver a legalizar a los dreamers”, me dijo en la entrevista en Las Vegas. “Voy a asegurarme de que no sean deportados. Ellos ya son estadounidenses”. Uno de los principales asesores latinos de Biden, Cristóbal Alex, me dijo cómo lo haría: “Los dreamers van a ser protegidos inmediatamente por una acción ejecutiva, y se les dará un camino a la ciudadanía dentro de la ley de reforma migratoria”.

La tercera promesa es el Estatus de Protección Temporal (TPS, por su sigla en inglés) para los cientos de miles de venezolanos que han huido del régimen de Maduro y ahora viven en Estados Unidos, lo que les permitiría residir y trabajar de manera autorizada. Sobre el TPS a los venezolanos la senadora y candidata a la vicepresidencia, Kamala Harris, le dijo en una entrevista a la periodista Ilia Calderón que si ganan “nosotros haríamos eso”.

Y el asesor Alex le puso fecha. Biden “inmediatamente le daría TPS a los venezolanos que están en este país”, me dijo. “El presidente tiene esa autoridad, y el presidente Biden lo haría en enero de 2021”.

Estas tres promesas de Biden contrastan con el historial antiinmigrante del presidente Donald Trump. Además de los comentarios racistas de Trump contra los inmigrantes mexicanos —les llamó “violadores” y criminales en 2015—, su gobierno separó a más de 5500 niños de sus padres en la frontera. Rompiendo una larga tradición humanitaria, su gobierno le prohibió a miles de refugiados centroamericanos esperar en Estados Unidos mientras se resuelve su solicitud de asilo.

Las políticas de Trump han tenido un efecto profundo en la inmigración: de 2016 a 2019 se redujo a casi la mitad el total de inmigrantes aceptados en Estados Unidos, a unos 600.000 por año.

Mientras Trump insiste en extender el muro en la frontera con México y llegó a prohibir la entrada a ciudadanos de varios países mayoritariamente musulmanes, Biden busca una solución para los indocumentados que ya están en Estados Unidos y para los refugiados que esperan en México. Son dos políticas opuestas.

Esto podría enviar el mensaje equivocado al sur del hemisferio. Para no originar nuevas caravanas con miles de personas provenientes de Honduras, El Salvador y Guatemala en dirección a Estados Unidos, el plan de Biden es invertir 4000 millones de dólares para crear empleos en Centroamérica y enfrentar las causas de la emigración.

Desafortunadamente, eso tomará años. Miles de refugiados centroamericanos ya están esperando en México y no van a regresar a sus países de origen, donde enfrentaron hambre, violencia y corrupción. Hay una crisis en puertas.

Ante Trump todos hemos aprendido a no hacer pronósticos. Pero si Biden gana, estoy seguro de que va a tener muy ocupados sus primeros días como presidente. Hay una larga lista de promesas por cumplir y los latinos no van a dejar que se le olvide.

Jorge Ramos es periodista, conductor de los programas Noticiero Univisión y Al punto, y autor del libro Stranger: El desafío de un inmigrante latino en la era de Trump@jorgeramosnews

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