Por el Dr. Rafael Leonidas Pérez y Pérez.
Yo no he visto a Linda
Parecen mentiras
Tantas esperanzas
Que en su amor cifré
No le ha escrito a nadie
No dejó una huella
No se sabe de ella
Desde que se fue
Sabrá Dios cuántos le estarán pintando ahora
Pajaritos en el aire
Yo no he querido ni podré querer a nadie
Con tan loco frenesí
Menos el domingo
Todas las tardes
Salgo a ver al cartero
A ver si trajo algo para mí
Oh, virgen de Altagracia
Quizás un día se acuerde de mí
Sabrá Dios cuántos le estarán pintando ahora
Pajaritos en el aire
Yo no he querido ni podré querer a nadie
Con tan loco frenesí
Menos el domingo
Todas las tardes
Salgo a ver al cartero
A ver si trajo algo para mí
Oh, virgen de Altagracia
Quizás un día se acuerde de mí
Esta bella canción titulada Linda, la cantaba de muchacho a viva voz y hasta algo melancólico por el sentido de las profundas letras de la misma, en el patio de mi hogar en Duvergé.
Sabrá Dios cuántos le estarán pintando ahora
Pajaritos en el aire
Yo no he querido ni podré querer a nadie
Con tan loco frenesí
Menos el domingo
Todas las tardes
Salgo a ver al cartero
A ver si trajo algo para mí
Oh, virgen de Altagracia
Quizás un día se acuerde de mí
Esa estrofa la repetía una y otra vez, como un eco, en mis adentros, mi poético corazón de ese momento.
El periodista Saúl Pimentel, en Almomento.net, el 10 de diciembre de 2017, respecto a la canción Linda, bajo el título ¿Sabías que Linda, la de la canción de Daniel Santos, era una dominicana?, reseñó lo siguiente:
“Linda”, la afamada canción que durante décadas ha deleitado a los amantes del bolero latinoamericano, fue compuesta a una joven dominicana que allá en el año 1929 cautivó al prolífico puertorriqueño Pedro Flores, quien la escribió.
La revelación la hizo el propio Daniel Santos durante una presentación en vivo junto a la orquesta cubana Sonora Matancera, la cual aparece registrada en un video al cual se le ha dado poca difusión, pero que ahora ALMOMENTO.NET se ha sentido motivado a reproducir junto al testimonio que contiene.
Santos dijo que Flores primero era maestro de escuela y fue expulsado de la misma “por sinvergüenza”, tras lo cual optó por dedicarse a compositor. En el año 1929, estando en un parque de la República Dominicana (donde prevalecía la costumbre de que las muchachas daban “vueltas” caminando), Pedro fijó su atención en una jovencita muy bella, pero una “chaperona” que la acompañaba, al notar su “mirada maquiavélica”, se la llevó rápidamente hacia una casa que estaba en frente.
Daniel agregó que, aparentemente, la señora dijo a la muchacha:
– “Métete adentro, pues ese viejo tiene cara de sirvengueza”.
Pedro no se dio por vencido y optó por dirigirse a la casa donde presumía que ambas se habían encerrado. Cuando hizo contacto con la Vieja, ésta le preguntó para qué indagaba sobre la jovencita, a lo cual él respondió:
-“Lo que pasa es que a mí me admiró la belleza de esa niña y yo quiero escribirle un bolero”.
Ásperamente la mujer le señaló que la niña no podía salir al balcón y le pidió que se retirara de la casa, lo cual Pedro Flores hizo. Sin embargo, no se dio por vencido y volvió al día siguiente. Cuando conversó con la señora ésta le manifestó que la muchacha se había ido para Nueva York en horas de la mañana, lo cual llenó de asombro y amargura al compositor.
“Entonces, Don Pedro se metió el rabo entre las patas, siguió caminando y se sentó en un banco aquellos de aquel parque de la República Dominicana, de Santo Domingo para ser exacto, se puso a escribir, a escribir, a escribir”, y de ahí salió la canción “Yo no he visto a Linda”.
El también periodista Rafael Darío Durán, en su ensayo titulado La narrativa en la célebre canción «Linda» de Pedro Flores, publicado en Precisión el 19 de marzo de 2022, señala:
«Toda verdadera canción, la que trasciende, implica una narrativa en su composición, en su estructura y de eso estaba consciente el célebre compositor boricua Pedro Flores.
Las buenas y significativas canciones narran una historia, que puede ser trágica, jocosa, dramática o romántica.
En el caso de la canción «Linda», compuesta por Flores en el Parque Enriquillo, que según Daniel Santos, se inspiró en una hermosa niña que paseaba con su chaperona, que el propio autor decidió escribir toda una secuela de esta historia.
Pedro Flores, la vio en el parque capitalino y esa hermosa niña dejó de ser una persona de carne y huesos para convertirse en el personaje de «Linda».
Pero, ¿cuál es el vínculo del pueblo de Duvergé con el autor de la canción Linda?
El 22 de mayo de 1943, durante la Segunda Guerra Mundial, por idea del puertorriqueño, veterano de la Primera Guerra Mundial, el a la sazón Mayor Tomás Flores, con funciones de Inspector del Ejército Nacional en Duvergé cuando la llamada Era de Trujillo, hermano del gran compositor boricua Pedro Flores; un grupo de ciudadanos compuesto por Elio A. Pérez y Pérez, Rufino, Manuel del Jesús y Santiago Pérez Mella, Feliciano Méndez, Bardolindo Pérez Rodríguez, Apolonio y Eligio Mercedes, Arcadio Méndez, Antonio Bello, Lolo Jiménez, etc.; preocupados por el desarrollo sociocultural de su pueblo, inician y fundan una Cancha (Cancha «Jaragua»), que luego se convertiría en el Club Recreativo «Jaragua», y más tarde en el Casino del mismo nombre, y que hoy en esa ciudad y municipio de la Frontera Sur, se desea su reactivación.
El Mayor Flores (padre, entre otros, de la licenciada Eulalia Flores, la primera socióloga oriunda de Duvergé), encomendó al profesor Eugenio Deschamps, bonaense, que escogiera a una persona para que hiciera la lista de los iniciadores y fundadores. Este profesor eligió al entonces bachiller Manuel Eugenio Pérez Peña.
Otros que pasaron a ser de los primeros socios, fueron Armando (a su casa llegó el primer televisor de Duvergé) y Delfín Pérez, Angelmiro Méndez Peña, etc.
Las fiestas que se hacían en la Cancha o Casino «Jaragua» constituían un
importante acontecimiento social.
Como podemos observar, el militar Tomás Flores, hermano del compositor Pedro Flores, tuvo progenie en Duvergé con Blanca Pichón.
(También Tomás Flores, fuera de Duvergé procreó a Felo Flores y a Tomás Flores Mota, entre otros con distintas mujeres).
Respecto a la canción Linda compuesta por Pedro Flores, su sobrina paterna, licenciada Eulalia Flores, en entrevista que le hice el 23 de noviembre de 2021, indicó lo siguiente:
«Gracias mi General, son muchas las personas que han creído todas las babosadas que dijo Daniel Santos, y otros que todavía se lucran de la figura de tío Pedro.
Esa es la verdadera historia de Linda (se refirió a la información vertida en video de Iván Núñez A., bajo el título «Linda», bolero de Pedro Flores. Su historia, localizable en YouTube y que contradice lo dicho por el famoso cantante Daniel Santos, con relación al origen de la referida composición, considerando truculenta la versión dada por El Inquieto Anacobero, que innegablemente en su estilo, deleitó y deleita -aún muerto- cantando esa hermosa canción, RLPP) y sin embargo al final se juntaron.
Linda en los años 70 vivía en El Portal y yo la conocí. Realmente era una mujer bella.»
Pedro Flores (según lo señalado en el citado video, cuyo autor, Iván Núñez A., citó a su vez al músico y cronista del área musical de origen venezolano, César Aveledo Quero en su obra El silbato del amolador en el capítulo De «Linda» a blancas azucenas, que recoge entrevista al propio Pedro Flores en la isla de Puerto Rico en la casa de este compositor, donde narra la historia de la referida popularísima canción) a Linda, una voluptuosa morena dominicana muy bella a quien había conocido en un centro nocturno donde él cumplía compromisos musicales en Santo Domingo con su Cuarteto Flores; la galanteó -era enamoradizo-, ella le correspondió los halagos, él quería que fueran novios, la invitó a un apartamento que él tenía en Nueva York, que le pidiera la llave a un amigo que estaba en esa urbe, allí él y ella se juntarían en una relación desde que cumpliera con sus compromisos musicales contraídos en República Dominicana; cuando llega a Nueva York, Linda se había ido con el amigo, esto afectó fuertemente a Pedro Flores por lo que compuso el bolero Linda, de gran difusión calando el alma humana.
Mientras tanto yo, ya en mi madurez, sigo con mi vena poética más que musical, cantando en mis adentros con mi vozarrón y con mi alma además del corazón como músicos acompañantes:
Yo no he visto a Linda
Parecen mentiras
Tantas esperanzas
Que en su amor cifré
No le ha escrito a nadie
No dejó una huella
No se sabe de ella
Desde que se fue
Sabrá Dios cuántos le estarán pintando ahora
Pajaritos en el aire
Yo no he querido ni podré querer a nadie
Con tan loco frenesí
Menos el domingo
Todas las tardes
Salgo a ver al cartero
A ver si trajo algo para mí
Oh, virgen de Altagracia
Quizás un día se acuerde de mí
Sabrá Dios cuántos le estarán pintando ahora
Pajaritos en el aire
Yo no he querido ni podré querer a nadie
Con tan loco frenesí
Menos el domingo
Todas las tardes
Salgo a ver al cartero
A ver si trajo algo para mí
Oh, virgen de Altagracia
Quizás un día se acuerde de mí
Y agrego con El Inquieto Anacobero:
Lindaaa…
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