23 DE NOVIEMBRE DE 1961-RESTAURAN NOMBRE CAPITAL DOMINICANA: SANTO DOMINGO

Por: Lic. Virgilio Gautreaux.

El 23 de noviembre de 1961 fue restaurado el nombre de la Capital Dominicana, por medio de la Ley No. 5674, que dispuso que la capital de la República Dominicana se denominará Santo Domingo.

Luego del 30 de Mayo de 1961, nuestro país estaba navegando en medio de fuertes controversias y una dura lucha política, que cubría el territorio, así como a todos y todas las dominicanas, fruto del proceso de desmantelamiento global de los nefastos símbolos que exaltaban la figura del tirano Trujillo, sus parientes y sus secuaces, los cuales durante 30 años azotaron criminalmente los valores de la dominicanos, apropiandose de la economía, la sociedad, la cultura y la voluntad nacional.
Una sumisa masa de inteligentes cortes años, se dedicaron durante tres décadas, a desmontar toda la que había sido la historia de esta parte de la isla y reescribir la nación a partir del 16 de Agosto de 1930, cuando el Chacal de San Cristóbal, asumió el poder luego de una ofensiva criminal contra sus opositores, todo lo cual culminó con un fraude colosal dirigido por personeros de Trujillo en la Junta Central Electoral.
La feliz noche de la libertad del 30 de Mayo, cerró todo un libro de oprobios, sangre, sudor y lágrimas, y abrió una nueva página de la historia reciente dominicana.
En la larga noche oscura del Tirano, se le cambió, el nombre a infinidad de lugares, para colocar el nombre del Déspota, de su mamá, de su papá, de su mujer, de sus hijos y de sus tíos, a calles, avenidas, autopistas, provincias, montañas, parques, hospitales, escuelas, estadios, puentes, así como a cualquier tipo de obra pública, financiada con fondos del presupuesto nacional, que se nutría de los impuestos que pagaba el pueblo dominicano.
Premios, condecoraciones oficiales y títulos académicos, llevaban también el nombre del Benefactor.
La desaparición del tirano no significó en lo inmediato el necesario clima de paz que requería la nación para desprenderse de la mancha oscura y sangrienta que cubrió la República Dominicana, durante tan largo tiempo.
En efecto, inmediatamente se hace justicia con el Dictador, el agresivo trujillismo cerró filas en torno a Joaquín Balaguer, con miras a continuar sometiendo al pueblo dominicano a los mismos pesares de la desaparecida tiranía.
Por otro lado, sectores de la oligarquía, además de lanzarse a controlar el Estado, se avalanzaban contra el rico capital industrial, agropecuario y de servicios, acumulado por Trujillo y sus allegados fruto del saqueo.
Para lograr su propósito el empresariado y sus cómplices, crearon varias entelequias politicas y la entonces poderosa Unión Cívica, a la vez que controlaban la prensa escrita y la radio.
Por otro lado estaba una parte importante de la juventud dominicana, que a través de varias organizaciones políticas, luchaban por la democratización auténtica de una nación que trataba por salirse del trujillismo sin Trujillo, que intentaba reciclarse, pero también se oponían a los grupos conservadores políticamente y a los ambiciosos oligarcas, que tras bastidores pugnaban por saquear el patrimonio trujillista.
La juventud organizada, en esta tarea encontró el respaldo de intelectuales locales y exiliados que estaban retornando al país.
Otro ente importante que interactuaba en la dinámica político-económica dominicana, era Estados Unidos cuyo Presidente Kennedy estaba obsesionado con que la lucha de pueblo dominicano en contra de trujillismo activo, pudiera conducir al país a los brazos de Fidel Castro.
A partir de esta esta febril y equivocada concepción de Kennedy, todo lo que deseaba real y pacificamente el pueblo dominicano quedó supeditado a la decisión del Departamento de Estado y el Pentágono y los grupos de interés norteamericanos.
En un momento, el Presidente Kennedy consideraba que lo que más le convenía a Quisqueya era un «Trujillismo sin Trujillo», cuyo periodo de transición estaría en función de la política exterior norteamericana para el área del Caribe y el resto del continente americano.
Esto implicaba, por supuesto, «dejar hacer y dejar pasar», una serie de actos criminales abominables por parte de las fuerzas de orden público trujillistas, de paleros, de sicarios del partido dominicano y también las ocurrencias sádicas de Ranfis Trujillo, que aún a mediados de Noviembre de 1961, se mantenía controlando las Fuerzas Armadas en la República Dominicana, por un Decreto de Balaguer de Junio de 1961, que en realidad era una simbiosis donde un Mandatario ambicioso se apoyaba en las bayonetas caladas de un sádico Ranfis embriagado de poder.
Aconsejado por viejos zorros, Balaguer viendo la tormenta y divisiones, pretendía quedarse en el poder a como diera lugar, llegando en varias ocasiones a reunirse con la oposición y ofrecer supuestos gobiernos de coalición, integrados por él, por miembros de la Unión Cívica y del Partido Revolucionario Dominicano. En otras ocasiones llegó hasta a insinuar que se podrían incorporar personas de ideas consideradas en ese entonces, como muy liberales.
La lucha denodada del pueblo dominicano en toda la geografía nacional, hizo saltar a Ranfis Trujillo en Noviembre, quien huyó cobardemente, no sin antes asesinar a sangre fría a seis de los Patriotas que participaron en el atentado en contra del tirano.
Mientras tanto, la agenda norteamericana en el Caribe, continuaba incidiendo sobre los acontecimientos políticos nacionales, lo que enturbió durante cierto tiempo el clima de cordura necesario para una tranquila transición, a la que aspiraba el pueblo dominicano.
La posición de Kennedy fue aprovechada por Balaguer, el cual se embarcó en una fuerte lucha de poder con los sectores que controlaban la Unión Cívica.
Durante todo el mes de Diciembre de 1961, se recrudeció la lucha por la salida de Balaguer del poder, donde la oligarquía y su organización política, ya se frotaban las manos ante la inminencia de apoderarse del gobierno, lo cual lograron finalmente luego de la sangrienta masacre del parque independencia ocurrida la tarde del 16 de Enero del año 1962.
Tan pronto la Unión Cívica y sus aliados conservadores tomaron el poder, en una especie de «ofrenda» al Gobierno de Kennedy, comenzaron a perseguir los grupos liberales que habían participado activamente en las calles luchando contra el trujillismo, los paleros y los torturadores de las cárceles secretas del anterior régimen anteriormente desaparecido. Esto implicó que la derecha dominicana ya en el control del Gobierno, iniciara persecuciones aprezamientos y deportaciónes.
Desde Enero de 1962 hasta Febrero de 1963, cuando estos grupos oligárquicos asumieron el poder, se produjo un verdadero asalto contra del patrimonio levantado por el tirano, mediante un saqueo desmedido, el cual esperaban incrementar cuando asumieran el poder por cuatro años, luego de las elecciones que se celebrarían en Diciembre de ese mismo año.
En el presupuesto político de la oligarquía criolla y su organización política la Unión Cívica, no estaba contemplado perder dichas elecciones, lo cual ocurrió y a siete meses de Bosch en el poder, fue derrocado para así poder continuar estos grupos el saqueo del patrimonio Trujillista, ya en manos del pueblo dominicano.
Todo lo demás es conocido, se interrumpe el gobierno oligárquico el 24 de abril de 1965 y de inmediato entra el protocolo Kennedy de evitar que la República Dominicana «caiga» en manos de Fidel Castro, y nuestra nación es invadida militarmente por Estados Unidos y los norteamericanos traen a Balaguer desde Nueva York, hacia el Palacio Nacional donde permaneció por 12 turbulento años.
A partir de los eventos de 1962, el Golpe de Estado a Bosch en Septiembre de 1963 y la Revolución de Abril de 1965, la oligarquía criolla y sus lacayos, aprendieron la lección: No se pueden derrocar los gobiernos elegidos democráticamente por el pueblo dominicano !!!!
Fin de la historia.

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