Ingenio Barahona: la idea de José Eleuterio Hatton hecha Realidad.

Por: Ing. Carlos Manuel Diloné

La idea de instalar un Central Azucarero, en la ciudad de Barahona, germinó en la cabeza del Ing. José Eleuterio Hatton, quien con una pasión creadora realizó intensos estudios y una larga investigación en toda la región de la hoya de Enriquillo (valle de Neiba) y del río Yaque del Sur; para lograr su objetivo compró tierras y desarrolló una plantación de caña de azúcar en Palo Alto, poseyendo “más de 100 hectáreas de terrenos en los lugares denominados “Alpargatar”, “Hato Viejo”, “Ojeda”, “Hatico”, “Barbacoa” y “Mena”, común de Barahona, provincia del mismo nombre[1], teniendo invertido un capital de veinte mil pesos oro Americano.

Por ello, el 30 de Julio de 1913, obtuvo la autorización para gozar de las franquicias acordadas por la ley del 26 de Junio de 1911, a favor de toda persona, natural o jurídica, que sea propietaria de una empresa agrícola en el territorio de la República[2]. Además, en el año 1913, obtuvo la Concesión para construir un ferrocarril en Barahona[3].

Desde antes de adquirir las tierras en Barahona, Don Eleuterio Hatton, un gran conocedor del negocio azucarero, por haber sido dueño de los ingenios “La Fe” y “San Isidro”, había realizado diversos “estudios sobre el Rio Yaque del Sur y el Valle de Neiba[4]; por ello, una vez que compra los terrenos e inicia el desarrollo de las plantaciones de caña, le solicita a la Compañía de Gestión y Consulta de las Indias Occidentales, que hiciera las debidas investigaciones de las propiedades que serían utilizadas para producir azúcar en Barahona, de modo que el resultado de esa opinión pudiera convencer a los grandes capitalistas de la factibilidad, positiva o negativa, del desarrollo del molino en Barahona.

La West India Management and Consultation Company[5],que tenía un programa original que incluía la investigación de propiedades azucareras en preparación para hacerse cargo de su gestión,seleccionó al señor Edson para realizar las primeras investigaciones “en la propiedad de Barahona, ubicada cerca de la esquina suroeste de Santo Domingo, no muy lejos de donde ese país limita con Haití”. “La encuesta fue realizada por mí personalmente mientras todavía administrábamos las propiedades de Kelly. El acceso a Barahona en ese momento era extremadamente difícil, lo único cercano a un servicio regular entre Barahona y la ciudad de Santo Domingo era un velero, que hacía viajes cuando Barahona necesitaba provisiones. Sin embargo, a través de los buenos oficios de la autoridad aduanera, entonces bajo el control de los Estados Unidos, se me ofreció transporte en uno de los pequeños barcos guardacostas dominicanos utilizados por la aduana”.

Estas embarcaciones, al mando de capitanes estadounidenses, estaban en un estado de considerable deterioro. Tenían unos nueve metros de eslora y el grosor de su casco se puede describir delgado como si fuera de papel. Funcionaban con gasolina y tenían una falsa chimenea en el centro del barco. Circulaba la historia de que estas embarcaciones rodaban tan mal que la chimenea hacía agua, pero la vuelta era tan rápida que el agua salía despedida antes de llegar a la base de la chimenea. Sea o no cierto, logré llegar a Barahona en uno de estos botes y regresé algunos días después en otro, aunque en el viaje de vuelta fue necesario tapar un agujero en el casco, con un fajo de desechos de algodón.

El Sr. Hatton me recibió en el muelle y con él exploré cada parte de la propiedad. El contorno del terreno era ideal para diseñar un sistema de riego, con los niveles más altos ubicados a lo largo de las orillas del río Yaque del Sur y el cuerpo principal de terreno descendiendo gradualmente en dirección oeste hacia el lago Enriquillo, un cuerpo de agua salada por debajo del nivel del mar. Cerca de las orillas del río, el suelo era una marga rica de gran profundidad, pero se volvió de una textura más fina más lejos del lecho del río y en algunos lugares era bastante arcilloso. Nos narra Edson.

Las tierras, en su mayor parte, representaban depósitos aluviales del Yaque que se habían ido acumulando desde que el río comenzó a fluir. Al norte de este aluvión había una amplia zona de excelente suelo derivado de las colinas vecinas en lugar del río. La riqueza de este suelo se evidenciaba en el exuberante crecimiento de plátanos, bananas y hortalizas, donde se había tomado el agua del río para el riego. Toda la zona que calculé cubría un mínimo de 30,000 acres de tierra regable, aunque el Sr. Hatton mantuvo firmemente que la superficie era mayor.

Técnicos de la West India Management and Consultation Company, inspeccionan un cañaveral en Palo Alto, Barahona, R. D. 1914.

Esta primera inspección, sin embargo, se realizó durante la época de los bajos precios del azúcar, y no parecía probable, en ese momento, que se emprendiera el desarrollo de la propiedad en una fecha temprana.

La primera alusión que hace el Padre Miguel Fuertes Lorén ……, a los planes de instalar un Central Azucarero en Barahona, un plan que abrigaba, desde hacía tiempo el ingeniero británico Eleuterio Hatton y su hermano, que habían heredado el ingenio San Isidro. Después de una serie de operaciones fallidas y de haber perdido propiedades y dinero[6], la encontramos en la comunicación del 18 de Agosto del año de 1915, mediante misiva dirigida al Arzobispo Nouel, el Padre Fuertes le dice: “Va probabilizándose más la empresa de D. Eleuterio, sobre la instalación de un Central. El informe del comisionado de las compañías americanas, experto en este ramo y que ha estudiado Cuba, Pto. Rico, Haway, Florida etc., dice que no visto nada que pueda compararse a este estuario del Yaque. Hace seis años, desde que yo vine aquí, que tenía formada la misma opinión[7].

Sería la primera empresa que mejorase la precaria situación de esta provincia, que ningún gobierno, excepto el de V. E., ha procurado remediar”[8].  La empresa que Hatton quería desarrollar utilizaría el sistema de irrigación; por lo tanto “había que hacer mensuras y estudios preliminares en Barahona, para convencer a los grandes capitalistas azucareros de que la empresa era posible desde el punto de vista científico[9].

“El 4 de abril de 1916, quedó constituida en la ciudad de Nueva York, la BARAHONA CO., INC., con un capital de $200,000.00,[10] con la finalidad de comercializar azúcar y productos de caña de azúcar. Los fundadores de la Empresa fueron: L. Semple, Thomas A. Howell y C. B. MacDonald, con oficinas en 71 Broadway, Nueva York.

La Barahona Co., no participaría activamente en los negocios durante algún tiempo. El 6 de abril de 1916, se anunció que esta empresa, que se incorporó en Albany, N. Y., el día anterior, para comerciar con azúcar y productos de caña de azúcar, no participaría activamente en el negocio durante varios meses como mínimo. La empresa, según uno de los fundadores, se encontraba en una etapa preliminar. La misma planea comprar tierras de caña de azúcar en las Indias Occidentales. Se indicó que Thomas A. Howell, quien es uno de los socios fundadores, es el Presidente de la empresa B. H. Howell Son & Co., propietarios de National Sugar Refining Co”.[11]

El Directorio de Directores en la ciudad de New York, publicaba en la edición correspondiente al 1917-1918 que: Charles B. Mac Donald, era el Presidente y Director de la Barahona Company Incorporated[12]. De igual modo, la edición correspondiente al 1919-1920, establecía que: Lorenzo Semple, de la firma Coudert Brothers, era Director de la Barahona Co., y que Pullum Howard J. era, Secretario-Tesorero y Director de la Barahona Co., Incorporated[13]. Sin embargo, la responsabilidad económica y financiera de la Barahona Co, la llevaba Thomas Andrews Howell, quien realmente dirigió el proyecto.

Unos 6 meses y 14 días después de constituida esta empresa, es decir el 18 de octubre de 1916, “la BARAHONA Co., una corporación estadounidense organizada bajo las leyes del estado de Nueva York y propietaria de grandes extensiones de tierra en la provincia de Barahona, ha sido autorizada por el Poder Ejecutivo para establecer definitivamente su domicilio dentro del territorio de la República Dominicana, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 del Código Civil”.[14]

Aun cuando la Barahona Company Inc., fue organiza bajo las leyes del estado de Nueva York en 1916, “la factoría formó una corporación separadamente en Santo Domingo. Esto se debió tanto a los impuestos americanos como a algunas leyes dominicanas[15]. En efecto, “la empresa operadora que posee el terreno se conoce como Barahona Co. Inc., de Nueva York, que a su vez controla el Ingenio Barahona, C. por A, esta última bajo las leyes de la República Dominicana”. [16]

El Poder Ejecutivo, mediante la Resolución No. 2745, de fecha 18 de octubre del año 1916, autorizó a la Barahona Company a fijar su domicilio en la República Dominicana.[17]

Don Eleuterio Hatton que había promovido mediante una Sociedad Gestora, la instalación de la Factoría Azucarera en Barahona, negoció con la Corporación Financiera, el valor de sus acciones.

La nueva construcción emprendida por los intereses que habían formado la Corporación Financiera y la Sociedad Gestora en Barahona…. Para cuando comenzó el desarrollo real en este remoto rincón de lo que hoy se conoce como República Dominicana, las dos firmas se habían convertido en una sola, habiendo absorbido la Corporación Financiera a su socio más activo y entregado una cierta cantidad de acciones por los activos de la Sociedad Gestora.

Esta última firma cerró sus libros con un historial de éxito casi total durante sus años de operación, y en el momento de su absorción tenía un valor en efectivo mucho más que mis más preciados sueños cuando fue inaugurada”.

El 20 de noviembre de 1917, Howard J. Pullum,[19] Secretario Adjunto, de la Barahona Company, Inc., publica el siguiente aviso:

AVISO A LOS ACCIONISTAS:

La reunión anual de los accionistas de la Barahona Co., Inc. se celebrará en la oficina de la compañía, 129 Front Street, ciudad de Nueva York, el martes 20 de noviembre de 1917, a las 3 de la tarde, con el fin de elegir a los Directores para el año siguiente y tratar cualquier otro asunto que pueda presentarse.

HOWARD J. PULLUM.

Secretario Adjunto

5 de noviembre de 1917.[20]

Desde finales del 1918, Eleuterio Hatton se traslada a San Pedro de Macorís, a dirigir el Central Quisqueya[21], a principios de 1919 el señor Frank L. Mitchell, Director General Adjunto de la Barahona Company Inc.,[22] acusó al señor Hatton de ser quien dirigía una de las primeras protestas de los campesinos y pequeños labriegos que se oponían al despojo de sus tierras. “Entiendo que todo este asunto está siendo administrado y dirigido por el Sr. Hatton en Macorís[23]

El Mayor de la Guardia Nacional Dominicana JOSEPH M. FEELEY[24] fue más lejos y comunicó, en fecha 26 de septiembre de 1919, al  Director del Departamento del Sur de la GUARDIA NACIONAL DOMINICANA en Azua, en ralación con José Eleuterio Hatton, Administrador de Central Quisqueya, y vecinos de Los Jaquimeyes y Palo Alto, común de Barahona, lo siguiente:

“En mi último viaje a Barahona, se recibió información de vecinos de los tramos de Los Jaquimeyes y Fundación, común de Barahona, que José Eleuterio Hatton, Administrador de la Central Quisqueya, Distrito de Macorís. Quien estuvo en las secciones anteriores recientemente, manifestó a varios vecinos, que la Compañía Barahona Incorporated, tiene una concesión del Gobierno Militar para tomar 21 metros de agua del río Yaque, y que él, el Sr. Hatton, tenía una concesión para tomar 6 metros de agua del mismo río; que el Yaque en esa época no tenía más de 26 metros de agua en total; que de acuerdo con estas concesiones no habría agua para la persona que deseara trabajar su tierra de manera independiente…….

La declaración del señor Hatton ha creado un sentimiento entre los vecinos de la Común de Barahona, que el Gobierno Militar no tiene interés en su voluntad”.[25]

 El 3 de Octubre de 1919, JAMES J. MC LEAN[26] le informaba al comandante del departamento Sur de la G. N. D. sobre Eleuterio Hatton, Administrador de Central Quisqueya, y vecinos de “Los Jaquimeyes” y “Palo Alto”, común de Barahona, lo siguiente:

“El asunto entre la Compañía Barahona y el Sr. Hatton es uno en el que cada uno está tratando de congelar al otro. Los habitantes nativos, residentes en las secciones correspondientes, serán utilizados por uno u otro como peones en el juego, para promover sus propios fines”.[27]

Lo precedentemente narrado nos permite intuir lo siguiente: 1.- Las comunicaciones enviadas al Director del Departamento del Sur de la GUARDIA NACIONAL DOMINICANA en Azua, tenían un objetivo claro de no dejar pasar a Hatton por Azua y 2.- Hatton no tenía concesión para tomar 6 mts3 de agua del río Yaque del Sur, pero conocía los planes de la Barahona Company, por lo que alertó a los campesinos y lugareños de la zona.


[1] Colección de Leyes, Decretos y Resoluciones. Resolución No.5251. G. O. No.2421, de fecha 30 de julio del año 1913.

[2] Ibídem.

[3] Colección de Leyes, Decretos y Resoluciones.  G. O. No.2421, de fecha 30 de julio del año 1913.

[4] José Luis Sáez. Papeles del Padre Fuertes (1871-1926). Colección Quinto Centenario. Santo Domingo, República Dominicana. 1989. Página 285.

[5] Durante mucho tiempo era frecuente demandar los servicios de investigación por parte de empresas que simplemente querían la opinión sobre el valor de las inversiones que estaban contemplando, aunque no tenían planes de seguir utilizando estos servicios una vez realizadas las investigaciones. Algunas de estas investigaciones resultaron, por supuesto, negativas. Otras condujeron a la construcción de nuevas fábricas o a la modernización de las existentes.

[6] José Luis Sáez. Papeles del Padre Fuertes (1871-1926). Colección Quinto Centenario. Santo Domingo, República Dominicana. 1989. Página 166.

[7] Esto pone en evidencia, que desde el año 1909, fecha en que llega a Barahona el Padre Fuertes, ya Don Eleuterio Hatton venía tratando de desarrollar un central azucarero en Barahona.

[8] Ibídem. Página 165.

[9] Melvin M. Knight. “Los Americanos en Santo Domingo”. Imprenta “Listín Diario”, 1939. Página 140.

[10] En 1920, el capital de la Barahona Co., Inc., fue aumentado a $1,261,100.00. Ver página 23 del New York Times, de fecha 27 de marzo de 1920. Bajo el título NEW INCORPORATIONS.

[11] STANDARD CORPORATION SERVICE. APRIL -MAY – JUNE. 1916. Vol. 7. Library of Princeton University. Published by STANDARD STATISTICS COMPANY, INC., 47-49 West Street, New York, U.S.A. Página 50.

[12] DIRECTORY OF DIRECTORS. In the City of New York. 1917-1918.The Audit Company of New York. The Appraisals Corporation. Audits, Appraisals. Systems Industrial Economics, Business Analyses. Fourteen Wall Street, New York. HARVARD UNIVERSITY. Página 448.

[13] DIRECTORY OF DIRECTORS. In the City of New York. 1919-1920.The Audit Company of New York. The Appraisals Corporation. Audits, Appraisals. Systems Industrial Economics, Business Analyses. Fourteen Wall Street, New York. HARVARD UNIVERSITY. Páginas 578 y 724.

[14] UNION OF AMERICAN REPUBLICS. BULLETIN OF THE PAN AMERICAN UNION. VOL. XLIII. JULY – DECEMBER 1916. SEVENTEENTH AND B STREETS NW. WASHINGTON, D. C., USA. Original from HARVARD UNIVERSITY. Páginas 798 y 799.

[15] Melvin M. Knight. “Los Americanos en Santo Domingo”. Imprenta “Listín Diario”, 1939. Página 141.

[16] REPORT OF THE FIFTEENTH FISCAL PERIOD. DOMINICAN CUSTOMS RECEIVERSHIP. WASHINGTON

GOVERNMENT PRINTING OFFICE 1922. Original from UNIVERSITY OF MICHIGAN. Página 8.

[17] Colección de Leyes, Decretos y Resoluciones.  Resolución No. 2745, del 18 de Octubre de 1916.

[19] Howard J. Pullum, vicepresidente de la West India Sugar Finance Corporation y de la Cuban Dominican Sugar Company, y muy destacado durante años en los círculos azucareros, falleció el 18 de noviembre de 1924, en Albuquerque, N. M., tras casi un año de enfermedad. El Sr. Pullum tenía una personalidad encantadora, era muy apreciado por todos sus socios comerciales y su pérdida será muy sentida. The New York Times, de fecha 22 de noviembre de 1924.

[20] The New York Times. De fecha 5 de noviembre de 1917.

[21] AGN. Comunicación 725-19 W-McG. De Fecha 15 de Mayo de 1919.

[22]  AGN. Carta enviada por Frank H. Vedder, en fecha 29 de marzo de 1919, al Capitán de Corbeta C. C. Baughman, U. S. Navy.

[23] AGN. Carta de fecha 22 de Febrero de 1919. FRANQUICIAS DE AGUA. Propaganda.

[24] El mayor J. M. Feeley, fue despedido de la  Guardia Nacional Dominicana (GND), durante el año de 1921, por parte del Coronel P. A. Ramsey, Comandante de la GND. Cuando Feeley reclamaba el pago de la licencia acumulada en la GND., y el transporte de Hércules California, a Nueva York; Nueva York a Santo Domingo, y Santo Domingo a los Estados Unidos, correspondiente al año de 1917. Ver AGN. Guardia Nacional Dominicana, Departamento del Sur. Quinto endoso. Santo Domingo, 31 de marzo de 1921.

[25] AGN. Guardia Nacional Dominicana, Oficina del Inspector. Santo Domingo, 26 de septiembre de 1919.

[26] Mc Lean, fue el asistente del Comandante General de la GND., que recomendó que Manuel Batlle, Capitán de la Guardia Republicana, sea dado de baja del servicio en junio de 1917, por no ser ya necesarios sus servicios, Batlle fue apresado y acusado de aprobar pagos a guardias que no prestaban servicios, en violación de la Orden Ejecutiva número 34. Ver DO Archivo General de la Nación / Gobierno Militar de Santo Domingo / 02 // 22-53.

[27] AGN. Guardia Nacional Dominicana, Departamento del Sur. Primer endoso. Santo Domingo, 3 de octubre de 1919.

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