Por: Virgilio Gautreaux P.
Barahoneros y barahoneras:
La playa de Las Saladillas, forma parte de nuestra Antropología emocional, cultural y recreativa, pues este lugar y el camino a recorrer para llegar a sus transparentes aguas, era todo una travesía donde la mayoría de los que iban, lo hacían a pie, disfrutando de la naturaleza verde y el cantor de todo tipo de aves e insectos, donde la Chicharra se escuchaba por encima de muchos de esos gratos sonidos.
Mientras se recorría el trayecto hacia el balneario, jóvenes, niños y adultos iban maroteando, consumiendo quenepas, anones, cocos (de agua y Jícaros), guanábanas, guayabas, cerezas, grosellas, ciruelas y mangos, entre otros frutos. También, al llegar a la playa, las personas iban a buscar dulces y suaves Jicacos.
Al retornar, muchos se metían en los montes para buscar BEJUCO DE INDIO, para en sus casas hacer una rica y refrescante bebida. A veces unos veteranos extraían CACHEO de una mata, para también en sus hogares consumir su jugo.
Las Saladillas, eran además un verdadero Club Democrático, abierto a todas las clases sociales, donde el único requisito que se exigía, era urbanidad y buenas maneras y un gran deseo de divertirse!!!
El paisaje verde del bosque, las matas de coco con una parte de tronco pintado de blanco y el transparente mar del balneario y azul profundo detrás de la línea de coral, era un espectáculo extraordinario.
Por eso, Las Saladillas, repito, forma parte de la historia de cada uno de nosotros.
El desafortunado destino de este parque temático natural y recreativo de los barahoneros y las barahoneras, es algo que mantiene preocupada a la mancomunidad de la Perla del Sur, pues las instancias oficiales locales que deben controlar y desarrollar este emblemático balneario, no parecen otorgarle la prioridad que les corresponde, para que el esplendor de antaño, retorne a esta maravilla natural.
Un simple programa de desarrollo sostenible para esta playa, así como su posterior arrendamiento a varios negocios, a partir de normas ambientales estrictas, sin duda alguna contribuirán a recuperar este espacio recreativo y de salud.
Por supuesto, esto implica también tomar rígidas medidas de seguridad ciudadana tanto en el trayecto, como en la propia playa, donde además, los Bomberos y la Defensa Civil, mantendrían brigadas de salvamento. Junto a lo anterior, hay que aplicar normas ambientales en materia de sonido, sanitarios adecuados para los visitantes (y si es necesario, cobrar por su uso para asegurar la higiene).
Esto no es nada complicado. Simplemente hay que buscar las normas vigentes de otros balnearios similares en nuestro país. Basta con buscar en Google o en la Federación Nacional de Municipios. Las oficinas locales de Medioambiente y Salud Pública, deben formar parte de la estructura que maneje esta parte institucional.
Estas son cosas sencillas, que muy bien nuestro Ayuntamiento debiera asumir, apelando a mecanismos transparentes establecidos en la Ley de Contrataciones Públicas, entre otras disposiciones.
Luego de este «breve» preámbulo, vamos a reseñar que hace precisamente 70 años, que la playa Las Saladillas estaba siendo desguazada, por desaprensivos, que en camiones, se dedicaban a extraer las finas y blancas arenas de esta playa emblemática.
INCREÍBLE!!!!
En la página 2 del periódico barahonero El momento correspondiente al 23 de Agosto de 1952, encontramos una información titulada «Excavaciones peligrosas», que califica como muy riesgosas las excavaciones que para extraer arena, están haciendo desde algún tiempo a esta parte, en la pintoresca playa del balneario Saladilla, ciertas camionetas que según se ha informado prestan servicio a la Oficina de la Salinera y al Honorable Ayuntamiento de esta común.
Por ser esta playa uno de los más pintorescos lugares y el indiscutible sitio de recreo y esparcimiento espiritual con que cuenta actualmente la colectividad, sobre todo en estos días calurosos del verano, es que llamamos la atención a los organismos correspondientes, a ver si es posible que pongan fin a esta práctica, que no tan solo afea ya el referido lugar, sino que también crea un verdadero peligro para todas las personas que visitan el mismo. Quedamos pues, en la seguridad de que al respecto serán tomadas las medidas del lugar.
Sobre este particular, sin duda alguna, nos permitimos señalar, que son muy valientes estas expresiones de Don Guaroa Vázquez Acosta, Director del periódico. En otras informaciones, su pluma tampoco vacila cuando se trata de un problema sentido de la comunidad, a pesar de las rígidas condiciones políticas vigentes en el país, para esos años.
Una semana después de la crónica anteriormente citada, encontramos un aviso de primera página en El Momento, en fecha 30 de Agosto titulado:
AVISO IMPORTANTE
Ponemos en conocimiento de todos aquellos a quienes pueda interesar, que a partir del primero de Septiembre de 1952, queda cerrada LA PUERTA de Las Saladillas para carros y camiones.
Los motivos de esta resolución son: que ya en el sitio no hay arena que se pueda recoger, si no es en los troncos de las matas de cocos, los que por tal motivo se están cayendo y seguirán cayéndose, quitando a ese único sitio de esparcimiento que tiene Barahona, los atractivos que, que la naturaleza ha dado ha dicho sitio, le agregan los árboles de coco allí sembrados.
Qué la mayor parte de los conductores de carros y camiones que allí entran continuamente, no se ocupan de cerrar la puerta, dejándola abierta para que entren animales de lo que por allí vagan continuamente y se salgan los que luego allí tenemos encerrados.
También se da el caso de que personas de ambos sexos, y de todas las clases sociales, están utilizando el lugar para citas y entregarse a actos deshonestos, así en horas de día como de la noche.
Queda pues prohibida la entrada de camiones y carros sean públicos o particulares en Las Saladillas, a partir de la fecha citada más arriba.
Someteremos a la justicia quienes después de esa fecha violen esta disposición.
Barahona Agosto 28 de 1952.
Luis E.
Del Monte C. x A.
Presidente-Tesorero.
De este Aviso, también en Primera Página, encontramos un detallado comentario del Director del periódico, medida, donde éste manifiesta su extrañeza por la medida adoptada por Don Luis E. del Monte, de bruscamente prohibir la entrada al balneario Saladillas, en su calidad de propietario del terreno en donde se encuentra ese pintoresco lugar «con que la naturaleza se gozó obsequiarnos», quizás la más bella de las playas del litoral Sur, playa que gracias a los esfuerzos y desvelos del dinámico y entusiasta joven de esta ciudad el señor Rafael María Féliz (Rafuche), ha sido dotada de numerosas comodidades al servicio de la comunidad, que ya ha hecho del referido balneario su ideal sitio de recreo y esparcimiento espiritual.Fieles centinelas que somos al servicio de la colectividad, aplaudimos y hablamos con justicia a llevar toda obra de bien general, pero cuando consideramos que se nos intenta detener la marcha del progreso que hemos emprendido, somos los primeros que sin rehuir responsabilidades y sin importarnos los resquemores, lanzamos nuestro grito de alerta. Y esto es precisamente lo que estamos haciendo hoy, porque si es verdad que los derechos son concedidos a los titulares para que hagan uso de ellos, no es menos cierto que esos derechos no deben ejercerse de una manera excesiva.
El balneario Saladillas es ya parte de nuestra Barahona y quitarle al pueblo el disfrute del mismo, es retrogradar.
La causa expuesta por Don Luis Delmonte al tomar tal decisión que sinceramente lamentamos y nos duele comentar, por cuando se trata de un hombre que como él goza de respeto y estimación de esta sociedad, es la de los camiones que tomaban arenas en dicha playa. Esta práctica, como podrá advertirse el sueldo publicado en esta misma dirección en esta misma edición, ha sido ya descontinuada. En lo que respecta a los actos deshonestos. En lo que se refiere a los actos deshonestos, a los que se refiere Don Luis, en ningún momento hemos tenido conocimiento de ello, porque de haberlo sabido hubiéramos enfocado al asunto.
Deploramos esa actitud que nos resistimos a creer ha sido tomada, con el reposo y serenidad que indispensablemente deben acompañar a las resoluciones que como ésta, deben considerarse serias, porque priva a la comunidad de una de sus comodidades.
Como puede leerse, el periódico El Momento y su Director no vacilaban en defender los intereses de la colectividad, y en este caso se enfrenta al Ayuntamiento que está extrayendo arena para una construcción, y a Don Luis del Monte, por el cierre del balneario.
Nuevamente en una información de primera página de periódico barahonero correspondiente al 6 de Septiembre de 1952, localizamos una detallada comunicación, calzada por el Sr. Luis Delmonte, de fecha 1ro de Septiembre del citado año, donde el empresario responde al comentario publicado la semana anterior por la Dirección de rotativo.
En dicha misiva el hacendado precisa que las puertas de Las Saladillas están abiertas al público y sujetadas solamente por un alambrito, «para evitar que nuestros animales salgan y los ajenos entren a comer las hierbas que allí tenemos sembradas».
Sigue diciendo Don Luis, que todas las personas que interesen ir al balneario pueden hacerlo durante las horas del día, sea a pie, a caballo en bicicleta o motocicletas. Quienes vayan en automóviles, deben dejar sus carros afuera carros en la puerta y transitar a pie, los pocos metros de distancia que hay desde la puerta hasta la orilla del mar.
Manifiesta el Hacendado que ha querido evitar la entrada de camiones «y si dejamos el día libre la entrada de automóviles por donde pasen ellos también lo usarían los camiones y persistiría el mal que hemos querido evitar».
Más adelante dice Don Luis, de que a pesar de que el Periódico señala que la práctica de los camiones sacando arena ha descontinuado, el problema continúa, puesto que una noche un chofer aparentemente ebrio conduciendo un camión, rompió lo que quedaba de una hoja del portón y hoy mismo el que calza esta nota (LED), estando en el lugar vio entrar otro camión a buscar arena.
Además – dice el empresario-que nunca hubiera resuelto cerrar el Balneario, sin antes haber consultado con el señor Rafuche, con el cual mantenía fuertes lazos de amistad.
Concluye su comunicación Don Luis diciendo al Director del Momento, que puede anunciar a sus lectores que las puertas de Las Saladillas permanecen abiertas, al público con tal de que no entren automóviles y camiones. Precisa los vehículos pueden dejarlos en la puerta de la referida propiedad «bajo sombra que aquí no falta».
A esta comunicación responde Don Guaroa satisfecho con el resultado que supera el percance.
El Director saluda la decisión y al reconocer el noble gesto de Don Luis, señala que las columnas del periódico están al servicio de la colectividad, sin pasiones, ni odios, ni rencor hacia nadie, pero sí afanados cada día más, en servir mejor a los intereses de nuestra Barahona, por cuyo progreso en todos los aspectos, estamos empeñados.
Concluye la nota del Director, hablando que las puertas de Las Saladillas están abiertas. Así pues todas las personas que deseen seguir visitando ese acogedor sitio de recreo para disfrutar «decentemente» de todas las delicias de ese lugar, pueden llegar a él, cuántas veces quieran.
Como puede leerse, han sido muchos los episodios por lo que ha atravesado está emblemática playa barahonera.
Creemos que 70 años después de estos eventos, hay suficiente madurez institucional local para ejecutar un Plan Maestro, sencillo , operativo, donde participen las entidades oficiales competentes y después se llama a un concurso abierto y transparente, con observadores independientes calificados del ámbito académico, religioso ambiental, gremios profesionales competentes y entidades empresariales, quienes deberán elaborar las bases del Concurso para concesionar las áreas correspondientes de las infraestructuras a construirse, así como el plazo de dichas concesiones.
Consideramos que nuestra Barahona hay mucha gente con suficiente moral y capacidades técnicas, para asumir esta tarea de tanta significación para mucha de nuestra gente.
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