Por José A. Mateo Gil
A diferencia de los logros obtenidos por Rusia en la primera y segunda guerra mundial, donde conformó y consolidó la poderosa Unión de República Socialista Soviética (URSS), la invasión a Ucrania impulsada por Bladimir Putin, pone en una situación delicada, no sólo a la permanencia del liderazgo de esa nación como ente hegemónico de la ideología socialista, sino que cualquiera que sea el desenlace de este conflicto abrirá las puertas al advenimiento de un nuevo orden mundial, donde los más beneficiados no serán los rusos. El imperio chino está al asecho, actuando de manera cautelosa, exhibiendo un manejo magistral de su diplomacia para adueñarse de los espacios abandonados por Estados Unidos en América Latina y otras naciones del planeta. El presidente Xi Jinping y sus colaboradores, están logrando sin tirar un sólo tiro y sin utilizar armas de destrucción masiva, un liderazgo inusitado a escala imperial. Con sus acciones han creado las condiciones necesarias para convertirse en el imperio más poderoso de la tierra, tanto en el orden económico, político, tecnológico y militar.
El gigante asiático, cuya población ronda los 1,400 millones de habitantes, tiene la particularidad de contar con un modelo de producción que combina lo mejor de una economía planificada, como es la socialista, con la estructura tecnológica del sistema producción capitalista. Ese hibrido de socialismo-capitalismo para generar riqueza, es lo que le ha dado el impulso a la sociedad china para lograr colocarse en el centro económico más robusto del planeta. Los errores cometidos por los Estados Unidos, de permitir que sus fábricas fueran trasladadas a china buscando disminuir los costos de producción mediante la adquisición de mano de obra barata, hoy coloca a los chinos en el carril de adentro, en lo que respecta a suplir la demanda en el mercado mundial utilizando tecnología de punta. En tanto que, los EEUU están tratando de enmendar el error, intentando retornar sus empresas a territorio americano. El cierre de las estas fábricas dio un duro golpe a los emigrantes latinoamericanos, y otras partes del mundo, que buscan en esa nación un espacio donde pudieran lograr el sueño americano.
La invasión rusa a Ucrania, traerá consecuencias desfavorables al gobierno ruso. Esta última aventura guerrerista de Putin, nos plantea varios escenarios que pudieran darse terminada la guerra. A la luz de cómo ha evolucionado el ataque de la artillería rusa en suelo ucraniano, y la respuesta dada por la resistencia de ese pueblo, nos indica que Putin no ha tenido los resultados esperados. Si tomamos en consideración el poderío militar del imperio rojo, con respecto al famélico ejercito ucraniano, se puede observar una desproporción evidente entre los dos grupos encontrados. Sin embargo, el nacionalismo exhibido por ese pueblo invadido, está produciendo ruido y dolores de cabeza a las autoridades del país invasor. A continuación presentaremos los escenarios, que a nuestro juicio, pudieran darse en este conflicto entre estas dos naciones colindantes:
1ro.- En el hipotético caso de que Rusia logre tomar la parte este de Ucrania, la nación ucraniana pudiera dividirse en dos naciones. Tal como ocurrió con Alemania Oriental y Occidental, así como también, Corea del Norte y Corea del Sur. Esta situación prolongaría el conflicto entre ambas naciones, generando tensiones innecesarias en la región. Las razones históricas que dieron origen a la conformación de la URSS en el siglo pasado, difieren de manera significativa con las condiciones geopolíticas del siglo XXI. En consecuencia, tratar de utilizar los métodos de dominación del pasado, es como tirarle piedra a luna. El mundo ha cambiado, y lo que ayer dio resultado, hoy la sociedad lo recuerda como cosa del pasado. El nuevo orden impuesto por la OTAN, la OEA, y otras organizaciones de carácter internacional, como resultado de los acuerdos para dar por terminada la segunda guerra mundial, constituyen un muro de contención para que una nación pueda tomar decisiones unilaterales sin que medie un régimen de consecuencia. De ahí la situación delicada que está enfrentando Rusia por invadir a Ucrania.
2do.- Si Putin se ve obligado a negociar con las autoridades ucranianas, daría una señal de debilidad ante el mundo, y las grandes potencias no se pueden dar ese lujo. En este caso, por un tema eminentemente económico, Rusia negociaría porque no cuenta con los recursos necesarios para prolongar la guerra. Esta situación se llevaría de encuentro la permanencia en el poder de Bladimir Putin, porque su credibilidad se vería afectada ante su pueblo y la comunidad internacional.
3ro.-Un tercer escenario sería que la OTAN y demás países aliados continúen dando apoyo económico a Ucrania para que defiendan su soberanía. En esta situación la guerra se prolongaría y los soviéticos no están en capacidad de mantener una guerra por mucho tiempo, dada las limitaciones económicas fruto del bloqueo impuesto por occidente. Los países europeos, en el año 2021 compraron a Rusia el 49% del petróleo, y el 75% del gas que consumieron. Dicho bloqueo, de prolongarse la guerra, afectaría de manera significativa la economía rusa. En la actualidad, el petróleo y el gas ruso solo lo están comprando China, Asia y Oceanía. El dólar, que es la moneda que domina el mercado mundial, limita las operaciones de Rusia con los demás países del mundo.
4to.- Un cuarto escenario que pudiera darse es que Putin tome la decisión de exterminar a la población ucraniana, mediante la utilización de armas químicas o nucleares. Esta iniciativa llevaría a la comunidad internacional a intervenir de manera resuelta, estallando así, la tercera guerra mundial. Los efectos devastadores de una situación como esa, pondría en riesgo la paz en el planeta, que durante decadas ha reinado luego de la segunda guerra mundial. El recrudecimiento de los ataques rusos a la población ucraniana, pudiera involucrar de manera determinada a las demás potencias del planeta, provocando un holocausto de proporciones inimaginables.
El mundo está atento a lo que ocurrirá en Ucrania en los próximos días. El líder ruso parece estar decidido a arreciar los ataques a sus vecinos. Por tanto, uno de los cuatro escenarios antes señalados definirá el futuro de ese pueblo y el surgimiento de un nuevo orden mundial. La pandemia del COVID-19 y la invasión de Rusia a Ucrania han desestabilizado el mercado mundial. El precio del petróleo y la materia prima para la fabricación de productos terminados se han incrementado de manera insostenible, creando grandes distorsiones en la economía de la mayoría de países del planeta. Para que tengan una idea de lo que se avecina si se prolonga la guerra, de acuerdo a expertos del Banco Mundial, la universidad de Cambridge y la ONU el mundo se enfrentará a una catástrofe alimentaria de proporciones alarmantes.
Los rusos y Ucrania representan el 30% de la exportaciones mundiales de trigo, el 20% de maíz y el 75% de aceite de girasol (50% Ucrania y 25% Rusia). Así como también, representa el 15% del comercio mundial de fertilizantes nitrogenados y el 17% de las exportaciones mundiales de fertilizantes potásicos. Estos 4 renglones que fungen como comoditis para la producción de alimentos, no solo dejarían de circular en el mercado mundial para suplir la necesidades de Europa, Occidente y otras naciones del planeta, sino que la escases de fertilizantes en esta parte del mundo, provocaría una disminución de la productividad de los rubros agrícolas. De acuerdo a las estimaciones del Banco Mundial, si se prolonga la guerra, el precio de los alimentos se incrementaría en alrededor de un 37% en todas las latitudes del planeta. En consecuencia, la intervención oportuna de la comunidad internacional debe de activarse para buscar una salida rápida a este conflicto que pudiera generar situaciones catastróficas para la humanidad.
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